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Abro los ojos lentamente y me encuentro en mi habitación iluminada por un rayito de Sol. Trato de levantarme pero me tiro de espaldas inmediatamente por el dolor punzante en mis sienes. Abro los ojos de nuevo lentamente.

Espera...esta no es mi habitación.

No puede ser. ¿Dónde estoy?

Miro a mi alrededor y encuentro mi vestido rosa tirado sobre una silla.

Mierda, estoy desnuda en una habitación desconocida.

-Mmmm...buen día.

Miro de pronto a mi lado en la cama y una soñolienta Celine me sonríe con dulzura.

-¿Estás bien?

¿Qué mierda?

Estoy perdida totalmente. Trato de recordar los que pasó anoche, pero solo me vienen vagas imágenes de nosotras bailando en la discoteca, besándonos y tocándonos....

No. No puede ser.

-¿Dónde estoy?...¿Dónde está Leudar?...¿Qué hora es?- dije forzando la voz, me dolía mucho la garganta.

-Ey, linda, tranquila. Estás en mi apartamento, Leudar está en la habitación del lado durmiendo con Tim y son las 10:32am.- dice mirándome con dulzura.

¿Tim? Debe ser el chico con el que hablaba anoche.

Vuelvo a caer en cuenta de que estoy en la cama desnuda con Celine a mi lado.

En estos momentos soy un total desorden. No entiendo nada.

Sabes bien lo que pasó, asúmelo.

No puedo creer que no recuerde nada. Mi primera vez con una mujer...no no.

Trato con todas mis fuerzas de no echarme a llorar.

-Puedes dormir un poco más, fue una buena noche, debes estar agotada. -me dice Celine saliendo de la cama desnuda.

Desvío la mirada rápidamente. Ella toma un pulóver unas cuantas tallas mayor a las que usa.

-¿Que prefieres de desayuno? ¿Sándwich, cereales, avena, huevos? Seguro tu madre siempre te tiene listo el desayuno.- dice y sonríe amablemente.

¡Dios mío, mi madre!

-Emmm...un sándwich. Gracias- trato de disimular lo más posible mi cara de "me estoy muriendo internamente"- ¿De casualidad sabes dónde está mi teléfono?

-Sí, ahí, en la mesa del otro lado de la cama. Vístete, si quieres toma el otro pulóver que hay encima del escritorio y ven a desayunar.- dice y se desaparece de la habitación.

Tomo el teléfono y lo enciendo. No hay llamadas, ni mensajes de mi madre.

¿Porqué no?

Reviso el registro de llamadas, nada. Reviso los mensajes. Ahí sí. Hay un mensaje que dice: "Hola mamá. No puedo llegar a casa, a Leudar se le descompuso el auto, su mamá nos recoge y mañana vuelvo a casa. Cualquier duda llámala, me estoy quedando sin batería. Un beso"

Ok. La cosa está así: Anoche me fui de fiesta, terminé muy borracha, me acosté con Celine y ahora estoy en su apartamento.

Me acosté con Celine.

Siento una dolor en el pecho y unas ganas enormes de echarme a llorar.

Tuve mi primera vez con una mujer y no lo recuerdo.

Mis manos tiemblan, mi cuerpo desnudo se siente desprotegido, mis ojos se llenan de lágrimas muy deprisa.

Era tan importante para mí.

La puerta se abre despacio. Doy un salto en mi lugar y me tapo con las sábanas.

- Buenos días, señorita. Asumo que su noche estuvo tan buena como la mía, excepto por el dolor de cabez...-Leudar en cuanto encuentra mi rostro entra en alerta- ¿As?

Trato de hablar, pero el nudo en la garganta me ahoga. No puedo casi respirar por mis sollozos. Pongo mis hombros contra mi pecho, asegurando de tapar mi piel expuesta, y los abrazo hundiendo mi cabeza y llorando sin consuelo.

Leudar asegura la puerta y se sienta al lado mío.

- Es que...-suspiro- no recuerdo nada Leudar.

-Es normal, bebiste mucho. Te traeré una pastilla, tranquila.- pone su mano en mi espalda y la acaricia.

-No entiendes- sollozo- Fue...fue mi primera vez con una mujer y no recuerdo nada.- bajo mi cabeza y lloro.

Lloró como si la vida me hubiera quitado algo importante, aunque así fue.

- Habrán muchas más, As.

-Ninguna será la primera.- digo y siento que las lágrimas cada vez brotan más rápido- Esto era tan importante para mí.

- Pero si para ti el sexo nunca ha significado nada. - dice Leudar tratando de abrazarme.

Lo aparto.

- Con los hombres, Leudar. Quería tanto saber que se siente tener una mujer entre mis manos, como se siente ella ante mi tacto, su mirada, sus gemidos. Quería tanto saber si yo era capaz de...de sentir algo más.- el dolor en mi pecho se hace más grande.

- Bien. Es hora de irnos a casa- me dice- Voy a recoger mis cosas al otro cuarto, ahora vengo.

Me levanto, me visto, recojo mi bolso, lo reviso, me miro en el espejo. Trato de arreglar mi pelo lo más posible y de que no se note que andaba llorando.

- Vamos. -dice Leudar asomándose a la habitación.

Lo sigo hasta dar en una cocina la cual no me dedico a detallar, solo quiero salir de aquí. Celine está preparando sándwiches al otro lado de la barra.

- ¿Chicos, a dónde van? Les estoy preparando el desayuno.

- La madre de Astrid nos está esperando, tranquila. Otro día. Nos vemos.

Celine me mira directamente a los ojos.

- Emmm...sí. Adiós, nos vemos.- digo y corro tras Leudar que está saliendo del apartamento.

El camino a casa fue silencioso. Leudar sabía cuando necesitaba espacio y así era en este momento.

Llegamos a casa y antes de bajar del carro Leudar me agarra de la muñeca.

-¿Sabes que cualquier cosa que necesites aquí estoy, si?- dice mirándome todo el rostro, el cual debe estar hinchado por mi llanto de hace unos minutos atrás.

-Lo sé. Adiós, te quiero.- le planto un beso en la mejilla y bajo del auto.

Entro en casa y por suerte mi madre no está. Hay una nota en la cocina que dice: "Te encargué una pizza con jamón, como te gustan, aquí está la hora y el número. Hoy vuelvo tarde. Un beso."

Perfecto. No querría que mi madre me viera con este aspecto.

Voy de inmediato al baño. Tomo una ducha caliente de unos cuantos minutos donde lloro cada vez más.

Al salir mi teléfono suena avisando que la pizza está en la puerta. Voy, la tomo, la pago. El chico me mira preocupado, pero soy lo suficientemente rápido y cierro la puerta. Lo último que necesito es que un desconocido se comparezca de mi.

Como mi pizza. Mi mirada se pierde. Mi mente se queda en blanco. Quedo totalmente enajenada.

No entiendo porqué, pero me afecta tanto.

Cada vez que lo pienso quiero llorar.

Me equivoqué. Me decepcioné a mi misma y me va a pesar toda la vida.

¿Porqué? Porque desee tanto el momento en que acariciaba a una chica, de sentirla.

Me tumbo en la cama y comienzo a llorar de nuevo hasta quedar dormida.

VORÁGINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora