24h

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Capítulo cuatro

Me desperté sobresaltada y miré a mi alrededor, acababa de tener una pesadilla y estaba con la respiración muy acelerada.

Mire a mis compañeros y note como estaban todos dormidos así que debía de ser pronto.

Mire la hora en el móvil y vi que eran las 3:55, suspire y me levante de la cama para salir de la habitación.
Fui a lavarme la cara porque estaba sudado y ya no sabía si era por la pesadilla o por el dolor de cabeza y si era esto último significaba que tenía fiebre. Me toque la frente con el dorso de la mano para confirmarlo y estaba ardiendo.

Cuando acabe de asearme fui a coger un vaso de agua para irme un rato a la terraza para ver si dejaba de tener tanta calor.

Allí fuera me puse a pensar en el concurso, llevábamos 4 días y esto no es tan fácil como pensaba. Es mucho trabajo día tras día, mucha exigencia en ti misma para no defraudar.

Me tumbe en los sillones que habían en la pequeña terraza y me puse a mirar las vistas, las cuales daban a una especie de casa abandonada, nunca me había parado a mirar las vistas, pero por la noche poco se podría apreciar de todo esto.

Pensé en tomarme una pastilla pero recordé que no teníamos medicinas si no que teníamos que pedírselo a Clara, la de recepción, pero dudaba mucho que estuviera a estas horas por aquí.

Me masajee las sienes en un intento de aliviar el dolor pero fue en vano, cada vez iba a más, así que me levante dispuesta a ir a la cama otra vez.

Cuando entre a la habitación me vi cuenta de que una de las literas estaba vacía pero no supe reconocer de quien era y mire a todos pensando en quien faltaba.

-Boo- escuche a mis espaldas y bote del sitio con una mano en el corazón ya que casi se me salía de sitio.

-Joder- exclame mientras me giraba a ver quien era.
Juanjo se empezó a reír bajito mientras yo seguía recomponiéndome del susto.

-No hagas eso joder, casi me da algo- le dije mientras él se seguía riendo.

-¿Que haces fuera de la cama?- me preguntó una vez paro de reírse.

-No podía dormir, he tenido una pesadilla- le expliqué mientras entrecerraba los ojos.

-¿Te encuentras bien? Estás un poco pálida- me dijo mientras me tocaba la frente.

-Si si, no te preocupes- le dije retirándole suavemente su mano.

-Estás muy caliente Sofía- me dijo mientras me miraba preocupado- prométeme que si sigues encontrándote así le dirás algo a Noe- me miro serio.

-Lo haré, no te preocupes Juanjo- le di un abrazo y acto seguido me fui a mi cama dándole la espalda a todo el mundo.

(...)

Me desperté por la alarma, mire la hora y eran las 8 de la mañana, la hora de despertarse, pero mis ganas eran nulas.
Poco rato después note unos brazos moviéndome.

-Estoy despierta, no te preocupes- solamente abrí un ojo para ver qué se trataba de Juanjo.

-¿Como te encuentras? Me dejaste un poco preocupado esta noche- acto seguido puso su mano en mi frente- joder estás ardiendo, ¿quieres que le diga algo a Noe?- me preguntó preocupado.

Corazón Hambriento || Lucas CurottoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora