Capítulo 3

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Taehyung.

Jungkook disfrutaba de tener fiestas todos los fines de semanas pues sus padres pasaban más tiempo afuera realizando viajes de negocios que en la mansión y claro, eso le permitía mucha libertad de hacer lo que quisiera.

Así que estaba acostumbrado a lidiar con multitudes de chicos igual de guapos y presumidos que él, los cuales parecían sentir placer de tratarme como si yo fuera sirviente de todos.

Y ni hablar del desorden con el que debía lidiar una vez acabada la fiesta.

Era asqueroso, pero estaba bien, al menos era un trabajo decente.

Mientras recogía latas de cerveza en una bolsa pensaba en como le diría a Jungkook que necesitaba un aumento.

No sería fácil, era como pedirle un favor al mismo diablo sin exagerar.

Bueno, ahora que lo pensaba mejor hasta el mismo demonio sentiría celos del nivel de maldad que tenía mi jodido jefe.

La música pop resonaba en la sala y se volvía más imperceptible para mis oídos a medida que subía al segundo piso.

Abrí una puerta y me encontré con una imagen que me hizo palidecer. Jungkook embistiendo a una chica mientras la sostenía de la cintura y la hacía gritar de placer.

Sin querer, dejé caer las bolsas alertando a Jungkook el cual cuando me vió en vez de detenerse folló a la chica con movimientos más rápidos.

–L-lo siento –Me disculpé torpemente y cerré la puerta.

No era la primera vez que escuchaba a Jungkook follando con una mujer en las habitaciones de huéspedes. Vamos, el chico tenía dinero y sabía como sacarle provecho a sus atributos físicos así que no era una sorpresa que cientos de chicas lucharan por ser elegidas para pasar una noche con él.

No obstante, jamás había visualizado aquellas escenas frente a mis ojos y me resultaron algo... perturbadoras.

Jungkook salió de la habitación sin camiseta y mis ojos se atrevieron a bajar por su escultural pecho.

Y decir que si yo entrenara tanto como él tendría semejante cuerpo.

–¿Se fueron todos? –Indicó con su cabeza el piso de abajo.

–Sí, señor, sólo quedaron unos borrachos junto a la piscina.

–Está bien –Jungkook se colocó la camiseta por encima de su cabeza– .Dile que se vaya.

Esto era algo cotidiano, de todos los días. Jungkook seducía a las jovencitas y después de usarlas como se le antojara simplemente me mandaba a sacarlas como si fueran un simple juguete.

–¿Tan pronto?

Casi siempre tardaba más en satisfacerse.

–Si te pagara por hacer preguntas estúpidas ya te hubieras comprado un Ferrari.

–Tiene razón, discúlpeme –Hice una reverencia y entré a la habitación.

Usé la misma excusa que con todas. Supuestamente los padres de Jungkook vendrían en una hora y no querríamos causarle problemas.

Gracias a Jungkook me había vuelto mentiroso profesional.

Sentí tanta pena por la chica porque era demasiado hermosa. Jungkook siempre se conseguía a las más bellas y con el mejor cuerpo.

¿Sería coherente pedirle su número en un momento tan vergonzoso para ella? No lo creía. Además si se había fijado en alguien tan deslumbrante como Jungkook, yo no tenía oportunidad ante él. Era guapo, atlético y rico.

¿Y yo? Pues estaba vivo.

Una vez en la cocina, me topé con Jungkook que abría uno de los helados del congelador.

Parecía estar de buen humor, era ahora o nunca.

–Señor Junkook...

–¿Te deshiciste de ella?

–Sí, sí.

–Genial –Se llevó una gran cucharada de helado a la boca.

–Señor Jungkook, yo quería p-pedirle algo –Froté mis manos nervioso.

–¿Qué?¿Tus padres no te enseñaron a hablar? Dilo de una puta vez.

–Me gustaría un aumento.

Lo próximo que escuché fue la fuerte carcajada de Jungkook.

–¿Un aumento?¿Tú?

Jungkook río y yo también reí siguiéndole el juego.

–Sí, es que sabe que mi tía cuida de mi hermano y no nos alcanza para...

–Sí, sí, resumiré tu aburrida historia –Puso sus ojos en blanco– ¿Quieres más dinero?

–Sí, por favor.

Jungkook se me quedó mirando unos segundos formando una gran sonrisa.

–Podemos negociarlo si lo deseas.

–¿En serio? –Sonreí con muchos ánimos– ¡Muchas gracias, señor!

–Pero primero, lléname la bañera. Estoy hecho un asco.

Asentí con efusividad y pensé que tal vez me había equivocado con Jungkook. Tal vez no era tan malo después de todo.





Contrato Sexual +18 (KookTae) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora