Capítulo 5: Cada vez menos hermanas, parte 1

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Mientras tanto, en la Ciudad del Norte, la familia Nakano ha pasado por una crisis de la que parece que no saldrán jamás. Ya que durante el juicio en donde estuvieron presentes Ichika e Itsuki, las otras dos hermanas brillaron por su ausencia. Entonces, ¿qué fue lo que había pasado con las otras dos hermanas?

Es una historia un poco triste, pero para contar la situación hay que remontarse a la mañana siguiente luego del fallecimiento de Fuutaro. Ya que tras recoger el cuerpo del joven Uesugi, la familia tuvo que acompañar a los servicios forenses para el papeleo.

— Raiha-chan... -Yotsuba estaba con las lágrimas cayendo en su rostro y llamó a la hermana menor del occiso-.

— Nani...? -ella no quería voltear a ver, en estos momentos su cabecita no sabía qué pensar, estaba aún asimilando que su hermano falleció en frente suyo-.

— Tu hermano creo que pudo ser un buen tutor para nosotras. Sé que nada de lo que diga yo hará que la situación cambie, pero... -la cuarta hermana fue interrumpida-.

— Sumimasen, necesitamos irnos ya. ¿Ustedes son familiares? Debemos llenar el papeleo para la investigación. Si no hay un adulto, le notificaremos desde la morgue, pero deberán acompañarnos. -mencionó el joven paramédico que estaba en la puerta de atrás de la ambulancia-.

— Miku... ve a casa. No regresaré... -la chica de pelo naranja dijo estas palabras sin voltear a ver a la castaña de los audífonos-.

Yotsuba no dudó y se subió al vehículo junto con la niña, se subiría al vehículo con Raiha y le diría al conductor que solo empezara a manejar hacia su destino. Miku solo veía melancólica cómo el vehículo se iba.

— Raiha-chan, en estos momentos debes odiarme a mí o a mi familia por hacer esto. Pero a partir de ahora te prometeré esto: voy a quedarme contigo y cuidaré lo que tu hermano empezó. -Yotsuba había tomado la manita de Raiha, la pelinaranja sonreía mientras sus mejillas se convertían en ríos de lágrimas-.

La pequeña solo asintió con la cabeza y apretó la mano de ella. Al final solo se escucharía un llanto desgarrador de una jovencita por el luto de perder a su modelo a seguir. El camino sería relativamente corto, pero en todo ese tiempo se sintió una eternidad. El dolor de ver a una pequeña llorar como lo hacía Raiha era devastador para cualquiera.

En cuanto a Miku, ella había quedado por última y solo suspiró para pedir transporte por aplicación hacia su casa. La verdad es que en tan poco tiempo habían pasado tantas cosas y no terminaba de procesar que tenían un tutor nuevo que empezó con el pie izquierdo con ellas. Desde la forma en que se conocieron, las interacciones, la impresión general que tenían de él y que terminara muerto por quererles enseñar.

Sé que no es alguien que yo haya conocido antes, otou-sama lo buscó para enseñarnos y tratar de aprobar pero... ¿merecía morir por un trabajo? La familia de él parecía estar en una situación menos acomodada que nosotras. Si solo quería dinero, no tenía que esforzarse demasiado. Pero estaba dispuesto a aguantarnos a las cinco para hacerlo bien. Nino... sé que tú odias a todo el mundo que se mete en nuestras vidas... ¿era necesario llegar a estos extremos? Ichika lucía muy alterada cuando le conté... ES CIERTO... si esto se llega a saber nuestras vidas cambiarán... nuestro apellido sufrirá las consecuencias... -el conductor le avisó a Miku que había llegado al condominio-.

Al bajar notó que estaba una patrulla estacionada frente a la entrada del edificio y al levantar la vista notó que salían dos policías escoltando a Nino que estaba esposada con las manos atrás.

— Miku... -Nino al ver que Miku estaba frente a ella cerca de la patrulla-.

— ¿Quién eres tú? -fue lo único que dijo la castaña-.

Agua muerta: el karma no existe (Gotoubun no Hanayome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora