capítulo 6

114 5 1
                                    

(Gojo Satoru)

Había ido en búsqueda de shoko a su habitación, en esta temporada solia faltar mucho pues el clima no era de su agrado por su uniforme, al llegar a su habitación toque la puerta con delicadeza.

-puedo pasar-me sentía nervioso por algúna extraña razón aún así queria su consejo, se dice que para este tipo de temas las mujeres son expertas.
-adelante, entra-
-shoko, no piensas ir a clases el viejo te puede regañar -realmente me preocupo verla toda cubierta con las cobijas.
-tengo demasiado frio como para ir, gojo-
-ah, ya veo, es dificil tener el uniforme en esta temporada, aún más para ti que usas falda-
-si, pero que le vamos hacer, tengo tanto frío que ni ganas de fumar tengo -
-¿eh? Vaya eso sí es novedad-me sorprendió aquel comentario y también me pareció chistoso de saber.
-shoko, yo... queria preguntarte sobre algo- no me di cuenta que estaba muy nervioso, comencé a mover mis manos para quitarme los nervios aún que no sirvió de mucho.
-ya, bueno dime qué sucede -
-bueno es que me gusta alguien pero ese alguien también le gustó pero ese alguien piensa que yo no estoy enterado pero ya se que le gustó a ese alguien y yo quisiera decirle a ese alguien que me gusta pero nosé cómo decirle a ese alguien que me gusta sin decir que se que ese alguien le gustó - ni yo quién era el que estaba explicando la situación me entendi creo que no fui hecho para explicar algo.
-espera... ¿Qué? No comprendí desde el inicio -
-¡Me gusta suguru! Shoko-en un arranque desesperado grite aquella frase senti como mi pecho se quitaba una carga.
-¡ehh! Desde cuándo-está hizo una cara de asombro pero no sabía si por lo que le dije o por mi grito aún que creo que fueron ambas.
-eso es lo menos importante quisiera saber como le podría decir el 24 que me gusta sin sentir miedo al rechazo-
-el poderoso Gojo Satoru tiene miedo a ser rechazado, es una clase de broma-tenia razón era la
primera vez que sentía miedo sobre algo no era muy común en mi.
-es que...-no tenia palabras para expresarme correctamente.
-solamente dile lo que sientes si quieres hacer romántica la declaración lleva flores o llévale una rosa roja y una caja de chocolates, y no lo pienses demasiado solo dilo -
-¡Si! Eso haré gracias shoko-si eso iba a hacer sin embargo aún tenía miedo al rechazo de suguru
-le diré ¡Me gustas mucho!, quieres ser mi pareja -
-bien, ahora préstame tu suéter que tengo frío -
-¿eh?, Esta bien toma- me quite el suéter que tenia y shoko enseguida se levantó y se puso el suéter me sorprendió que ya tuviera el uniforme y zapatos puestos pero no queria levantarse por el frío que había ese dia.

Cuando piensas que todo resultará bien siempre hay algo que lo cambia todo, el no saber que pasará en el futuro resulta horrible para aquellos que tienen planes y pensamientos para este sin saber si vivirán para cumplir sus metas y sueños.

24 de diciembre un día que en el mundo se junta en familia para celebrar navidad juntos, al estar alejado de mi familia jamás imaginé si tendría una navidad que compartir con alguien.

Todos se preparaban para la fiesta organizada por los altos mandos, eso me pareció extraño puesto que ellos en qué se beneficiarían al realizar aquel acto sin embargo nadie pensó en ello y decidieron ignorarlo por completo, cuando iba de camino hacia mi habitación me encontré a suguru tal vez fue a buscarme pues venia de aquel lado, cuando quedamos frente a frente este no me miraba a los ojos por alguna razón me sentí totalmente extraño ante aquella acción.

-suguru-
-satoru... dime irás a la fiesta-
-no lo sé, me parece extraño aquella fiesta más por qué fue por orden de los peces gordos -
-tienes razón pero no crees que si fueran a hacer algo deberíamos estar nosotros para defender a los demás al ser nosotros los más fuertes-
-¿eh?, Creo que tienes razón iré a esa fiesta aún que no quiero realmente-
-te vas a divertir estoy seguro de ello-por alguna extraña razón no me miraba a la cara toda su mirada
fue dirigida hacia abajo.
-satoru, dime a dónde vas-
-voy a mi habitación quisiera tomar un baño y descansar un poco pues los ojos los siento cansados por tanta luz y también por usar el infinito-
-y por qué no usas unos lentes obscuros-
-no he tenido tiempo para comprar los lentes y no quisiera ponerme vendas en los ojos-
-bueno me voy satoru tengo que hacer algo, espero y en algún momento tengas tiempo para que puedas comprar los lentes-

Siguió su camino y yo solamente miraba como se iba sin voltear, me pareció extraño que no me mirara ni siquiera un poco, cuando me pongo pensar en ello me imagino que suguru se encontraba enojado
conmigo sin embargo estaba alejado de la realidad.

La noche había llegado y yo me encontraba preparando todo para declarar mis sentimientos a suguru, me encontraba muy asustado por la respuesta que podía dar, estaba pensando las cosas negativas que podrían suceder cuando llegue aquel momento, me sentía hecho una mierda por alguna razón, cuando estuve apunto de salir tocaron a mi puerta rápidamente escondí las cosas que llevaba en una bolsa.

-satoru puedo pasar-
-suguru, si nada más permítame un segundo-

Era suguru tenía que esconder todo, puse todo en mi armario y solamente me deje unos dulces en la mesa de centro.

-adelante suguru-
-en la tarde me habias dicho que no tenías tiempo ni siquiera para comprarte algo para ti, asi que decidí comprarte unos lentes-
-en verdad hiciste eso por mi-
-si, toma-me dio una pequeña bolsa y saque el estuche que venía dentro cuando lo abri quedé fascinado por aquellos lentes que me habían encantado.

-son hermosos suguru gracias-
-me alegro que te hayan gustado
-¿Cómo me veo?
-te ves muy bien-
-gra...gracias - no pude evitar sonrojarme ante aquel comentario
-bueno solamente quería entregarte eso sin más que decir me voy satoru te veo en la fiesta-
-si y gracias-

Salió de mi habitación y no pude evitar dejarme caer en el suelo con mi cara roja y con alta temperatura, aquel hombre hacia que sintiera nuevas emociones dentro de mi, con un suspiro pude controlar mi respiración pues estaba respirando muy rápido y mi corazón no se quedaba atrás, ahora lo que me quedaba era buscar la forma para cuidar aquellos hermosos lentes obscuros. Iba a ser una tarea difícil pero no imposible para mi.

cambiaremos nuestro destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora