Desde pequeña siempre has odiado a los doppelganger y siempre has estado dispuesta a exterminarlos. Hasta que encuentras a un hombre que te cambiara la vida, por completo, mucho a decir verdad.
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Habían pasado los días con normalidad, ningún doppelgänger lograba entrar aunque cada día eran más de lo normal.
No había tenido alguna interacción por parte de los demás residentes que vivían en aquel edificio, excepto por la Sra Stone que cruzaban solo pocas palabras.
Aunque algunos intentaban hablarle a ella pero nunca sostenía la conversación, a ella jamás le importo hacer amigos siempre se mantenía distante con todos, solamente tenía un amigo, pero más que un amigo el era el que se le pegaba como chicle aunque ella no lo admita le gusta su compañía ya que el fue quien estuvo siempre a su lado
En fin.
Ella estaba en su trabajo como siempre revisando documentos pues era lo único que podía hacer cuando vio de reojo que alguien dejaba sus documentos.
-- Apúrate.
Miro al hombre detrás de la ventanilla, era Francis Mosses Piso 03 departamento 02, pensó inconscientemente. Se veía mas cansado de lo normal y en su voz se podía notar la fatiga y arrogancia, eso la molesto mucho ya que no le gustaba que alguien cualquiera le diga que hacer.
--Buenas tardes.
Dijo solamente mientras revisaba los documentos de la manera más lenta posible, eso le hizo desesperar más de lo que estaba a aquel hombre, suspiro de manera cansada.
-- Oye...perdón, solo estoy cansado y quiero dormir.
La chica alzo una ceja pero de todas lo dejo pasar, sabia con certeza de que no era una criatura además de que todo se veía bien con sus documentos y la lista.
--Que tenga un buen día.
Abrió la puerta recibiendo un ''gracias'' por parte del lechero, susurrando pero audible. La chica no hizo nada más que solo seguir viendo documentos, no había nada más que hacer y ya se había comido su almuerzo.
Más tarde a las 9pm que terminaba su trabajo estaba realmente cansada mientras inspeccionaba los pisos, mirando que todas las puertas y ventanas estén cerradas y bien aseguradas, pues habían muchos reportes de que varios doppelgängers intentaban entrar a la fuerza así que echaba un vistazo de que todo estuviera correcto. También se daba un buen ejercicio haciendo aquello ya que al pasar todo el día sentada dolía mucho el trasero y la espalda.
Ya al llegar a su departamento se quito el uniforme y se baño, le encantaban los baños y siempre estaba ahí por una hora o más, era el momento mas relajante del día.
Por un momento pensó en aquel lechero que la tarde.
