Capítulo 11. Velada romántica

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Charly

Caminaba por el condominio en el que ahora vivía mi reina, ojeando en mi celular que podríamos pedir para cenar, no es que me hubiera cansado de los típicos sándwiches que ella me preparaba, solo que hoy estaba famélico, y quería cenar algo más sustancioso. Saqué las llaves de su apartamento del bolsillo de mi pantalón, recordando con una sonrisa como me las dio, argumentando que no tenía caso que no tuviéramos una llave de nuestras casas, cuando prácticamente vivíamos juntos, demostrándome la confianza que me tenía en ese sentido. Hacía dos semanas que se había movido al apartamento, pero ya habíamos empezado a crear hermosos recuerdos en él, recuerdos de los dos, que nadie más tenía en esta casa. Abrí la puerta, cuando un rico aroma llegó a mis fosas nasales, que me recordó a la comida que me preparaba mi amá, seguramente Yeimy había pasado por su restaurante antes de llegar a la casa, quizás ella también tenía hambre para no comerse un simple sándwich.

— Mi reina... — Susurré, entrando a la sala, buscándola con la mirada, encontrándola en la cocina, removiendo el contenido de una olla. Fruncí el ceño, ¿estaba cocinando?— ¿Qué hacés? — Pregunté, intentando acercarme a ella, pero levantó la palma de su mano, indicándome que no me acercara. Enarqué una ceja, ¿acaso me estaba preparando una cena romántica?

— Sentate en la mesa. — Me ordenó, con ese tono autoritario que me encendía. Alcé las palmas de mis manos, girando sobre mis talones, reteniendo un suspiro de sorpresa cuando observé que la pequeña mesa, que había en el centro de la sala estaba decorada con un mantel de tela y dos velas, creando un pequeño ambiente romántico. Sonreí coquetamente, sentándome en una de las sillas, apoyando los brazos sobre la mesa, esperando a su próximo movimiento. — Espero que te guste. — Dijo, colocando un plato de frijoles con arroz en mi lado de la mesa, tomándome por sorpresa.

— ¿Lo cocinaste vos? — Pregunté, cuando tomó asiento frente a mí, descorchando una botella de vino. De todos los escenarios posibles, jamás me imaginé que Yeimy fuera a prepararme mi comida favorita, por lo que ella me había contado, se le quemaba hasta el agua. — ¿Acaso sabías cocinar y me engañaste? — Bromeé, llevándome una cucharada a la boca, emitiendo un gemido cuando el sabor de los frijoles entró en contacto con mi paladar, sabían incluso mejor que los de mi amá. Yeimy bajó la mirada, seguramente insegura por el resultado de su pequeña sorpresa, pero debería estar orgullosa, porque le quedó delicioso. — Esto está muy rico mi reina, incluso más que los que prepara mi mamá. — La halagué, sonriéndole ampliamente, mientras empezaba a devorar mi comida, cuanto más comía, más hambre me entraba.

— Me alegra que te guste papi, lo hice especialmente para vos. Es la primera vez que lo hago, pero me esforcé, quería recompensarte. — Dejé los cubiertos a un lado del plato, centrando toda mi atención en la mujer que tenía frente a mí, y que me observaba como si fuera la persona más importante para ella en estos momentos. Extendí la mano por encima de la mesa, entrelazando nuestros dedos, llevando su mano a mis labios, dejando un casto beso en el dorso de la misma. Me sentía orgulloso de ser otra de sus primeras veces, ya había sido su primer amor, su primera vez, le había dado su primer hijo y ahora me había preparado su primer plato, si esto no era amor, no se qué sería.

— ¿Recompensarme? ¿De qué o qué? — Yo era el que tenía que recompensarla a ella por todo el daño que le causé, no me bastaría la vida entera para agradecerle que fuera capaz de superar el pasado y empezar una nueva historia a mi lado.

— Quería devolverte todo lo que hacés e hiciste por mí y la forma en cómo me consentís y me cuidás a diario. Se que no es mucha cosa, pero preparé tu comida favorita y compré una sorpresa para vos, bueno para ambos. — Me explicó, sacando del bolsillo interior de su chaqueta el sobre manilla que le dio Erik en la mañana. Así que por eso estaba tan misteriosa. Sonreí como un niño la mañana de navidad, mientras sacaba del interior del sobre dos boletos de avión a Grecia para dentro de dos semanas.

Gritándoselo al mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora