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Aquel día parecía ser uno más del montón para Alastor, había despertado temprano, justo unos minutos antes de que la alarma comenzara a sonar

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Aquel día parecía ser uno más del montón para Alastor, había despertado temprano, justo unos minutos antes de que la alarma comenzara a sonar. Con pocas ganas se levantó de la cama para empezar su rutina mañanera, caminó hasta el baño donde se lavó los dientes y procedió a darse un baño que le quitara el sueño de encima.

Cuando terminó se apresuró a ponerse el uniforme de la escuela, este estaba pulcro y muy bien planchado, sin ninguna arruga que lo arruinara. Mirándose al espejo, se tomó unos minutos para apreciar su reflejo, debía admitir que se veía apuesto, con el cabello aún alborotado por haberlo secado recientemente y el uniforme que le quedaba justo a la medida haciendo resaltar su delgada y alta figura. Pasó sus dedos tratando de arreglarlo un poco, al menos para que no pareciera tan esponjado.

Apenas estuvo satisfecho con su aspecto, tomó sus cosas y se dirigió a la cocina, tenía el tiempo suficiente para poder prepararse un café cargado, uno que le diera la suficiente energía para continuar con su día. Quedarse hasta altas horas de la noche realizando sus trabajos de la universidad le estaba pasando factura.

Como estudiante de medicina vivía como un esclavo de las tareas y proyectos, apenas tenía tiempo de respirar, ciertamente a veces se cuestionaba el no haber elegido una carrera más fácil, pero al final eso era lo que le apasionaba, no se imaginaba haciendo otra cosa que no fuera eso. 

Aún si eso le costaba la vida social, la verdad es que tenía muy pocos amigos, apenas tenía dos, un chico llamado Husker, y su mejor amiga Niffty. Esta última se había pegado a Alastor como chicle, al final no tuvo de otra que aceptarla como amiga y para su sorpresa se había convertido en la persona más apegada a él. 

Por otro lado en las parejas era un total fracaso, estuvo saliendo por unas semanas con una chica, a la cual terminó dejando porque no tenía tiempo para ella. También estaba un chico llamado Vox que le había estado coqueteando recientemente, este estuvo demasiado insistente, tanto como para que perdiera el interés sin apenas tenerlo. De ahí en más había tenido un par de aventuras, solo sexo sin ataduras, creía era la mejor forma de pasar el rato, sin preocupaciones y sin sentimientos de por medio.

Tampoco le interesaba tener una relación con alguien, tenía cosas más importantes en las que cuales enfocarse, en sus estudios principalmente.

— Mierda, es tarde —. dijo mientras veía la hora en su teléfono, apenas tenía veinte minutos para llegar a la universidad. Se apuró a tomar las llaves de su departamento, así como la de su auto para salir rápidamente rumbo al ascensor.

Espero impacientemente hasta que estuvo en el estacionamiento y caminó directamente hacia su auto, acelerando para llegar a tiempo.

(...)

De puro milagro alcanzó a llegar a tiempo, aún con tres minutos para correr a su aula, recorrió los pasillos apresuradamente sin importarle si llegaba a tropezarse con alguien.

En algún momento del camino, sintió el impacto de un cuerpo contra el suyo. El cual causó que la otra persona desconocida, cayera al piso, solo alcanzó a escuchar un leve quejido y el sonido de papeles volando. Sin tiempo para siquiera poder disculparse continuó con su camino, lo único que le importaba era llegar temprano a la clase y no quedarse fuera, eso arruinaría su limpia lista de asistencia.

Logró entrar justo a tiempo al aula, dirigiéndose a su habitual asiento, era una banca para dos personas, ya que todos las demás estaban completas y a él no le desagradaba sentarse solo. Frente a él se sentaban sus dos buenos amigos, quienes voltearon a verlo cuando por fin pudo sentarse.

— Buenos días, Alastor —. Saludó Husker, acompañado de una sonrisa, parecía estar de un buen humor esa mañana. — Pensé que no vendrías hoy, no es común que llegues tan tarde.

— Cierto, pensé que solo seríamos nosotros dos hoy. Estaba un poco triste ya — habló Niffty estaba vez.

— Buen día, a ambos. Yo también pensé que no llegaría, se me hizo un poco tarde. Anoche me quedé despierto terminando el proyecto —. Dijo mientras suspiraba y se acomodaba sus lentes.

— ¿De qué proyecto hablas?, yo no hice nada —. preguntó preocupada Niffty, se había dado la vuelta por completo, para quedar viéndolo de frente.

Alastor rodó los ojos, acostumbrado a la poca responsabilidad de su amiga con sus tareas. Siempre se olvidaba de hacer algún trabajo o fingía no tenerlos. Probablemente era la segunda opción.

— No te preocupes, esta era en equipo, me adelanté y la hice yo, porque estoy seguro que ninguno de ustedes dos se acordaba que teníamos que hacerlo. — Respondió con fastidio. — No sé porqué seguimos siendo amigos, par de flojos.

— Es porque nadie más quiere hablarte, tienes que conformarte con nosotros — Se burló Husker, haciendo reír a Niffty. — Gracias de todos modos, prometemos que la siguiente la hacemos nosotros dos.

— Es justo — Dijo la chica esta vez, sonriendo enormemente cuando recordó algo. — Por cierto, se enteraron que vendrá un nuevo alumno, dicen que es demasiado lindo. — chilló emocionada, los ojos le brillaban.

— ¿A sí?, no estaba enterado, tampoco me importa. — Alastor comentó con poco entusiasmo, no le interesaban los chismes. Dado por terminada la plática cuando dejó de prestar atención a lo que decían sus amigos, para comenzar a sacar sus cosas de su mochila.

En ese momento la profera comenzó a explicar la clase, exigiendo que todos prestaran atención porque era un tema importante. Se concentró en en lo explicación, tomando notas de lo que consideraba más importante. Todos estaban concentrados, fue ahí donde pequeños golpes en la puerta hicieron que todos se detuvieran.

— Adelante. — Dijo la profesora, esperando por la persona que estaba del otro lado de la puerta. Esta se abrió y una cabellera rubia se asomó. — Pasa, creí que te habías perdido. — Agregó con una sonrisa.

— Buen día. — Saludó con una pequeña sonrisa tímida. — No fue así, tuve un pequeño accidente en el pasillo, un maleducado me hizo caer y ni siquiera me pidió disculpas, lamento haber llegado tarde, me llamo Lucifer por cierto.

— Es un gusto tenerte en esta clase, ven
pasa. — La mayor hizo una seña para que se acercara a ella. — Bien chicos, tenemos un nuevo compañero hoy, su nombre es Lucifer, sean amables con él, por favor.

— Es un gusto — Dijo en voz alta para toda la clase. — Espero llevarnos bien.

— Bien Lucifer, siéntate al lado de Alastor, es el único lugar libre. — Señaló el lugar, haciendo qué caminara y se sentara ahí. — Bien clase,  continuemos.

Por otro lado, Alastor no había podido quitar sus ojos de ese chico, era atrayente, casi obligatorio verlo. Era lindo, demasiado, a decir verdad, con sus hermosos cabellos rubios, piel pálida, ojos azules, nariz de botón, labios rosados y esas mejillas sonrojadas. Además qué era bajito, muy pequeño. Todo en él estaba en harmonia, demasiado bello, como un hermoso ángel.

Bien parecía que Niffty sí tenía razón.

(...)









Bien, es mi primera vez escribiendo una historia, lamento si tiene incoherencias, trataré de mejorarlo conforme pasen los capítulos, dejen sus comentarios y críticas constructivas, se les apreciará.

Sin más, espero les guste, dejen una estrella y un comentario si es así.

bye ...

Mi bello ángel (RadioApple)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora