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Aquel disparo había resonado por cada rincón del pueblo, lo siguiente que pasó fue demasiado rápido. Nick había puesto toda su atención en su pareja, quien era abrazada por Carly.
Suspiro de alivio al notar que la bala había dado en la ventana de la puerta, lo suficiente lejos de lastimar a las chicas.
—¡Vamos!— apuro el.— ¡corran!
Carly tomó de la mano a Liv y ambas comenzaron a correr en dirección al cine del pueblo. Los tres entraron rápidamente a la sala de cine, al estar en la oscuridad se miraron entre sí para saber que harían.
—Carly, siéntate por ahí.— indicó el chico.— Liv tu por aquí, ¿si?
—¿A donde iras?— cuestiono la pelinegra asustada.
—Yo estaré aquí.— señalo.— no te preocupes, amor.
Olivia asintió y comenzó a pasar entre las esculturas de cera, hasta que encontró un lugar libre. Sus manos temblaban por los nervios, miro al frente y trato de quedarse quieta tal cual como las esculturas.
Miro la película que se proyectaba, una mujer de edad avanzada cantaba. Escucho un sonido proveniente de la puerta y rápidamente supo que Bo ya había ingresado a la sala de cine, cerró sus ojos unos segundos y suspiro.
Debía de calmarse un poco o no podría pensar con claridad, era bastante obvio. Por más que Nick estuviera aquí protegiéndola, necesitaba tener la mente fría.
—Se que están aquí.— escucho su horrorosa voz.— Podemos hacerlo fácil, denme a Olivia y podrán irse.
¿Cuál era la obsesión que tenía con ella? ¿Por qué insistía en querer quedarse con ella? Apretó sus manos contra el asiento y siguió mirando a la pantalla.
Por su parte, Nick sujetaba la ballesta con enojo mientras tensaba su mandíbula, ¿que carajos quería Bo con su chica? ¿Cómo podía llegar a creer que el dejaría a Liv con ese depravado? Solo estaba esperando el momento perfecto para clavarse alguna de estas flechas y poder asesinarlo, por lo que le hizo a su hermana y por lo que le quería hacer a su novia.
El de la escopeta vio un cabello muy particular, el color era negro como el de Olivia así que sigilosamente se fue acercando, puso su mano en el hombro y noto que no movía. Era una escultura de cera...
—Saben, esta película era la favorita de alguien muy importante para mí.— comenzó a contar mientras avanzaba hacia la pantalla.— estoy siendo muy condescendientes, denme a la chica y yo los dejo ir.
Olivia frunció el ceño y las ganas de gritarle que jamás se quedaría con el le invadieron, no solo a ella sino que también a Nick; ese pensamiento repetitivo volvía a su mente y se decía así misma que jamás la dejaría con ese lunático.
Jamás. Ya la había perdido una vez, no se iba a permitir hacerlo nuevamente y más aún con su bebé en el vientre.
Olivia sintió como pasó frente a ella, miro de reojo tratando de no articular ni un movimiento brusco para que Bo notará su presencia. La ansiedad nuevamente inundó su cuerpo, sintiéndose temblar igual que un chihuahua.