24h

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Capitulo uno, día 1; Convivencia

Me despierto a gritos gracias nuestra querida Noemi Galera.
-Arriba esos culos, se que estáis cansados pero como alguno de vosotros se os ocurra llegar tarde al repaso de gala, tal y como habéis venido os vais pequeñuelos- mientras tanto, algunos van saliendo de la habitación dándole un beso en la mejilla.

Por mi parte en un acto de rebeldía me tapo con la manta hasta la cabeza, intentando conseguir solo unos segundos más de silencio.
El cual se ve interrumpido cuando siento que alguien se acababa de tirar encima mío.

-Oye- digo destapandome la cara para ver al culpable de estar aplastada.

-Buenos días amor- Juanjo con su radiante sonrisa me da un beso en la mejilla y sale de la habitación antes de que le pueda decir nada.

Ya abandonando la misión de descansar unos segundos más me levanto de la cama medio dormida y me acerco a Noemi, pero envede de darle un beso e irme, le doy una abrazado mientras ella me acaricia el pelo.

-Que niña más perezosa ha entrado en OT por dios...- dice de broma mientras deja un beso en mi pelo.
Haciendo un amago de risa me retiro de la habitación para ponerme algo presentable.
Agarro unos leggins y una camiseta que pone mi nombre, esta última, a petición de Noemi que nos acababa de decir que así el público se enteraba de nuestros nombres.

Nada más salir decido ir de cabeza a la cafetera, pero Lucas me intercepta por el camino dándome un abrazo a lo "Buenos días", deja un beso en mi cabeza y se va a preparar el desayuno.

Me hago un café largo y muy cargado de café, porque aguantar las cámaras, convivencia (estaba acostumbrada a vivir sola) y ahora tener que verme en una pantalla, me ponía mala.
Realmente estoy pensando mientras me estoy hachando el azúcar y no sé qué medidas me estoy poniendo hasta que escucho:
-Eso no es café con azúcar, eso es azúcar con café niña- justo en ese momento vuelvo a la realidad al escuchar la voz de Alex.

-Ups, creo que me he pasado un poco- me limito a poner una mueca, la cual hace que el chico estalle en una sonora carcajada.

Decido sentarme en la primera mesa que veo más vacía, justo la más cerca del café.
-¿No comés nada?- me pregunta el uruguayo preparándose un café.

-Me pasas una mandarina por favor- le sonrío de manera inocente, a lo que él se limita a sonreír y dejarme una en la mesa.

-Aqui tenés- le tiró un beso imaginario y se vuelve a ir a preparar su desayuno.
En menos de 5 minutos la mesa empieza a llevarse de gente.

-¿Como te sientes al ser la única chica en nuestro grupo?Eres una privilegiada enana- frunzo el ceño al ver el apodo que había adoptado Omar desde hace unas semanas.

-No sé si aguantaré tanta chusma junta- miro a mi mesa mientras me rio por ver sus reacciones de ofendidos.

Paul, Alex, Cris, Lucas, Omar y yo estábamos en la misma mesa con mucho espacio, mientras que en la otra se estaban matando por los sitios.
Me di cuenta enseguida de que había escogido bien, ya que por las mañanas me gusta el silencio, cosa que compartimos todos los de la mesa, mientras que en la otra es todo más... caos.

(...)

La mayoría de nosotros llegamos un poco justo por intentar arreglarnos un poco, aún nos daba cosa esto de las cámaras.

Corazón Hambriento || Lucas CurottoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora