24h

217 23 4
                                    

Capítulo tres

Me desperté por la voz de Omar hablando con alguien justo a mi lado. Intente no hacerle caso y volverme a dormir dándole la espalda pero ya me fue imposible conciliar el sueño.

En cuanto me gire vi a Omar hablar con Alex, era normal que lo escuchara cerca ya que estaban sentados en el suelo al lado de mi cama.
-¿No os podrías haber ido fuera?- fue lo primero que dije mientras me frotaba los ojos.

-Buenos días a ti también perezosa- mientras Alex me respondía, Omar se giró a mirarme.

-¿Que hora es chicos?- me incorpore en la cama, viendo que todo el mundo estaba dormido.

-Las 7:30 creo- respondió Omar buscando su teléfono.

-Os voy a matar, ¿que hacéis despiertos tan pronto?- pregunté tirándome de espaldas, otra vez, a la cama.

-No podíamos dormir más- respondió Alex.

-Bueno, pues salir fuera antes de que despertéis a alguien más o bajar un poco el tono de voz- les dije mientras me levantaba de la cama.

-¿A donde vas? Aun no han puesto el desayuno- me preguntó Omar mientras me veía alejarme.

-Voy a asearme y vestirme un poco, deberías hacer lo mismo- les dije en tono de broma, guiñándoles un ojo mientras me reía y ellos me imitaban levantándose de sus sitios.

(...)

Después de las clases que tocaban por la mañana y haber ensayado un buen rato me tumbe en el sofá boca abajo, pensando en que hoy sería el primer pase de micros y los nervios me comían por dentro.

-¿Estará dormida?- escuche que hablaban a mis espaldas.
-No creo- respondió Salma a la otra voz.

Note que una parte del sofá se hundía a mi lado y supuse que alguien se acababa de sentar. Gire mi cabeza justo en ese momento para encontrarme a Salma y a Naiara.

-Buenos días, dormilona- hablo Naiara- ¿sabes que siempre que te veo estás durmiendo?- me preguntó riéndose y sentándose a mi lado también.

-Ahora no estaba dormida- intenté defenderme aun con una sonrisa en la cara - aun no me acostumbro a estos horarios- explique el porqué de mis malas rutinas.

-Venga vamos, ¿te dejamos sola o vienes?- me preguntó Salma aunque yo sabía que quería que fuera.

-Adelantaros vosotras, luego os busco- les dije sonriéndoles y viendo cómo se levantaban y se iban.

Volví a mi posición de antes y seguí pensando en lo bonito pero abrumador que era esto, es decir, es una experiencia bonita, eso es indudable, pero abrumadora por las cámaras, siempre están ahí, tienes que tener cuidado de lo que dices y haces para que no se malinterprete todo.

Poco después aún seguía inmersa en mis pensamientos y no noté que alguien estaba a mi lado hasta que me comenzó a acariciar el pelo.

-Joder, que susto- me gire para ver quien había sido el causante de asustarme.

-Perdóname boluda- me respondió el uruguayo sentado a un lado mío.

Corazón Hambriento || Lucas CurottoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora