Yuuji se levantó de golpe en medio de la tarde, su cuerpo acalorado y su respiración agitada, era producto de su celo y el causante de interrumpir su sueño.
Itadori busco frenéticamente los inhibidores, pero no había ni un solo rastro de ellos, y para colmo, su hermano mayor no estaba en casa, Megumi estaba en su colegio, los únicos en casa era Satoru, él mismo, y los sirvientes.
Sabía que cuando su Rut empieza no debe salir de su habitación, pero su omega interior buscaba a gritos un alfa.
Ya había pasado un tiempo desde que su Rut había comenzado, Itadori era consciente de que debía cerrar su habitación con seguro. Pero no pasó mucho tiempo, cuando su omega interior se apoderó de su consciencia, creando un pequeño nido con las pocas prendas de su hermano. Una vez creado, entró, realmente estaba orgulloso, pero sentía que faltaba algo más, pero mientras el omega pelirosa pensaba, en la puerta de su habitación sonó;
¡Toc, toc!
No hubo respuesta... Nuevamente volvió a sonar.
¡Toc, toc!
Los golpes suaves y pausados, se volvieron más fuertes.
¡TOC TOC!
Un silencio embargo el pasillo
—¿Yuuji-kun?... ¿Estas bien? —Habló Satoru detrás de la puerta que separaba sus cuerpos. Al no escuchar una sola respuesta, intento abrir, pero noto al instante que estaba cerrada, él alfa peliblanco estaba a punto de abrir la puerta de una patada, y antes de que sucediera se abrió lentamente, Satoru se paralizó al ver a el pequeño omega sin camisa y sin pantalones, sólo un bóxer, que marcaba un pequeño bulto.
Una fina capa de sudor y sus mejillas coloreadas de un tono rojizo, fueron suficiente para hacer tragar duro al peliblanco.
Yuuji entrecruzó los brazos tras el cuello de Satoru a la vez quedaba un brinco y se sujetaba a la cadera con las piernas. El aliento caliente de Itadori, golpeo él cuello de él ojiazul, haciendo estremecer a él contrario.
—Satoru—Dijo el menor en un susurro suave—Quiero hacerlo, alfa.
Él mayor sujetó de los brazos al pelirosa, intentando bajarlo, pero el omega de ojos miel se sujetó más fuerte, impidiendo ser bajado.
—Yuuji-kun, no podemos, estas en tu ciclo— Reprendió él mayor.
—Pero yo quiero.
Los ojos de cachorro que ponía el omega pelirosa, le hacían dudar a Satoru, debía contenerse, pero las fermonas del menor lo estaban volviendo loco. Su alfa interior no le dejaba pensar con claridad, tenía que salir rápido de allí. Gojo era consciente que, si lo hacía con su pequeño Yuuji, estaría en grandes problemas con su hermano, además, el de orbes miel no estaba totalmente cuerdo, se lamentaría mucho si lo hiciera. Él ojiazul intentó salir de allí, las fermonas dulces del menor le estaba afectando mucho, intentar salir fue en vano, porque Yuuji, le había detenido.
—¡Satoru! No te vayas por favor— Dijo abalanzándose sobre el albino.
— Yuuji — Susurró— Traté de contenerme para no lastimarte, pero eres muy terco Yuuji-kun.
Dicho eso el mayor desabotonó su camisa de manga larga, dejando al descubierto su esbelta figura, tenía un cuerpo excelente para Yuuji. Sostuvo el rostro del contrario dando grandes besos apasionados, mientras con su cuerpo empujaba hacia la cama.
Después de una larga escena de besos, Satoru bajo el cierre de su pantalón, permitiendo ver una gran erección, dejando a él de orbes miel sorprendido.
—Es muy grande—mencionó él omega colocando la gran polla del mayor en el lado derecho de su mejilla.
Sin previo aviso Itadori introdujo por completo la polla en su boca, el sabor era perfecto, cada quien disfrutaba, el placer se hacía presente en la habitación, los movimientos inexpertos del menor hacían sentir el sexo mucho mejor, con su lengua hacia movimientos circulares a la punta, mientras que con la mano suelta se masturbaba a sí mismo.
—Ugh, eres bueno en esto— Dijo agarrando el cabello de él menor para empujar su polla hasta lo más dentro de su garganta.
Un leve escalofrió recorrió el cuerpo del alfa, para luego venirse en la boca del pelirosa. Aunque Gojo no ordenó nada, él omega tragó por completo el semen de él ojiazul, una sonrisa de satisfacción se dibujó en el rostro de alfa.
Una vez hecha la felación Satoru giro el cuerpo de Yuuji, dejando ver su gran y redondo trasero, que estaba mojado por el lubricante natural de su cuerpo. Introdujo la punta de su pene, entraba fácil, pero dentro era estrecho, pero placentero.
—Ah~— Gimió dulcemente Itadori.
Al escuchar el gemido proveniente de él omega, hizo que la polla de Satoru se agrandara en el interior del de ojos miel. Él ojiazul empezaba a moverse, dando suaves embestidas, una vez acostumbrado el interior de Yuuji, Gojo empezó a dar estocadas más fuertes y rápidas, los gemidos del omega y los gruñidos de él contrario, se ahogaban en la habitación.
Un pequeño bulto se notaba en el útero del omega, la polla de Satoru se marcaba bien en la piel del contrario.
Itadori sentía su interior completamente lleno, su mente estaba nublada, en lo único en lo que podía pensar era en ese alfa peliblanco que lo estaba follando tan duro en ese momento.
Gojo sintió ese mismo choque eléctrico que sintió hace unos momentos, y sin previo aviso, dejo su semilla dentro de el interior de Yuuji mientras agarraba el gran trasero del omega. Venirse dentro del contrario no fue suficiente para el alfa que estaba embriagado por las fermonas de Itadori, quería más, quería cogerlo tan fuerte hasta dejarlo sin poder caminar.
Volvió a girar el cuerpo del menor, dejando a la vista esos pezones rosados, el alfa se relamió los labios al verlos.
Agarró de la cintura al omega y comenzó a lamer esos pezones que tanto ansiaba saborear, todo de Yuuji era dulce, era los que sus papilas gustativas deseaban. Alzó levemente la cabeza para ver esos lindos ojos color avellana, que lo veían con lujuria, mientras con las manos se tapaba la boca para no dejar escapar ningún gemido.
—No, no, no Yuuji-kun, no es divertido si tapas tus dulces gemidos— Dijo para luego chupar más fuerte, provocando un gran jadeo por parte del omega.
Iba recorriendo cada parte el cuerpo de Itadori, dejando besos y chupetones en el camino. Pero lo que más ansiaba era marcarlo, sentir ese dulce aroma a cerezos en sus papilas gustativas y hacerlo suyo, pero la consciencia llegó, y paro de inmediato lo que estaba a punto de hacer.
—Yuuji-kun, es momento de terminar con esto.— Dijo mientras recogía la camisa de mangas largas que yacía suelo y se la colocaba.
—S-Satoru, yo quiero un poco más— Exigió entre balbuceos.
—Podemos hacerlo en otro momento, cuando estés completamente en tus cabales— Habló mientras le guiñaba un ojo, para luego irse de la habitación dejando al omega pelirosa con ganas de más.
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𝘊𝘢𝘯 𝘪 𝘧𝘢𝘭𝘭 𝘪𝘯 𝘭𝘰𝘷𝘦 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘺𝘰𝘶 || 𝘨𝘰𝘺𝘶𝘶
RomanceCréditos a Gege Akutami por los personajes omegaverse