7: Sin avisar

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Eran las cuatro de la tarde, Juani despedía a los pequeños que se iban con sus padres, le gustaba ver las caritas de alegría cuando sus padres llegaban.

Cuando se fueron todos, el ojiazul suspiró, ahora le tocaba ordenar un poco el salón antes de irse. El pequeño Agus estaba en el suelo pintando con unos crayones, balbuceaba algunas cosas, pero no se le entendía nada.

Su tranquilidad fue interrumpida por su celular, era un mensaje de Blas, sonrió con un ligero sonrojo en las mejillas y lo abrió.

"¡Juani, cierra la puerta de tu salón y no dejes que entre!"

Eso sinceramente no se lo esperó, escuchó unos pasos venir del pasillo y se asustó un poco pensado en quien sería, tenía que ser alguien malo para que Blas le mandará un mensaje de esa manera.

Dos personas se pararon en el umbral de la puerta, uno tenía el cabello oscuro y la otra tenía el cabello ligeramente ondulado y negro, Juani sintió como su garganta se secó al pasar saliva.

-¿Éste es el salón 3-C, en donde se encuentra Agus Polidori?- preguntó amablemente el señor del cabello oscuro, el pequeño Agus que estaba dibujando en el suelo, volteó su cabeza en dirección de la persona que dijo su nombre.

-¿Ba-ba?- Agus vió a los adultos, les parecían familiares, pero no del todo, lo mejor era ponerse en un lugar seguro, se levantó y caminó hasta las piernas del omega para esconderse allí.

-Miralo Martin es tan tierno y ya camina.- habló la pelinegra con cariño, Agus solo sacó un poco la cabeza de un lado mirándolos, y Juani sonrió algo tenso.

-Disculpen, ¿Me podrían decir quiénes son?- el ojiceleste preguntó haciéndose una idea de quiénes eran, se agachó un poco para tomar a el pequeño en sus brazos, Agus solo se agarró de su delantal y miraba curioso.

-Ah, que maleducados somos, mi nombre es Juliana Yaconis, y el es Martín Polidori.- Juani sintió como su cuerpo se entumecía, estaba al frente de los padres de su alfa, ahora no sabía ni como actuar, no quería dar una mala impresión.

-E-es un gusto conocerlos, soy Juan Caruso.-ahora estaba completamente nervioso, incluso su voz había temblado un poco, miró a el pequeño Agus quien solo se chupaba su dedito pulgar.

-Asi que eres Juani.- la mayor se acercó hasta quedar frente al ruloso, quien solo tragó saliva nuevamente.-Me alegra que mi mocoso haya encontrado a alguien tan bonito como vos.

Juani sintió como su sonrojo cubría su rostro hasta las orejas, sonrió de manera tensa mientras que la mayor le miraba relajada. Unos pasos apresurados se oyeron venir desde el pasillo. Blas apareció, respiraba un poco agitado y estaba algo sudado, miró a los mayores, pero sobre todo, miró mal a la pelinegra.

- Mamá, ¿Qué fue lo que te dije?- regañó mientras se acercaba a ellos, la pelinegra solo bufó arrugando el entre cejo igual que su hijo.

-¡Vos a mí no me mandas mocoso, ni siquiera vas a visitarnos ni nada!, Y cuando vengo ¿De qué me entero?, Tenés Omega y hasta de una demanda te libraste.- Juani solo los miraba discutir, no se insultaban en parte, eran moderados y quizás era porque estaba el pequeño al frente de ellos.

Juani miró la sonrisa nerviosa que tenía el hombre de cabellos oscuros, no era tanto nerviosa, más bien algo agotada, como si estuviera acostumbrado.

-¿Siempre son así?- preguntó por lo bajo mirando al mayor, éste solo le sonrió y asintió levemente.

-Ya sos parte la familia, bienvenido a mi mundo.- le contestó el mayor y Juani solo pudo reírse por lo bajo, madre e hijo eran iguales, no había ninguna duda de eso.

¿Mamá? - Blas polidori x Juan Caruso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora