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El atardecer era algo que le encantaba observar a Olivia, podía pasarse horas y horas simplemente viendo cómo las nubes se iban y otras más lindas volvían, le encantaba principalmente porque su cabeza dejaba de pensar en cualquier cosa, no se sent...

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El atardecer era algo que le encantaba observar a Olivia, podía pasarse horas y horas simplemente viendo cómo las nubes se iban y otras más lindas volvían, le encantaba principalmente porque su cabeza dejaba de pensar en cualquier cosa, no se sentía triste ni pensaba en sus inseguridades.

Las inseguridades habían crecido mucho los últimos cincos meses, pues se había enterado que estaba embarazada del mejor amigo de su hermano y ahora estaba entrando en el quinto mes de gestación.

Hace unas semanas su panza había decidido aparecer y se podía notar con sobresalía, no era tan grande pero ahí estaba.

La historia de ella y Nick era bastante complicada, Olivia llevaba enamorada de él desde que lo conoció y Nick se había permitido sentir algo más que amistad con ella hace dos años, en una fiesta donde había bastante alcohol, una cosa llevo a la otra y por eso ahora se encontraba embarazada.

Nick primeramente se negó a creer que era su hijo, no porque no confiara sino porque estaba asustado, luego acepto a su hijo pero no acepto formar una relación seria con Olivia. Simplemente se haría cargo de su hijo pero no en formar un lazo emocional con la chica.

Nick no quería hacerlo por una sola cosa, el miedo; miedo de que Olivia se diera cuenta que el era un idiota, que no merecía estar con ella y lo peor, encontrarse a alguien mejor y dejarlo solo.

Toda su vida había vivido con ese trauma, pues sus padres siempre decían que el era un problema, que su hermana gemela Carly era mejor que el y por eso la preferían a ella.

El celular de la pelinegra sonó, haciendo quitar su vista del cielo.

—¿Hola?— atendió sin mirar el número.

—¡Hermanita!— hablo desde el otro lado, Dalton.— ¿has preparado tu bolso?

Dalton y sus amigos la habían invitado a un viaje en auto, para ver un partido de fútbol en Luisana.

—Algo.— suspiro ella.— ¿crees que sea buena idea?

—El médico dijo que te haría bien.— me recordo su hermano.— pasas mucho tiempo encerrada.

Era cierto lo que decía Dalton, el médico le había dicho que podría ir, obviamente con todos los cuidados requeridos. El estar embarazada no le debería de ser un impedimento para seguir con su vida, debía continuar con normalidad y no encerrarse en casa como lo hacía los últimos meses.

—¿Nick irá?— pregunto con desánimo.

—No. Oí a Carly decir que los padres no se lo pagarían.— suspiro el chico desde la otra línea.— ¿aún no quieres verlo?

—No.— musitó

—Algun día tendrás que hacerlo.— murmuró.— después de todo es el padre del pingüinito.

A el es a quien debes recordárselo, no a mí.— hablo enojada.— termino mí bolso y te llamo.

—Pasaremos más tarde con Wade y Carly.— hubo un silencio.— ¡vamos a divertirnos mucho, Livvie!— noto emoción en su voz.

𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝙤𝙛 𝙒𝙖𝙭- 𝘕𝘪𝘤𝘬 𝘑𝘰𝘯𝘦𝘴.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora