Capítulo 3

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POV narrador:

Después de que la limusina se hubiera ido Lucifer ingresó al lugar, el spa donde había reservado tenía más de un servicio obviamente, pero con eso me refiero a que tenía piscinas con toboganes, un restaurante exclusivo para comer y un par de habitaciones como un hotel, después de todo era Lucifer el soberano de todo, no había forma en que llevara a su hija y sus amigos a cualquier otro lugar sabe Satán donde no digno de ella, su amada hija.

Al ingresar al lugar dio un saludo cordial a la recepcionista, la cual se veía más dormida que despierta.

-"típico del anillo de la pereza"-. Pensó para sí mismo mientras barría el lugar con la mirada buscando a su hija o a algunos de sus amigos.

-¡¡¡Papá!!!-. Llamo Charlie agitando la mano desde más allá de la recepción, y antes de que pudiera acercarse su hija ya estaba con el cara a cara.- ¡Este lugar es fabuloso!, creo que podríamos inspirarnos de algunas cosas para el hotel,¿no crees?-. Le decía Charlie con una encantadora sonrisa y con emoción.

-Suena bien para mi-. Dijo forzando una sonrisa para ella.- ¿Y tus amigos?, ¿donde se metieron?-. Cuestionó buscándolos con la mirada.

-Oh, ellos se separaron hace un rato, Vaggie fue a buscar el sauna, dijo que algo sobre qué ambas necesitábamos liberar estrés y tomar el tiempo para re-conectar más o algo así, creo que aún se siente mal por no haberme dicho que era una exorcista y todo eso je-. Hablo Charlie de forma rápida que Lucifer apenas pudo entender la mayor parte, definitivamente su hija no había cambiado en ese aspecto, seguía hablando a la velocidad de la luz cuando se sentía nerviosa.- ¿Está bien si te dejo verdad?-. Cuestionó la rubia a su padre con una sonrisa suave.

- Por supuesto, adelante, entiendo lo mucho que debe significar esto para ambas, ademas el motivo del viaje es precisamente para esto-. Le contestó correspondiendo la sonrisa a su hija.

Después de aquella breve conversación Vaggie apareció por un pasillo llamando la atención de la rubia que solo pudo alcanzar a despedirse con la mano de su padre y dirigirse al lado de su pareja.

Justo cuando la parejita había desaparecido de su vista y Lucifer finalmente se encontró solo de nuevo dejó reposar los músculos de su rostro, dio la vuelta y caminó hacia el pequeño restaurante del lugar y se sentó en una de las mesas más alejadas del lugar; el restaurante no estaba muy lleno, uno que otro grupito de imps entre las mesas y el personal del lugar, pero de todas maneras Lucifer no estaba de humor para convivir con nadie, ya fuera de forma directa o indirecta.

-"Por tu padre Lucifer, ¿que estás haciendo?, le prometiste a Charlie que la apoyarías de ahora en adelante y mira lo que estás haciendo, eres un maldito cobarde, sin vergüenzas"-. Se decía así mismo, una parte de él le decía una y otra vez las razones por las que no debía hacer lo que pensaba hacer-. "Charlie estará triste, ¿que dirá la prensa?, ¿que dirán los demás pecados, los Goetia, que dirán los pecadores?, serás la burla de todo el infierno"-. Eran algunas de las razones que se le ocurrían, ya podía ver los titulares del día siguiente, "Pendejo no dura nada" o "Lucifer rey del ahorcado".

Tantos pensamientos lo estaban ahogando, tanto que podía sentir como se quedaba sin aire, pensamiento tras pensamiento lo bombardeaban sin dejarlo tomar ni una bocanada de aire y en momentos como ese el pensamiento ganador se alzaba a la luz, ganando la batalla de su debate interno.

-"Ya no quiero vivir así..."-.

[...]

*º~Una razón para vivir~º*_[AppleRadio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora