CAPÍTULO 3

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TaeHyung corrió, corrió y corrió. Lamentándose en su interior por tener que arruinar su atuendo intentando escapar de lo que se había vuelto una prisión para él. Se sentía desconcertado ante el trato de ese hombre terco y sus empleados, ¿en que habían pensado siquiera sus padres al enviarlo con éste maníaco de clase media?; mordió su labio evitando así ponerse a jadear como cerdo y bajó su guardia cuando por fin estuvo lejos de toda cámara o vigilante.

Tanteó su pantalón fino en busca de su teléfono para comunicarse con HoSeok y entonces sus mejillas se inflaron: no estaba. Dio media vuelta observando a su alrededor; lo más probable era que su móvil se haya caído mientras corría en busca de su absurda libertad y aunque lo necesitara, sería un riesgo ir en su búsqueda.

—Pediré un taxi —chistó luego de decir aquello—. No tengo dinero.

Su ceño se frunció con preocupación, pensando en que tal vez caminar un poco no le haría mal, pero temiendo que sí se lo hiciera sus zapatos de marca.

—Verdad... ¿Qué harás ahora?

Se encogió ante la pregunta y volteó hacía la voz apretando sus labios, su expresión volviéndose una totalmente perdida cuando divisó al señor Jeon apoyado despreocupadamente en uno de los muros que rodeaban el edificio; en una de sus manos traía el celular del menor, pero a TaeHyung le importó poco cuando empezó a correr lejos de él y en dirección a la avenida.

Al castaño, mientras corría, le bastó sólo una mirada para notar como JungKook le seguía y qué, aunque intentara con todas sus fuerzas correr más rápido, éste lo alcanzaría. Se detuvo abruptamente cuando ya sintió que no podía más y terminó en el suelo cuando el cuerpo del mayor chocó contra el suyo inesperadamente. Gimió de dolor, sintiendo las palmas de sus manos arder.

—¡Maldito bruto!

Gruñó luego de gritar aquello con una expresión de enojo mezclada con dolor en su rostro; agradeció mentalmente el haber reaccionado a tiempo para colocar sus manos y que su rostro no dé de recto con el asfalto caliente. JungKook se paró frente a él y TaeHyung le regaló una mirada antes de levantarse pero simplemente quedarse de rodillas en el suelo con los brazos cruzados sobre su pecho.

—Eres rápido —oyó al mayor suspirar—. Vuelve, niño.

—¡No me llames así! —la mandíbula del menor se tensó, al igual que todo su cuerpo y no podía creer lo realmente irritante que era ver como la expresión del hombre frente a él no se dignaba a cambiar —. Se lo dejé en claro a tus empleados y ahora también a ti, ¡no soy un jodido niño!.

—Lo pareces comportándote así —fue lo único que recibió en respuesta, con tono neutro—. Vamos, levántate.

—No.

Un grito horrorizado viajó por lo largo de su garganta y escapó de su boca cuando el mayor lo jaló de la camisa para ponerlo de pie y posteriormente alzarlo en el aire para subirlo a su hombro. Las mejillas de TaeHyung se sonrojaron a más no poder, en parte por vergüenza y por otro lado a causa del impotente enojo que seguía aumentando en su interior. Se sintió humillado.

—Puedes quedarte tranquilo, ya le avisé a tu novio que no saldrás ésta noche... ni las siguientes.

—¡¿Cómo te atreves?! —TaeHyung golpeó su espalda con el puño cerrado y luego sacudió su cuerpo cuando aquello ni siquiera había hecho reaccionar el cuerpo del mayor—. ¡Bájame!

—Quieto —la respiración de Kim se atascó en cuanto sintió la mano de JungKook caer de manera dura y ruidosa sobre su trasero.

Sus ojos se abrieron como platos y sólo una cosa pasó por su cabeza.

—¡Esto es abuso! ¡Te demandaré! —continuó gritando a medida que se acercaban nuevamente a la entrada y señaló con el dedo a NamJoon cuando le vio esperándolos—. ¡Tienes empleados! ¡¿Por qué me molestas a mí?!

•••

—Tu padre no mencionó algo sobre dejarte salir a estas horas.

—¿Qué le importa a él?

TaeHyung le tendió la otra mano y apretó sus dientes con fuerza intentando apaciguar el dolor del desinfectante en la piel rapada de sus palmas, JungKook lo hacía con cuidado y, aunque el menor se cuestionaba porque él estaba haciendo esto y no uno de sus empleados, no dijo ni preguntó nada.
Ambos se encontraban en el gran baño de mármol blanco, TaeHyung sentado sobre la tapa del retrete y el mayor arrodillado frente a él, sosteniendo una de sus manos para terminar de limpiarla.

En el rostro del menor ya no había expresión alguna, estaba cansado.

—No tienes respeto —le oyó mascullar entre dientes, pero no dijo nada—. Mírame a la cara, te estoy hablando.

Taehyung no prestó la suficiente atención como para entender sus palabras pero notó el tono duró que uso para pronunciarlas, su ceño se frunció y lo miró directamente a los ojos con confusión; se tomó la molestia, inconscientemente, de examinar cada ligera curva de su rostro. Miró su mandíbula bien marcada con un poco de envidia y se perdió próximamente en una cicatriz en su pómulo izquierdo.

—Olvídalo —JungKook suspiró y terminó con sus manos.

Observó al mayor ponerse de pie y apretó sus labios, ¿qué había sido eso?. Ahora dirigió sus ojos a las palmas de sus manos, limpias y lastimadas, temiendo hacer presión y que eso le causara dolor. Se levantó y siguió al pelinegro escaleras abajo, directo al pasillo que daba a su habitación; JungKook no quiso mencionarlo ni decir algo a respecto, pero desde que entraron, la mirada de TaeHyung se mostraba perdida y su temperamento más calmado, sin embargo lo asoció a su agotamiento por haber corrido.

Caminaron juntos el largo del pasillo hasta la habitación más grande que ahora le pertenecía al menor y JungKook lo detuvo antes de que entrara.

—Escúchame —el castaño le miró y entonces el mayor notó que sus párpados estaban algo decaídos también—. Ésta es mi casa, TaeHyung; en mi casa, mis reglas, adáptate a ellas.

Luego de decir aquello, suspiró, pues ahí estaba la sonrisa socarrona de TaeHyung luego de haber oído aquello. Alzó una ceja y quiso reírse en la cara del señor Jeon, pero sólo asintió y posteriormente subió una de sus manos hasta apoyarla sobre su hombro y palmear la zona.

—Debiste pensar eso antes de aceptar que me trajeran aquí, JungKook-ssi. La mandíbula de JungKook se tensó y sólo lo observó encerrarse en su habitación.







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Sepan que las quiero muxooo
❤️❤️❤️

Million Dollar Man •• KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora