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El bosque oscurecido ocasionaba cierta inquietud en Liv, todo el grupo de amigos lo sabía. Después lo sucedido con el desconocido hace unas horas se encontraba aún más inquieta.
Después de tener la boca tapada y casi un infarto, se encontró con la mirada de Nick quien sólo la veía confundido.
—¡Dios!— se quejó ella.— ¡casi me matas!
—¿Estás bien?— pregunto mirándola fijamente.
—Si.— dijo ella llevando su mano a su pecho— ¿Qué haces aquí?
Nick mostró el cepillo de dientes, pasta dental y la botella de agua. Recordó que antes de salir le dijo que tenia náuseas, su corazón latió con fuerza y sonrió enternecida.
—Gracias, amor.— sonrió ella.
—¿Segura que estás bien?— volvió a mirarla preocupación.
—Escuche un ruido y me puse nerviosa, nada más.— suspiro.
Mientras ella enjaguaba sus dientes, Nick miraba por los alrededores por sí acaso y además dejaba tranquila a Liv. Nada estaba acechando.
Una vez que terminó, ambos caminaron nuevamente a la tienda para dormir tranquilos. Mañana sería un día muy pesado y tenían que estar bien descansados para poder aguantar, nuevamente Liv se aferro a Nick por miedo de lo que haya ahí afuera entrará.
[•••]
Nick se encontraba abrazado a la chica cuando sintió como su tienda fue movida, parecía que un viento la había golpeado pero esa teoría desapareció de su cabeza en el momento que escucho la irritante voz de Blake.
La chica a su lado se quejó, mientras Intentaba abrir los ojos adormilada.
—¡Son las dos y treinta!— volvió a repetir.
Nick abrazo con más fuerza a la chica, no tenía muchas ganas de levantarse y los gritos ya lo estaban poniendo de mal humor.
—¡Andando!— se escuchaba desde el exterior.— ¡nos perderemos el juego!
—Estúpido juego.— murmuró Liv.
—¡Nick despierta!— algo golpeó la tienda.
Olivia rodó los ojos y se sentó, mientras miraba como Nick tenía la mandíbula tensa.
—Maldito idiota.— gruño Nick.
—Cuenta hasta diez, amor.— hablo dulcemente ella.
—Si contaré hasta diez mientras lo golpeó.— también se sentó en el colchón.
