3- El mensaje de tu corazón.

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Soy Gulf Kanawut…

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Soy Gulf Kanawut…

A mis 14 años me definí como homosexual, viví aislado como si tuviera piojos.

Mi padre renegó de mí. Sus gritos e insultos partían mi alma. Estuve encerrado días enteros sin comer. Mi madre por defenderme estaba lastimada.

Cuando ya mi deterioro era notorio, la policía fue a nuestro hogar y pudieron constatar que era agredido y encerrado. Los golpes en mi madre y en mí llevaron a la policía a detener a mi padre. Quién luego solicitó el divorcio.

Después de que firmaron aquel documento ya no supe nada de él. Con mi madre nos mudamos de aquella casa que nos traía malos recuerdos.

A mis 18 años recuerdo que mi padre me citó para hablar. Nos sentamos a conversar. A su lado había una chica que tenía unos 20 a 23 años.

—Ella es Camila.

Ella quitó su zapato y empezó a acariciar mis piernas. Cínicamente sonreía. Mi límite se sobrepasó cuando su pie se fue a dar en mis genitales.

Me levanté y le tiré el jugo en la cara para ver si así se le bajaba la calentura. Mi padre se levantó y me abofeteó. Trate de explicarle lo ocurrido, pero resulta que Camila era una prostituta.

Él le pagó para tener sexo conmigo. Me di cuenta de que jamás me aceptaría. Me di la vuelta y sus insultos me desgarraban el alma. Hubiera preferido un cuchillo en mi corazón.

A mis 24 años actualmente terminé la universidad y fui un destacado estudiante, lo que me llevó a trabajar en una de las mejores empresas de la ciudad de Bangkok. “CorpSuJo” Trabajo en el área de marketing.

—¿Ya está listo el proyecto Gulf?

—Sí jefe. Ya está listo, se lo entrego ahora.

Estaba sacando fotocopias, al terminar me dirigí a mi escritorio. Cuando iba a tomar la carpeta encima de esta había una nota.

Tus ojos son dos hermosos luceros, tienen un brillo tan especial que se apaga cuando estás triste. Detesto verlos así. Sonríe, te ves más hermoso.

Fue una nota bastante extraña y miré por todos lados. Nadie tiene cara de sospechosa o sospechoso. Me acerco a mi jefe y entregó la carpeta.

—Muy bien, te quedó excelente como siempre. Ahora llévaselo al señor Suppasit.

—¿Yo?

—No, yo —Me responde con burla—. ¡Claramente tú! A ti te estoy mandando. El señor Suppasit dio órdenes para que cada uno vaya con su proyecto a su oficina y lo presente.

—¿Eso no se realiza en las reuniones?

—Gulf, soy el jefe del área, no hago las reglas. Ahora ve antes que el turno termine.

"Minicuentos" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora