El dólar

Sangre de lobo

El hada reconoció al instante esa voz, esa sombra, ese abrigo...

Al voltear tuvo un pequeño susto, antes de darse cuenta de lo que pasaba.

-¿Qué haces aquí? - le dijo alterada.

-¿Que haces TÚ aquí? - evadió la pregunta el minotauro - Pensé que ibas a viajar a otra época.

El hada recordó su conversación con los demás, le molestaba el hecho de que tal vez nunca podrían salir de ahí, arriesgándose, hasta que la bruja aprenda a viajar en el tiempo con la posibilidad de que los encuentren.

- No creo que podamos hacerlo tan pronto como creíamos - fue lo único que le pudo decir.

-¿A qué te refieres?

El hada se sentó en el césped, exhausta de caminar.
El minotauro hizo lo mismo junto a ella.

- Estábamos comiendo cuando salió ese tema, intenté sacar información sobre como le iba, que tan pronto podríamos huir... - el minotauro la miraba con atención - hay muchos riesgos, entre ellos, la posible muerte de mi amiga, Marcela, es la única humana en nuestro grupo.

- Que la bruja no esté preparada no garantiza que tú amiga morirá - intentó tranquilizarla.

- No es sólo eso - no sabía cómo explicarle - hay más de un riesgo : Su identidad o su nombre pueden cambiar, demencia... Y lo que ya te conté.
Ella nos acogió en su casa cuando nosotras no teníamos nada. Sus abuelos nos adoptaron, nos heredaron el negocio y nos enseñaron a sobrevivir.
Si viajamos por estas fechas sin importarnos lo que le pase, sería una traición, no podemos dejarla de lado, habría que esperar.

- Lo entiendo - dijo él - pero lo mejor sería que tú y tus amigos se vayan - hizo una pausa - quiero ayudarte de alguna forma.

- Tal vez si tú nos llevas... - sugirió el hada, sonriendo.

El minotauro rió - No estoy para eso, aún tengo que ver cómo les pago a los del hospital, quizás pueda poner un negocio...

- ¿Y qué hay del tipo de moneda?

- Ya me las arreglaré - contestó simplemente, sacando una botella y agregándole ciruelas con miel que tenía guardadas en un frasco de su abrigo, para luego agitarlas.

- ¿Que es eso? - preguntó con interés.

- Una bebida de mi época ¿Quieres probar?

El minotauro le tendió la botella y ella sintió un olor extraño. Ingorándolo, tomó un buen sorbo.

- Nada mal - se la regresó al minotauro y él también bebió - deberías enseñarme más.

- Otro día - guardó la botella.

- No me dijiste que hacías aquí aún - continuó el hada.

- Fui a visitar a unos amigos - contestó el minotauro con simpleza - Apenas me enteré de que estaban aquí.

- ¿Y estabas regresando?

- Efectivamente.

- ¿No te importan los reportes? - se sorprendió.

- Los reportes pueden c...

Pero no terminó de decirlo, el hada lo interrumpió al recordar algo.

- Creo que deberíamos irnos.

- ¿Por qué?

El hada no sabía si decirle lo que acababa de hacer, le resultaba horrible pensarlo.

- Hace un rato escuché como si mataran un animal, por eso vine, quería asegurarme de que no había nada, pero encontré un lobo muy herido.