Capítulo 13: El karma a veces no existe

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Era la hora del almuerzo, estaban Nagatoro, Hoshizaki, Gamo y Yumeko platicando mientras degustaban su comida. Les preocupaba Nino, quien estaba más errática de lo normal y todo empezó desde que salió del hoyo.

— Tengo miedo por Nino... -dijo Hayase para romper el hielo-.

— He notado que ella no está bien. Dos meses en el hoyo joden a cualquiera. -Yumeko parecía haberle agarrado simpatía a la Nakano-.

— Mierda... -Hoshizaki Rika llamó la atención de las demás con esa expresión-. Nino llegó ayer a la lavandería y preguntó por una soga de las tendederos y se la di...

— PENDEJA, ¿POR QUÉ SE LO DISTE? -Gamo se asustó y le tomó del cuello a la rubia-.

— Gomen... no imaginé en el momento que podría hacer eso... -Rika se excusaba, pero su rostro juguetón era diferente a lo normal, esta vez estaba nerviosa-.

— Habrá que vigilarla. -dijo Nagatoro-.

— En el día es posible, por la noche se pinta complicado. Su celda queda para ella sola. -Yumeko parecía preocupada-.

— Nino está perdiendo el juicio, pero no la veo capaz de llegar a eso. Su carácter fuerte no le dará para tomar esa decisión. -sentenció Hayase-.

Más tarde esa noche 

En la oficina de la directora Kyouka, estaban Yumeko como contadora y Nino haciendo el inventario para los programas sociales de alimentación. Jabami le entregaba los documentos de contabilidad y depósitos para guardarlos en una caja fuerte que era antes de Lena.

— Si ya terminaron, me voy a casa. Quiero que laven mi ropa a mano, lustren mis botas y traigan mis trajes de la lavandería... -Kyouka estaba poniéndose su boina y abrigo para irse-. Es un gusto tenerte aquí, Nino. Estos dos meses sin ti fueron difíciles.

La sonrisa de la nueva directora era de burla, cosa que molestaba a Nino pero tuvo que contenerse sus ganas de expresarlo y no le fue difícil. Sus ojos sin vida y pasividad daban a entender que no tenía opciones. Así que ambas chicas pasaron la noche sin hablarse, dejando que el tiempo avanzara.

Cuando Nino y Yumeko fueron a sus celdas, la chica Nakano solo veía de reojo a Nagatoro y al entrar a su aposento, solo sostuvo la cuerda con sus manos y se sentó sin hacer nada más hasta que apagaron las luces. Fue una noche larga para todas.

A la mañana siguiente, en el conteo normal de las celdas y el registro rutinario. Esdeath escuchaba que sus asistentes le decían que todo estaban en orden. Pero esa mañana hubo algo diferente.

— Esdeath-sama, en el ala 2-este falta una reclusa. Es la 205. -dijo una guardia-.

— 205, Nakano Nino... OE NAKANO. -Esdeath empezó a caminar furiosa hacia la celda-. Más te vale que estés enferma, porque sino es así cambiaré tu estado a muerta.

— ... -Esdeath revisó la celda y lo que vio la dejó sin palabras-. LLAMEN A UZEN-KOUCHOU.

Tan pronto como se escuchó la orden, las guardias más cercanas a la salida corriendo para invocar a la directora de la prisión. Luego de varios minutos, se apersonó al área donde estaba la jefa de los guardias y al ver el lugar, su semblante de molestia y se convirtió en ira.

— ¿CÓMO MIERDA ES QUE NO ESTÁ? DIME ESDEATH. -el escándalo daba miedo a varias de las convictas, especialmente porque nadie había podido hacer que Esdeath se viera regañada o intimidada-. ¿Ves esta lista? Anoche en el conteo, el nombre de Nakano Nino estaba marcado, lo que significa que estuvo aquí. ¿Cómo putas eso cambió hoy? Así que escúchame bien, Esdeath. Quiero que la busques, la ubiques, la encuentres y me la traigas aquí. ¿Entendiste? Interroga a las amigas de Nakano para ver si no hay alguna colaboradora.

Agua muerta: el karma no existe (Gotoubun no Hanayome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora