2. Besos mariposa 💋

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Durante el tiempo que permaneció en recuperación en la finca del pilar del insecto Inosuke solía escaparse del lugar muy a menudo, le resultaba asfixiante estar encerrado en ese lugar sin hacer mucho realmente, solo mirando o atrapando a los muchos pequeños y escurridizos bichos con los que solía jugar solo para pasar el rato, resultando tedioso luego de unos minutos. Algunas veces trepaba a los árboles cercanos al lugar, otras solo se tiraba en el pasto para descansar placenteramente o buscaba en el bosque algún animal pequeño para jugar, y algunas veces más se escabullía al pueblo más cercano para poder ver de cerca el comportamiento de las personas que aún resultaba extraño para el. Buscaba un sitio concurrido y se sentaba mientras comía lo que sea que hubiera podido robar de la cocina ese día ocultándolo en su máscara, observando con detenimiento cada movimiento de algún objetivo en particular, seleccionando al azar una persona a la vez y siguiendo sus pasos durante un rato. Fué así que se dió una idea sobre como era la relación entre las parejas humanas. Un par de veces le había tocado seguir a hombres o mujeres que se encontraban con lo que llamaban "prometidos", personas cercanas con las que pasaban largos periodos de tiempo, ya fuera haciendo algo divertido, comiendo o solo hablando, justo como hacía con Tanjiro, así que no se explicaba cuál era esa diferencia que los separaba o que era diferente entre ellos, eran sus personas especiales, esas a las que estaban dispuestas a proteger, a las que querían ayudar si estaban en problemas, por las que estaban dispuestas a darlo todo, como el y Tanjiro. Le era difícil admitirlo en voz alta, pero estaba consciente de que era capaz de hacer muchas cosas gracias a el, estaba dispuesto a intentar llevarse mejor con otras personas, relajar su carácter y hasta dejar de pelear solo porque el se lo pedía. No hace mucho, antes de conocerlo, fué capaz de pisar por la espalda a esa mocosa que estaba en la misma habitación que el demonio de los tambores que se le escapó antes, pero ahora que el pelirrojo le había pedido que no lo hiciera por innumerables razones que ya no recordaba era que había dejado de hacerlo. Ya no solo era capaz de reprimir ciertos comportamientos hostiles, si no que también se sentía capaz de hacer lo que sea que le pidiera, también quería ayudarlo y apoyarlo en lo que sea que quisiera hacer, verlo sonreírle con esa estúpida e inocente carita resplandeciente mientras le agradecía de una y mil maneras diferentes. Imaginaba ese panorama cuando se dió cuenta de que el hombre al que seguía se escabulló a un rincón con esa prometida suya.

- Y entonces hizo algo muy raro Tontaro, en serio, fue muy extraño - el pelirrojo se reía por las ocurrencias de su amigo al seguir a otras personas, pero suponía que era del tipo de persona que aprende observando. Aún así, se divertía mucho con sus largas conversaciones.

- No deberías seguir a las personas que buscan privacidad, no deberías ver eso -

- ¿Qué más da? - contestó haciendo alusión a lo que ya había visto en el distrito rojo - solo hicieron algo que no había visto, algo con sus ojos - usó sus dedos para abrir lo mas posible sus párpados mientras lo miraba de frente y se acercaba a su rostro - esos tipos se acercaban pero no se daban besos, solo se acariciaban con las pestañas -

- Ah, ya entiendo, se llaman besos mariposa - ¿eso también contaba como un beso? Tanjiro notó la confusión que estaba sintiendo, era obvio con sus expresiones faciales y era muy fácil adivinar lo que podría estar pensando - verás, hay muchos tipos de besos, estos son mas bien una forma romántica de llamar la atención entre las parejas, lo único que necesitas es rozar tus pestañas con la de esa persona que consideras especial para ti - dijo con los ojos cerrados mientras ponía una de sus manos en el pecho, imaginando lo que podría sentirse estar así de cerca de la persona que realmente te gusta y recibiendo muestras de afecto tan lindas. Abrió sus ojos y notó el rostro serio de Inosuke, algo pensativo y con una de sus manos acercandosele y tomándolo por el cuello, ya con su rostro bastante cerca y comenzando a pasear sus grandes y tupidas pestañas a través de su cara enrojecida que parecía hervir un poco más cada segundo, había visto a esa pareja hacerlo y trató de imitarlos improvisando un poco en el proceso, deteniéndose en sus ojos logrando acercar peligrosamente sus labios por los que amenazaba salir su corazón desbocado - ¿qué haces? -

- Parecías querer intentarlo - contestó sin despegar su mirada de la suya, parpadeando suavemente mientras sentía pequeñas caricias que provocaba al hacerlo, rozando peligrosamente sus labios al hacerlo y no pudiendo evitar sentir el deseo de volver a tocarlos pero sin atreverse a hacerlo. Se levantó de la cama y salió de la habitación de forma rápida pero sin llegar a correr, era como una huída muy lenta que trataba de disimular los nervios que estaba sintiendo por atreverse a hacer aquello, siempre decía y hacía lo que quería sin detenerse a pensar antes y era algo de lo que se sentía orgulloso, pero esta vez le estaba causando serios problemas de concentración durante el entrenamiento de recuperación ese día, fallando miserablmente en todo lo que intentaba. No podía sacar al pelirrojo de su cabeza como ya era costumbre pero esta vez se encontró a sí mismo recordando el leve contacto de la última vez rodando dentro de su cabeza, relamiéndose los labios e intentando recordar lo que había sentido no solo en su rostro si no en el resto de su cuerpo, en su cabeza que no lograba acomodar sus pensamientos, en sus pulmones que necesitaban cada vez mas oxígeno y en su pecho que se alborotaba de la nada. Tenía serios problemas, no quería volver a separarse del pelirrojo.
Una vez que Inosuke abandonó la habitación de forma tan apresurada, Tanjiro se quedó completamente estático, no era capaz de tranquilizarse y ni siquiera tuvo la fuerza de voluntad suficiente para cuestionarlo por sus acciones, quedándose solo con sus pensamientos revueltos y un corazón acelerado que le hacía sentir desfallecer en cualquier momento. El pequeño ritual de besos mariposa acompañado de una seductora y peculiar forma de proceder le habían dejado una maraña en el pecho. Sintió algo tan extraño y placentero con aquel acercamiento, algo que no sabía describir pero que de ninguna forma había sido desagradable, y ese beso... ese pequeño y corto beso de la última vez que había sido su primera experiencia romántica real era de algún modo un recuerdo tierno que se quedaría en su cabeza por un tiempo mientras cerraba sus ojos y se relamía ocasionalmente los labios intentando reproducir esa sensación. No sabía por qué pero cada vez que lo recordaba podía sentir como se aceleraba su corazón, no sabía si por los nervios o si había algo de emoción, en su estómago comenzaba a sentir lo que había escuchado describir como mariposas y lo único que quería era poder ir en busca de ese chico de largas pestañas. No quería aceptarlo pero tenía miedo, miedo de acercarse demasiado y terminar herido al no ser capaz de quedarse a su lado, los cazadores de demonios tenían un trabajo muy peligroso y algo como el amor parecía una apuesta muy arriesgada, aún así, quería permanecer junto a el y no volver a separase de su lado.

No pasó tanto tiempo para que el azabache volviera a buscarlo, la mañana siguiente ya estaba de vuelta en su habitación muy temprano y con un bizcocho diferente que usó para despertarlo, esta vez con un te y otra bandeja igual para el pues planeaba comer ahí. De verdad la comida era mucho mas rica cuando la compartía con el. Como ya era costumbre tenía preguntas y exigía al pobre chico que seguía algo adormilado que respondiera a todas ellas, seguía espiando personas y necesitaba saber si todo lo que hacían eran también besos o se trataba de otra cosa innecesariamente complicada como ya era costumbre en los humanos. <<Es que existen diferentes tipos de besos.>> Comenzó explicando que no solo de diferentes formas y en diferentes partes del cuerpo, si no que también con diferentes significados que iban desde fraternidad y cariño como el beso en la mejilla, en los párpados como símbolo de protección hasta más íntimos ligados a la pasión y el deseo. Cada palabra hacía que el azabache se interesara más y más, tal vez era innecesariamente complicado -como ya suponía- pero era un tema que le había terminado por despertar interés, como si fuera una especie de lenguaje que terminó asosiando con los toques que su madre jabalí le hacía con su trompa de vez en cuando. Quizas los besos no solo eran cosa de humanos y se lamentaba terriblemente no haberse percatado antes de que ese ser al que llamó "rey de la montaña" era más afuectuoso de lo que creía. Y por un acto de reflejo e imitando uno de esos recuerdos de pequeño que aún conservaba, se acercó y frotó su cabeza con la suya de manera gentil, alborotando aún más sus cabellos despeinados y terminando con un pequeño beso en la frente en un gesto lleno de ternura. "Yo te voy a proteger, Tanjiro." Pensó para sí mismo."

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Pero si es una ternurita 🥰 sigo amando imaginar a esta parejita, son perfectos juntos

No se olviden de votar gente, chao 😘

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