Al filo de las 5 de la madrugada, el estruendo de la tormenta la arranca de su descanso. Estaba al tanto de la alerta meteorológica para esa madrugada, pero nunca imaginó la magnitud de la tormenta que se desataría. Inquieta por su abuelo, Daniel, se dirige a su habitación, pero antes de llegar, un rayo impacta cerca y la electricidad se corta, dejándola en penumbras. Sin embargo, las luces de emergencia que había instalado tiempo atrás se encienden, iluminando su camino.
Al llegar a la habitación, Lisa descubre con horror que la cama de su abuelo está vacía. Llena de preocupación, comienza a buscarlo por todos los rincones de la casa.
"¡Abuelo!" grita con desesperación, pero su voz se pierde entre el rugir de la tormenta. Al borde del pánico, está a punto de llamar a la policía cuando nota que la puerta corrediza de la cocina está abierta, a pesar de haberla cerrado con seguro. Su mente corre al pensar que su abuelo pudo haber salido al exterior, y justo cuando está a punto de marcar en su celular, un fuerte ruido proveniente del desván la sobresalta. Para empeorar las cosas, la línea de emergencia está saturada.
Paralizada por un instante, Lisa se debate entre el desván y la puerta abierta. Finalmente, decide que la pista más reciente es la más urgente y corre hacia el desván. La escalera cruje bajo sus pies, cada paso amplificado por el silencio tenso de la casa.
Al llegar a la entrada del desván, la puerta está entreabierta. Con el corazón latiendo en la garganta, empuja la puerta. "¡Abuelo!" vuelve a gritar, pero la única respuesta es el eco de su propia voz y el rugido lejano de la tormenta.
El desván está oscuro y frío, un contraste con el resto de la casa. Con la luz de su celular, Lisa empieza a buscar. Entre las cajas y los muebles, ve una silueta. Se aproxima cautelosamente y descubre que es su abuelo, que parece estar buscando algo con una desesperación palpable. Lisa lo llama, pero su voz parece no llegar a él. Se acerca aún más y observa que su abuelo está murmurando palabras incomprensibles.
"No está" "No puede ser" "Estaba aquí" "Si lo descubren" "Que hago" susurra con un tono de voz lleno de miedo. Lisa intenta llamar su atención tocando su hombro, pero su reacción es inesperada. Daniel se gira y la mira, pero no hay reconocimiento en sus ojos.
-¿Quién eres? ¿Cómo entraste aquí? -pregunta con voz temblorosa. Lisa se siente desconcertada, nunca antes su abuelo había olvidado quién era ella.
-Abuelo, soy yo, Lisa -trata de refrescar su memoria, pero sus palabras solo parecen exacerbar su agitación.
-¿Dónde está? ¿Dónde lo pusiste? -la agarra con fuerza por los brazos, causándole dolor.
-Abuelo, me estás lastimando -dice, a punto de llorar.
-¡Maldita bruja, dónde está! -la empuja violentamente, haciendo que choque contra la pared y su celular se deslice de sus manos y caiga al suelo entre ambos. Lisa no puede contener más sus lágrimas y comienza a sollozar.
-Abuelo -murmura entre sollozos.
Al verla así, Daniel parece despertar de su trance. -Sofía -murmura con un tono de arrepentimiento, mientras la suelta y la abraza-. Lo siento mucho -llora-. No volveré a hacerlo -refuerza su abrazo-. No me dejes.
Lisa queda atónita. Sofía era el nombre de su abuela, quien había fallecido hace años. Sin saber qué más hacer, acepta el abrazo. Esta es la primera vez que presencia un episodio así desde que se mudó con él. Después de que se calma, lo acompaña a su habitación y permanece a su lado hasta que se queda dormido.
Después del incidente, Lisa decide instalar cámaras de seguridad. No quiere volver a vivir ese terror. Saca una caja de su habitación y comienza a colocar cámaras por toda la casa, respetando la privacidad. Como su abuelo había destrozado las cámaras anteriores, opta por unas más pequeñas y las oculta para que no sean fáciles de detectar. De esta manera, podría saber dónde está su abuelo en todo momento y, sin darse cuenta, también mantener vigilado a Angus. La tarea le consume el resto de la madrugada y, en resumen, no logra volver a dormir.
Con la llegada del amanecer, la tormenta parecía haberse calmado un poco. Sin embargo, la luz aún no había regresado. Lisa se dispone a preparar el desayuno para su abuelo, con la intención de no asistir a la universidad ese día. Pero un mensaje de su profesora le obliga a cambiar de planes, al parecer había un problema con el ensayo que había entregado el día anterior.
Rápidamente se prepara y espera la llegada de Angus, que no tarda en aparecer. Le relata todo lo ocurrido y le pide que, si algo sucede, por más insignificante que parezca, le llame. Solo tenía en mente hablar con la profesora, no asistir a las clases.
Después de explicarle todo, saca su auto y se dirige a la universidad, agradeciendo que solo estuviera lloviznando. Al llegar, estaciona el auto en el área de estudiantes y se dirige apresuradamente al edificio principal. En el camino se encuentra con Sara, quien le da una noticia aterradora.
Le informa que Mari de la Rosa ha sido asesinada. Lisa no puede creerlo, apenas fue ayer que la habían visto. Sara le explica que encontraron a Mari en un contenedor y que la causa de muerte fue una puñalada en el corazón. Lisa siente un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar esto y lo primero que se le viene a la mente son los casos que el detective Enrique relataba en su diario.
-¿La policía ya tiene alguna pista sobre quién pudo haberlo hecho? -pregunta Lisa, con una mezcla de curiosidad y preocupación en su voz.
-Hasta ahora no tienen ninguna certeza, pero debes recordar que Mari era una estafadora. No me sorprende que haya terminado así -responde, dejando escapar un suspiro de compasión.
-Es cierto -asiente Lisa, pensativa.
Sara, intrigada por la actitud de Lisa, le pregunta por qué se dirige hacia la sala de profesores. Lisa decide abrirse y compartir con ella lo sucedido, incluyendo los detalles sobre su abuelo.
-¿Por qué no me lo dijiste antes? -pregunta Sara, mostrando cierta molestia en su tono de voz.
-No quería preocuparte ni ser una carga para ti -se disculpa Lisa, sintiéndose culpable por haber ocultado la verdad.
-No es una molestia, ahora ve y regresa con tu abuelo. Yo me encargaré de hablar con la profesora -afirma Sara, decidida a ayudar a su amiga.
-Pero... -intenta objetar Lisa, interrumpida por los pequeños empujones de Sara hacia la salida.
-No hay peros, ve y asegúrate de que tu abuelo esté bien. Yo me encargaré de todo aquí -insiste Sara, dándole ánimos a Lisa para que se vaya.
Con cierta reticencia, Lisa finalmente acepta y se dirige hacia la salida, confiando en que Sara cuidará de los asuntos en la universidad mientras ella se ocupa de su abuelo.
Lisa consigue llegar a su auto justo antes de que comience a llover de nuevo. Antes de arrancar, busca en su teléfono la noticia de la muerte de Mari. Después de una breve búsqueda en línea, Lisa encuentra una noticia sobre la muerte de Mari de la Rosa. Sin embargo, la información es limitada y solo se menciona el hallazgo del cuerpo que fue encontrado en un contenedor y que la causa de muerte fue una puñalada en el corazón.
Mientras Lisa lee detenidamente la noticia, una inquietante sensación comienza a apoderarse de ella. Su mente se llena de pensamientos sobre los casos de asesinato en serie que el detective Enrique mencionaba en su diario. Una extraña conexión parece formarse en su cabeza, y siente la urgencia de hacer una parada en la estación de policía antes de regresar a casa.
La idea de echar otro vistazo al diario del detective se ha vuelto imperativa en su mente. Está convencida de que los casos mencionados en el diario están de alguna manera relacionados con lo que está sucediendo en la actualidad.
ESTÁS LEYENDO
Legado #ONC2024
Misterio / Suspenso"Somos lobos con piel de cordero. Bajo la apariencia de inocencia, se esconde una astucia y una ferocidad que el mundo subestima. Al igual que los lobos, somos cazadores en la noche, moviéndonos en silencio y atacando cuando menos se espera." ______...