- Astrid, cariño- vamos a llegar tarde.
- ¡Ya voy papá!
¡Estoy tan emocionada! Me miro al espejo una y otra vez. Llevaba puesto un pantalón de tela negro y un pulóver de mi banda favorita, The Beathles, unas botas de cuero y todo esto hace contraste con mi pelo rubio que llega hasta mi cintura suelto. Tomo mi guitarra y salgo corriendo del cuarto.
- As, cariño, tienes que desayunar- dice mi mamá cuando me ve corriendo hacia la puerta.
- Mamá tenemos una hora de camino, desayunaré mientras.- le digo mientras voy hacia ella y le planto un beso y un abrazo.
- Ay, pequeña, con toda la ropa hermosa que tienes y te vistes así para hoy. - me dice mirándome de arriba a abajo.
- Mamá, ya hablamos de eso. Son mis gustos.- digo frunciendo el ceño.
- Mmm...es verdad. Lo siento, cariño. Anda, ve corriendo. No querrás llegar tarde a tus pruebas.
- ¿Y perder la oportunidad de estudiar en una de las mejores escuelas de música del país? Claro que no.- le digo y salgo por la puerta principal.
***
La noche está preciosa, el cielo está estrellado y yo voy camino al cine con las chicas.
Por un lado tengo a Ashly, deslumbrante como siempre, con un vestido dorado, unas sandalias blancas y una cartera a juego.
- ¿Entonces vemos la nueva película que está en taquilla que protagoniza este chico español que es un bombón?
Meredith por otro lado llevaba un top verde aceituna con una falda blanca, unas Aire Force One y sus característicos accesorios, anillos, cadenas, pulsos, una cinta en el cabello.
- Para mirar chicos está Instagram, Ashly. Vamos a ver mejor esta de los zombies donde actúa Brad Pitt.
- ¿No era que no se podían ver chicos?- dice Ashly poniendo sus manos en las caderas en modo de enojo.
- ¿A Brad Pitt?- pone cara de asco- Yo voy a ver a los zombies.
Yo me ahogo en una carcajada y Ashly la mira como si estuviera mal de la cabeza.
Yo voy con un pantalón de tela beige, un top rosa pastel, mis Converse altos y mi pelo recogido en un pequeño moño.
- Mejor veamos algo a la zar, a ver si así tenemos suerte de encontrar algo que les guste a las dos.- las agarro del brazo y nos adentramos en el cine.
Al final terminamos viendo una comedia romántica, bastante parejo para las tres, porque a mí no me gusta el romance, pero me reí demasiado viendo al novio llorando en la boda.
Salimos del cine y fuimos por unos cafés fríos.
- Vaya chica guapa - oigo decir en un grupo de chicos mientras entramos al café.
Miro instintivamente a Ashly, ella siempre se lleva todos los halagos. Pero con razón, se veía preciosa.
Luego un chico de los de la mesa, trigueño, un metro ochenta, chaqueta de cuero, pantalón de mezclilla y un lunar muy coqueto al lado del labio, se levanta de su lugar y se acerca a mi.
- Hola. ¿Este...me podrías dar tu número?
Yo abro mucho los ojos y sonrió hacia abajo. Miro a las chicas a ver si se dan cuenta de la situación, pero nada.
- Eh...si.
Agarro su teléfono y pongo mi número y nombre en su agenda de contactos.
- Aquí tienes.- le digo devolviendo el teléfono.
- Astrid, bonito nombre. Bueno pues, luego te llamo. Chao- dice, da media vuelta y vuelve a su mesa
Las chicas vuelves con nuestros cafés frío. Tomo el mío y antes de llevarme el absorbente a los labios les digo:
- Un chico bonito me ha pedido el número.
-¿Como así?- dice Ashly dejando su café de lado para hablar.
-¿Pero cuando? - dice Meredith tratando de ubicarlo en el lugar.
- Ahora les cuento todo, vamos caminando.
Les cuento del micro proceso de que un chico se le acercara y ya está Ashly dando brincos. En realidad no me suele pasar casi nunca.
- ¿Qué harás si te escribe?- dice
- No tengo ni idea.
- ¿Y las chicas? - dice Meredith.
- ¿Qué chicas?- digo yo.
- Osea, que digo que te gustaban las chicas. ¿Vas a volver a estar con un hombre?
- Sii, no tiene nada que ver. Soy bisexual, no lesbiana.
- ¿Y si te gustan los hombres y estás satisfecha con ellos porque probaste con una mujer?
Me quedo un momento en silencio porque estoy demasiado incómoda para responder y lo único que quisiera es salir corriendo.
- Ayy Meredith para esas dudas está Internet. Además es obvio que As lo que quiere es un trío.
- NooOoo- digo abriendo mucho los ojos.
- Que era broma- dice Ashly mientras se carcajea.
***
- Madre mía, hoy la mañana será infinita.- dice Alexa dejándose caer al lado mío en nuestra mesa de siempre.
La observo detenidamente. Tiene ojeras pronunciadas, su pelo malamente recogido, su mochila medio vacía, ni un rastro de maquillaje, ropa deportiva, más bien cómoda.
- Alguien se divirtió anoche.- le digo enarcando una ceja.
Me mira de reojo y sonríe ligeramente.
- Pensé que eras de las chicas que se encerraban en su habitación todas las noches a leer y escribir y a soñar con personajes ficticios.
- Y lo soy, pero no puedes vivir de un pedacito de fantasía. A veces, salgo de mi habitación a ligar licor con tequila y los personajes ficticios se convierten en preciosss...- hace una pausa por un momento, no irá a decir lo que pensé ¿o si?-... encantadores chicos borrachos con moto.
- Vaya, deberías presentarme a esa Alexa algún día.
- Si, sería divertido. - dice mirando a un punto fijo con una sonrisa pícara.
- Ya deja de recordar lo bien que la pasaste anoche. - le digo y le doy una palmada en el hombro.
- ¿Tan mal fue la tuya?
- No lo fue. Fue, complicada, solo eso.
- Mmm...vale.
Comienza la clase y yo solo puedo pensar en la conversación de anoche y las preguntas de Meredith.
Me aburro demasiado y comienzo a dibujar acordes en una hoja. Son de una nueva canción, me falta la letra.
¿Y si querer probar no se me hubiera pasado nunca por la cabeza? Al final, no tengo idea de cómo se siente.
¿Y si es como con los chicos? Que estamos y simplemente luego no siento nada.
¿Y si en realidad lo que estoy buscando es amor?