Capítulo III

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A la mañana siguiente, Kieran se despertó y se arregló para poder bajar a su sala común, encontrándose allí con Severus Snape. La chica, sorprendida, ya que era bastante temprano, se sentó junto al fuego.

—Disculpa lo de ayer —habla el joven Prince. La chica lo miró.

—¿Por qué lo odias? A James —aclara la chica.

—Desde que nos conocimos no congeniamos, y con sus amigos me hacen "bromas inofensivas" como ellos las llaman.

—Lo siento.

—Es su culpa, no la tuya. En fin, creo que comenzamos con el pie izquierdo, me llamo Severus Snape —dice mientras extiende la mano.

—Soy Kieran Potter —responde mientras estrecha la mano de Severus —¿Podemos ser amigos, Severus?

—En un futuro cercano, posiblemente —la pequeña Potter lanza una sonrisa, casi imperceptible.

Unos minutos después baja Regulus, el trío salió de la sala común para dirigirse al Gran Comedor, sentados mirando hacia la mesa de Gryffindor los tres charlaban sobre pociones, materia que los tres aman. Desde lejos parecía una escena de un grupo de amigos que se conocen desde hace años, Kieran estaba sonriendo (mucho para ser ella), Severus no tenía su expresión de amargura usual, sino una más suave y Regulus tenía una leve sonrisa en el rostro.

—Amiga de Quejicus— habla James desde el otro lado del comedor.

—Te lo dije amigo, va a ser como ellos, le lavan el cerebro.

—Pero es mí hermanita, no creo que lo haga— duda James—. Aunque no crecí con ella, así que hay una pequeña posibilidad de que pase.

Mientras tanto en la mesa de Slytherin, Kieran se sentía muy feliz, más que en sus últimos 11 años, tenía personas que podrían ser sus amigos y no la juzgaban, más de lo que se podía decir de su hermano quien, aunque no hacía comentarios de su físico o su actitud, los hacía sobre sus gusto como la lectura y algunos libros de romance muggle que los encontró escondidos en la habitación de la menor.

Después del desayuno, fueron a su primera clase, Pociones, era una materia que la chica Potter amaba así que tenía grandes expectativas para la materia, no solo porque leyó todos los libros de pociones de el hogar de sus padres y de su tía, los cuales no son pocos, ya que al venir de una familia de pocionistas siempre estaban estudiando las mismas.

Al entrar a las mazmorras fue directamente hacía los bancos de atrás, minutos después el joven Black entra al salón y se sienta junto a la pelinegra.

—Creí que te sentarías en la primera fila
— habla la niña sin mirarlo.

—Creí lo mismo— se limita a responder.

—No me gusta la atención.

—A mí tampoco.

Los niños se callaron cuando vieron entrar al profesor, quien se presentó como el profesor Horace Slughorn. Kieran y Regulus demostraron ser muy buenos en pociones en su primera clase, luego fueron a la siguiente que era transformaciones; dónde ambos demostraron, también, que eran buenos en esa asignatura. En realidad demostraron que eran buenos alumnos todo el día.

En la cena, Kieran y Severus estaban sentados uno al lado del otro, con Regulus frente a ellos junto con Narcissa y Lucius. En un costado a la Potter menor estaba Bellatrix, Andrómeda no se encontraba con ellos, estaba unos asientos hacía la derecha junto a chicas de su año.

—Quiero unirme a los mortifagos el año entrante— comenta la mayor de los Black.

Bellatrix recibe una mirada de advertencia de su cuñado seguido de un leve movimiento de cabeza hacia Kieran y a la vez un suave pisotón por parte de su hermana. La joven Potter notó la acción de Lucius por lo que habló.

—No te preocupes por mí, Malfoy; lo que hagan o dejen de hacer me da igual, lo que sí, no hablen de estos temas con personas que no conozcan completamente— habla mirando a la pelinegra—, podrían traicionarte.

Podías notar la sorpresa en sus ojos, pero ninguno dijo nada, el pensamiento de que pueden desconfiar de ella por ese comentario llegó repentinamente, así que la azabache decidió romper el silencio de nuevo.

—Me retiro, así puede hablar con tranquilidad sus temas.

Dicho y hecho, Kieran se levantó de su asiento para dirigirse a la biblioteca. Al mismo tiempo los Black, Severus y Lucius continuaron hablando.

—Tiene que unirse al señor oscuro— declara Bella.

—¿Qué dices, loca?— respondió Malfoy.

—Tiene once años y actúa mejor que cualquier persona de 16, va a ser una buena aliada en un futuro.

—Hablo bastante con ella— comienza Regulus—, es muy inteligente, lee sobre pociones y le interesa la magia oscura; tal vez el señor tenebroso la quiera.

Mientras tanto, Kieran se dirigía a la biblioteca; más específico al área de pociones. Se acerca a un estante y tomó un libro de 3er año, se encamina a una mesa en el fondo de la habitación. Su paz y tranquilidad duró solo unos minutos ya que cuatro jóvenes comenzaron a molestarla.

—No creo que comprendas ese libro— habla James viendo a su hermana.

—¿Por qué no lo comprendería?— responde sin despegar la vista del libro tratando de volver a concentrarse.

—Es de tercer año— exclamó Sirius con obviedad antes que James.

—Que ustedes, pedazo de mono
neuronales no lo comprendan, no significa que yo no pueda— dice la pelinegra con poca paciencia mirando a los chicos—. Ahora sí no les importa, estoy tratando de leer.

Cuando los chicos estaban por marcharse y Kieran continuar con su lectura, la chica recordó algo; odió tener que hacerlo pero los profesores no iban a darle un pase a la sección prohibida de la biblioteca y mucho menos siendo una niña de primer año en la primer semana de clases, así que tuvo que recurrir a su última opción.

—James, préstame la capa.

—¿Qué capa? ¿De qué hablas?— voltea nervioso.

—No finjas demencia, papá me lo dijo y también me ha dicho que es de ambos, así que dámela.

—¿Qué harás con ella? ¿La usarás para aprender artes oscuras con mis primas y sus amigos?— se entromete Sirius de manera amenazante, haciendo que Kieran se levante de su asiento.

—Lo que haga o deje de hacer con esa capa no es de tu puta incumbencia, Black. ¿Por qué en lugar de vigilarme no cuidas a tu hermanito?

Dicho esto, la slytherin se encamina a dónde la bibliotecaria para retirar su libro e irse a su sala común. Ya allí se sienta en un sillón donde se encontraba otro joven.

—Odio a tu hermano— es lo primero que suelta Kieran.

—Yo también, pero ¿Qué te hizo?— Cuestiona Regulus.

—Mi hermano tiene una capa de invisibilidad, se la pedí y el maravilloso de tu hermano comenzó a cuestionar lo que iba a hacer con dicho elemento. Según él voy a aprender artes oscuras oculta con la capa— suelta enfadada.

—¿Y no es así?— pregunta calmado.

—Obvio que es para estudiar pero no le importa qué.

—Mira, tengo libros en mí casa, le puedo pedir a mis padres que envíen algunos— sonríe ligeramente el chico Black.

—¿Harías eso por mí?— la de cabello corto tuvo una sensación diferente, alguien se interesó por ella.

—Somos amigos.

—Creí que no lo éramos.

—Sí, pero ahora hay confianza— dicho esto pasa su brazo por hombros de la chica.

CORALINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora