6. Padre

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La muerte de mi padre cambió para siempre mi perspectiva del mundo; entendí que existía la maldad. Me había enamorado de Paul, y descubrir que él fue quien lo asesinó e intentó asesinarme a mí también, puso sobre la mesa temas que jamás creí pensar. Por primera vez dudé en Hasan; debí terminar con la vida de Sophia, eso era parte de nuestro plan: acercarme para conocer sus planes y luego tratar de llevarla al abismo. Pero esa tarde, mientras sostenía el cuerpo de mi padre en mis manos, vi de reojo cómo se acercaba Paul con una daga de plata en sus manos.

Cada paso que daba, se acercaba aún más mi muerte. Si hubiera logrado su objetivo, este diario sería aún más corto. Pero Sophia, a quien debía exterminar, se levantó y lo enfrentó. Me defendió y lo venció. Yo no pude moverme y vi cómo caía su cuerpo al piso junto a mí. Solo unos segundos me separaron de mi muerte, pero el destino quiso que no fuera así.

Mi padre, como dije antes, fue un hombre justo y bondadoso, pero que escondió muchos secretos. Algunos los conocí en mi travesía por el mundo, jugando este juego, pero otros tantos se los llevó a su tumba. Por ejemplo, el secreto de mi abuelo, Karl Umar, su padre. Fue él quien dijo ser, o tal vez fue la persona que asesinó a la madre de Hasan Khan. Ahora, nada de eso importa, pero aun cuando estaba con vida, quería preguntarle tantas cosas.

En el multitudinario funeral de mi padre, con la presencia de personas llegadas de todos los rincones del mundo, me encontraba abrumadoramente sola. Una parte de mí parecía haber desaparecido, un vacío que ni Amir ni Sophia lograban llenar, aunque lo intentaron, mientras Hasan persistía en sus planes de eliminar a los Petrov. Esta situación me hizo reflexionar, como mencioné anteriormente, sobre el alto precio que a veces debemos pagar por estar inmersos en este mundo y por luchar por un bien mayor. Mientras observaba el profundo dolor de mi madre, acompañado de lágrimas y lamentos desgarradores, me cuestionaba quién era el verdadero protagonista y quién el antagonista en este complejo juego de lealtades y conflictos.

Es bueno el que quiere eliminar a todas las familias, o el que quiere terminar con los conflictos con una idea de concentrar todo el poder en una persona, son buenas las personas que lamen mis heridas o la que me empuja a terminar mi propósito, aunque el dolor era inexplicable; y solo pensaba en la mirada de mi padre, todo lo que quiso decirme antes de morir, no se salía de mi mente; quien es quien en este momento de mi vida, y entendí que los amigos son impresionantemente importantes, y Sophia resulto estar en los momentos más importantes de mi vida. El dilema moral que enfrenté en ese momento era profundo y complejo. No hay respuestas fáciles ni claras sobre quién es el "bueno" y quién el "malo" en un mundo lleno de intrigas y conflictos como el nuestro. La persona que quiere eliminar a todas las familias argumentaba que busca poner fin a un ciclo de violencia y ambición desenfrenada, buscando establecer un orden y paz duraderos. Por otro lado, aquellos que buscan concentrar todo el poder en una sola persona podrían argumentar que esto es necesario para evitar conflictos y garantizar la estabilidad.

Las personas que te brindan consuelo y alivian tus heridas son fundamentales en momentos de dolor y confusión, pero también debes considerar a aquellas que te desafían a seguir adelante con tu propósito y metas, incluso cuando el camino es difícil y doloroso. Ambos roles son importantes en tu vida y pueden ofrecerte diferentes perspectivas y apoyos.

No tuve tiempo para hablar por ultima vez, ni con mi padre ni con Hasan que había muerto en un grave accidente debido a una fuga de gas; e igual que paso con mi padre, quede con muchas dudas, sus planes de eliminar a las familias habían terminado con él; o eso creí; pero en ese momento así lo vi. Solo espero que mi padre encontrará paz antes de que Paul le arrebatara la vida, y terminando abruptamente a causa de su daga de plata.

Pero logre despedirme de mi padre, le dije cuanto lo amaba, tenía esperanzas que no moriría en ese momento sobre mis brazos, pero en el fondo de mi corazón sabía que ese era el final, las heridas eran muy graves, pude ver sus ojos y solo desprendían amor, quería decirme tantas cosas que ya sabía, fueron unos pocos segundos que tuvimos de contacto visual pero basto para que entendiera que estaba pensando en mi madre y en mí, de cuanto nos amaba y cuanto nos iba a extrañar.

Poderes - El Diario de MaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora