Kieran Potter es conocida por ser la simple hermana de James, lo que nadie sabe es todo lo que sufrio de pequeña en escuelas muggles. Cuando clasifico en Slytherin, su hermano y muchos otros estudiantes comenzaron a destruirle el autoestima llegando...
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Unos minutos antes de llegar a la estación en Hogsmeade, Kieran tomó su uniforme y una liga para el cabello, fue al baño del tren para alistarse. Se colocó el uniforme, mojó su cabello, se miró al espejo y trató de peinarlo. Logró hacer una media cola, así que salió del lavabo para encaminarse hacia el compartimento, al llegar notó a Regulus ya cambiado.
—¿Qué le ocurrió a tu cabello? —habla el chico Black apenas ve a la joven y aunque no lo demuestra, ese comentario la entristeció.
—Cierra la boca, Black, no soy tu amiga para que me trates de esa manera.
—Podría ser el comienzo de una amistad.
—Me das dolor de cabeza —se queja la menor de los Potter masajeando sus sienes—. Iré a buscar a mí hermano.
Antes de que Regulus contestara la niña salió del vagón y se dirigió con James. Estaba pensativa, no estaba segura si Regulus le había criticado su cabello o solo fue un comentario sin maldad en el fondo. Cuando llegó al compartimento tocó la puerta de vidrio que fue abierta por su hermano, ya con el uniforme al igual que ella. Se estaba planteando la idea de hablar sobre lo sucedido con su hermano.
—Kiery ¿Estás lista? —habla su hermano.
—Nací lista, James —responde Kieran con expresión neutral.
—Me gusta esa actitud —dice Sirius, es un chico con cabello castaño largo hasta los hombros y ojos grises—. ¿En qué casa quieres quedar, pequeña Potter?
—Me da igual —obviamente no le daba igual, ella quería quedar en Slytherin, pero dudaba que su hermano esté de acuerdo.
—Espero que quedes en Gryffindor, así estamos juntos —joven Potter tuvo que forzar una sonrisa para parecer de acuerdo.
Los merodeadores hablaron un rato más mientras que la chica de mirada castaña solo escuchaba. No prestaba atención a la conversación, su cuerpo estaba en ese lugar, su mente no. Su mente tampoco estaba pensando en algo interesante, estaba en blanco.
Cuando era hora de bajar en la estación del pueblo, James acompañó a su hermana hasta donde se encontraba Hagrid. La chica lo saludó y se fue acercando a Regulus, mientras más se acercaban al sendero se podía escuchar la voz de James a lo lejos gritando "Suerte Kiery" agitando enérgicamente su mano. Sus mejillas se tiñeron de rojo, no quería que alguien se burle de ella por eso.
—¿De verdad tu hermano no te avergüenza? —dice el joven Black de pronto.
—Si lo hace —responde Kieran sinceramente—, pero no puedo hacer nada al respecto.
Regulus lanza una pequeña risita y sigue caminando. El camino por ese bosque fue silencioso por parte de los dos niños, más no por parte del resto, entusiasmados por el colegio. Cuando llegaron a las barcas, Regulus, Kieran y dos niños más subieron a una misma barca. Una vez que cruzaron el lago negro, el guardabosques guió a todos los niños de primer año hacía la gran puerta del castillo, el hombre golpeó la gran puerta donde fue recibido por una profesora que más tarde se presentaría como Minerva McGonagall.