3. Besos indirectos 💋

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Una visita inesperada terminó interrumpiendo aquel momento que habían fabricado juntos, haciendo al azabache retroceder de forma abrupta y poniéndose aquella peluda cabeza de jabalí encima para evitar que notara lo rojos que debían estar ya sus pómulos. Parada junto a la puerta estaba esa chica de piel clara, ojos brillantes de color lila y un broche de mariposa sosteniendo su cabello, en sus manos, una charola grande con comida para al menos dos personas que delataba sus intenciones de sentarse y compartir los alimentos con Tanjiro, cosa que disgustó un poco al salvaje pues había tenido la misma idea que el. Se acercó y dejó la bandeja en la mesita de al lado para saludar correctamente antes de sentarse en la silla que Inosuke dejó atrás para saltar a la cama en el momento en que Kanao entraba en la habitación, aprovechando el asiento libre que estaba bastante cerca de la cama del Kamado. <<Almorcé más temprano con Inosuke, pero puedo aceptarte el postre.>> Y al no haber de otra, terminó compartiendo la comida que ella misma había preparado con el chico de largas pestañas al otro lado de la cama, que se limitó a escuchar la conversación y hablar solo de vez en cuando, sintiendo todo el tiempo una pesada mirada por parte de la chica frente a el, no planeaba dejarla a solas con su persona más especial, sobre todo con esas vibraciones que la chica emitía cada instante que miraba directo a esos ojos color escarlata. En algún momento, la charla se tornó un tanto más personal, terminando por intentar averiguar los intereses amorosos de algunos cazadores y pilares. Cuando la chica se animó a preguntar de manera directa si Tanjiro estaba interesado en alguien, la comida en la garganta de Inosuke se atascó, amenazando con quedarse ahí hasta que el aire le hiciera falta, siendo algo obvio para los otros dos que veían extrañados como devoraba la comida con una extraña ira sin importarle el tamaño de las porciones que ponía en su boca y tragarlas casi sin masticar. Kanao se levantó de forma rápida e intentó darle su vaso de agua en un intento por ayudarlo pero al estar pataleando y retorciéndose en la cama terminó por tirarselo encima al momento de estirar la mano para tomar el que el pelirrojo le ofrecía y logrando respirar al fin. La mirada intensa de la chica se intensificó aún más luego de eso y este terminó por abandonar la habitación en medio de lo que parecía ser un berrinche, luego de que Tanjiro le detuviera del brazo para que se disculpara a regañadientes y pudiera continuar su camino hacia quien sabe dónde.

- Es increíble cómo logras que te obedezca, Aoi seguro que te agradecería si le enseñarás - dijo en un tono burlón - no creí que de verdad fuera a disculparse conmigo -

- Si, la verdad es que mi amigo es un tipazo ¿no? - lo que hizo reír un poco a la chica - en realidad Inosuke es una persona muy amable, solo que aún no sabe cómo expresarse correctamente - continuó en un tono más serio pero aún con una sonrisa en el rostro - el se esfuerza muchísimo intentando aprender a convivir con las personas y a cómo tratarlas correctamente, la verdad es que es una de las personas más amables que conozco, en realidad es alguien muy especial - justo en ese momento, la puerta se abrió de nuevo dejando ver a Inosuke de vuelta, esta vez se detuvo frente a Kanao y le ofreció -o casi arrojó en la cara- una pequeña toalla.

- Monjiro dice que debo ser amable con las chicas, así que no te hagas ilusiones, ojos grandes - dijo dirigiéndose de vuelta a la salida un poco más animado - viniste a ayudarme a entrenar ¿no? ¡Esta vez te mostraré lo rápido que sana el grandioso rey de la montaña! - rió en voz alta hasta que estuvo lo suficientemente lejos para que dejaran de oírlo, la verdad estaba indeciso sobre si darle esa toalla a la chica, era algo que el pelirrojo le había obligado a aprender y que estaría muy orgulloso de el si se la entregaba, pero esa chica probablemente habría planeado hacerlo salir de la habitación con cualquier excusa, aún así no podía dejar que su persona especial se acercara a ella e intentara ayudarla, estaba herido y esa era la razón, aún así, realmente no quería darle esa toalla. Se detuvo en la puerta mirando el trozo de tela cuando escuchó la risa de Kanao, pegando su oído lo más posible para tratar de escuchar la razón por la que reía mientras despedía esas asquerosas vibras de felicidad que le causaban comezón por todas partes, como si lo hiciera a propósito solo para hacerlo enojar aún más, pero al escuchar las amables palabras que Tanjiro decía sobre el, más la parte de "es muy especial" le hicieron recobrar el buen humor de esa mañana, evitando que las raras vibras de la chica penetraran el invisible escudo de felicidad propia que experimentaba en ese momento y decidiendo darle la toalla para luego adelantarse al entrenamiento con toda la confianza que esas palabras le podían dar.

Besos 💋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora