III

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Aquella mujer se encontraba viendo el techo de su oficina, ya era tarde y solo quería que sea la hora de irse, ya no quería atrapar más de aquellas criaturas

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Aquella mujer se encontraba viendo el techo de su oficina, ya era tarde y solo
quería que sea la hora de irse, ya no quería atrapar más de aquellas criaturas.

Su rutina se había vuelto cansada y predecible, las criaturas ya no se esforzaban como antes, cada vez tenían más deformaciones que los delataban y ya no era tan satisfactorio como antes.

--Hmm hola.

Ella bajo su mirada para encontrarse con un Doppelgänger con el rostro de Francis Mosses.

Inmediatamente apretó el botón para que lo capturaran.

Miro la hora ansiosamente, 10 minutos para que se acabará su trabajo, mientras arreglaba los documentos y limpiaba su espacio, unos documentos aparecieron en aquella abertura de la ventanilla. Y sin mucho interés vio a la persona.

Francis Mosses, estaba cansado y parecía que había corrido por mucho tiempo.

--Hola, perdón la demora me hicieron tomar un turno de un compañero.

Lo miro de arriba a abajo de mala gana mientras intentaba hacer memoria, no lo había visto en todo el día, bueno sus Doppelgängers si, y si estaba en la lista.

--Pasa.

Francis tomo sus documentos y entro al departamento.

--Luces cansada.

--No tanto como tú.

--Si, ya quiero llegar a dormir.

--Yo igual.

Francis iba a subir las escaleras cuando vio que la chica a su lado solo iba de largo.

--¿No vas a subir?

--Si pero después, tengo que asegurar todas las ventanas.

--Te espero.

La chica prosiguió con lo suyo mientras Francis la esperaba en las escaleras para subir al siguiente piso, hasta llegar al suyo.

-Buenos noches.- Despidió Francis con una sonrisa a la chica.

-Igualmente Francis.

Los dos se despidieron y entraron en su respectivo departamento.

Ella aún que estaba cansada no podía dormir, así que solo daba vueltas en su cama, ya se había hecho costumbre desde hace semanas.

Los porteros nunca tenían tiempo libre pues siempre tenían que estar todo el día atentos que no entre ningun Doppelgänger al edificio.

Al principio fue emocionante pero ya se volvió aburrido, ella quería trabajar en la D.D.D, encargarse de matarlos y llevarselos. Pero no podía.

Estuvo en la cama viendo el techo por horas hasta que por fin se quedó dormida.

Leche caliente/Francis Mosses x Female readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora