Todo era oscuro, no podía sentir, no podía ver, escuchar o hablar, tanta oscuridad me inquieta, no recuerdo... No recuerdo... Pero... ¿Qué no puedo recordar?
Es tan frustrante, cuanto.... ¿Cuánto tiempo me he estado haciendo las mismas preguntas?, ¿Cuánto tiempo he estado aquí?, ¿Por qué estoy aquí?, ¿Estoy muerto?, ¿Esto es lo único que espera a uno.....?, yo... Ya no puedo...
Quiero... Quiero salir de aquí. Esto, no puedo....
En hogwarts, en un salón de clase abandonado por la hora tardía y por la ausencia de alumnos, se encontraba inundado por la oscuridad de la noche, tan solitario como debería serlo tanto en vacaciones como en horas de sueño, dando una tranquilidad al salón un tanto inquietante.
Ese salón era...
El aula de pociones, una pequeña esfera transparente hizo acto de presencia invadiendo todo el lugar de una luz pura e inquieta.
Esa pequeña esfera fue tomando forma, una humana, no se detuvo hasta que su apariencia tomo la forma de un pequeño niño de once o doce años, tenía uniforme que delataba que era un estudiante de aquél internado de magia, cayó al suelo al perder el equilibrio, su cara golpeó el suelo pero no emitió ningún quejido.
Todo en él era de un azul transparente, apoyo sus manos en el suelo y con ello se ayudó a sentarse, miro con confusión su alrededor y parpadeo, sorprendido.
-¿Dónde...? -se pregunto débilmente, levantándose del suelo algo tambaleante y no tarda en abrazarse por el miedo que sentía.- ¿Dónde estoy...?
Mira hacía la puerta, se encontraba cerrada, pero no bloqueada. Suspira. Decide caminar hacia la puerta e intenta abrirla pero algo lo hace detenerse y alejarse, cayendo sobre su trasero.
Mira sus manos mientras una expresión de dolor se formaba en su rostro, parpadea, confundido mira hacía la puerta.
-¿Por qué....? -se preguntó, confundido el pequeño niño.- ¿No... No puedo salir?
Suspira resignado y solo se dedica a mirar su alrededor, detalla todo y un interés comienza crecer en él ante un objeto que llamo su atención, se levantó de un salto y no se dió cuenta que comenzó a flotar, voló hasta el pequeño caldero olvidado en uno de los pupitres.
-Esto es.... -murmuró, nunca termino la frase, una sonrisa creció en su rostro cuando con sus curiosos ojos comenzó a buscar algo, entonces, vió una estantería- Libros... Quizás... Me sirvan de algo...
Flotando hasta la estantería, tomo un libro de pociones básicas.
El tema le pareció interesante, y durante toda la noche se sumergió en una profunda lectura sobre pociones y como hacerlas.
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Hace dos meses, la noticia de que uno de los estudiantes había muerto, tomo desprevenido a todo el personal de hogwarts y cuando se supo de quién se trataba nadie pudo evitar que la noticia volara fuera de las paredes del colegio.
Harry Potter, ha muerto.
Mis queridos lectores, su escritora favorita os viene con una de las más trágicas noticias, el último Potter, con tan solo doce años de edad, ha muerto en un accidente en su clase de pociones.. se rumorea que su último acto fue salvarle la vida al causante de la tragedia.
Los colibrís me cuentan que un leoncito hizo todo lo que el profesor dijo que no era correcto, causando una peligrosa poción que causo una explosión que no pudo ser evitada al ser muy tarde cuando se dieron cuenta.
No, mis colibrís, no fue la causa de su muerte, claro que no, uno de los escombros de madera perforó su pecho y lo llevo a una muerte dolorosa e inevitable.