El sol salía iluminando las montañas y los árboles del bosque, en un bosque escondido entre las montañas, se reflejaba la luz del sol entre las hojas de los árboles que formaban parte del bosque. Las ninfas habitantes del bosque, tallaban sus manos en sus ojos cuando la luz de un nuevo amanecer iluminó sus rostros.
En medio de una pradera, una manada de venados pastaba tranquilamente, mientras que las ninfas preparaban sus arcos y flechas para cazar algunos venados, una de ellas lanzó una flecha desde su escondite de entre los árboles, la cual cayó entre la manada alertando a todos.
Ahora! -Dijo la misma ninfa de cabello rojo recogido-
Todas las ninfas rápidamente corrieron directo a la manada, algunas ninfas pudieron atrapar a varios venados sin problemas, mientras que otras no tuvieron tanta suerte, cuando fallaban con las flechas, su última alternativa era lanzarse sobre el venado y apuñalarlos con sus propias manos, y cuando intentaban lanzarse hacia ellos, muchas veces los venados se defendían dándoles una patada o atacandolas con sus cuernos. Por ende, de una manada de 14 ciervos, lograron atrapar 9.
Las ninfas estaban recogiendo los cuerpos de los venados para llevarlos ante su Majestad, el rey Falme, desde que su reinado comenzó, obligó a las ninfas a cazar para él, su prometida y sus seguidores más leales. Las ninfas nunca estuvieron muy de acuerdo con el reinado del rey Falme, por sus ideales de que los Elfos eran superiores a las ninfas, además su prometida, la Elfa Tala, era incluso peor que él, no sólo apoyaba a Falme, sino que también había amenazado a varias ninfas a que si se resistían a cazar, ella misma al convertirse en reina, las expulsaria, o incluso las mataría de hambre, muchas ninfas prefirieron irse del reino antes que vivir en un lugar donde serían consideradas inferiores.
Una de las ninfas estaba sumida en sus pensamientos cargando varios cuerpos de venados dirigiéndose con el resto del grupo de caza hacia el palacio del rey Falme.
Otra de ellas se dio cuenta de la distracción de la ninfa, y tuvo que interrumpirla.-Dwala?- La ninfa pelirroja y blanca respondió a su nombre y miro a aquella ninfa saliendo de sus pensamientos.
-Hamm, si?- Dijo Dwala mirando a la ninfa que la había llamado
-te sientes bien?- Pregunto la ninfa de pelo negro y piel pálida sabiendo lo que Dwala pensaba sobre el estilo de vida de las ninfas desde el comienzo del reinado de Falme.
-Si, yo... Estoy bien- Dijo Dwala dudosa y tratando de disimular -Yo sólo estoy... Algo distraída- Dijo Dwala -Vamos, llevemos esto al palacio-
Las demás ninfas sólo se quedaron mirando e inmediatamente apartaron su vista para no distraerse de su tarea.
Después de que las ninfas que protegían el bosque de punta a punta las dejaron entrar, se apresuraron lo más rápido que pudieron para poder llevar su comida al rey, al llegar al palacio, vieron al rey Falme sentado en su trono con su prometida sentada a sus pies, la cual tenía una sonrisa burlona dirigida claramente a las ninfas de cacería, ellas sólo trataron de ignorarla y dejaron los cuerpos en frente de su trono y se arrodillaron ante él con la cabeza baja.
-Tarea cumplida majestad -Dijo Dwala, la ninfa pelirroja y blanca, entregando junto a las demás los cuerpos de los venados-
-Les agradezco mucho, ninfas- Dijo el rey Falme aún sentado en su trono mirando con una sonrisa burlona y al mismo tiempo con una mirada que desbordaba superioridad,
-Es un placer servirle Majestad- Dijo Dwala con tono dulce pero firme y levantando la cabeza haciendo que sus ojos se encontraran con los del rey.
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La Pasión de Una Ninfa
FantasyDwala, una ninfa del bosque, hace un trato con el Rey de los Elfos, para asegurar el bienestar de las demás ninfas y salvarlas de la injusticia que estaban viviendo, mientras que el rey Falme, rompe su compromiso y deber como rey, al obsesionarse co...