Como se lo pedí, Chris me busco después de las ocho. No sabía cuanto duraría este viaje, esperaba que solo fuera por hoy. Por suerte Mike tenía guardia hasta altas horas de la madrugada, no se enteraría de esto y, hablando de él, me contó que Paul fue a visitarlo para disculparse por lo que paso. No me dijo mucho más, pero esperaba que las cosas entre ellos estén bien, nunca conocí a unos hermanos tan unidos como los Conner. Bueno, sí, pero esos gemelos parecían tener una conexión telepática.
Cuando salí y vi que vino en un Mercedes Benz supe que los vecinos hablarían de esto, sobre todo porque eran unos chismosos. No le importaba llamar la atención del vecindario entero, seguramente ese era su objetivo. Al entrar, ni siquiera lo mire, le aclare que sea discreto y le importo una mierda. Aunque admito que el vehículo estaba muy hermoso, estoy segura de que era uno de los últimos que salió, en su interior contenía luces led, que por lo que pude ver, se podía cambiar de color, de noche, esto sería una maravilla; un volante de lujo que moría por tocar y lo más importante, este, me haría ganar cualquier carrera.
—¿Te gusta?
No le respondí. Mi rostro debió delatarme por lo deslumbrada que quede al ver el auto, pero rápidamente me crucé de brazos y mi mala cara volvió. Seguí en silencio hasta que escuche que puso en marcha el auto y arranco, pareció que salimos a la velocidad de la luz. Mientras conducía, Chris toco la pantalla y puso música, The Weekend, para ser exactos, su cantante favorito.
No volvió a hablarme y la verdad lo prefería así. El viaje se me hizo un poco largo y aburrido que casi me duermo, además que no descanse bien. Pero mi sueño se fue cuando me di cuenta de que estábamos entrando al estacionamiento del aeropuerto. Todo mi cuerpo se alteró, no esperaba salir del estado.
—¿Por qué estamos aquí?—pregunté alarmada.
—¿No era que no querías hablarme?—contesto frío. Bajo el volumen de la música.
—Chris—dije entre dientes.
—¿Ruby?—giró su cabeza para verme, en su rostro se formó una sonrisa arrogante, como siempre, odiaba que no se tome las cosas enserió y que juegue conmigo— Iremos a Kansas, ahí vive Charles.
—No traje mi pasaporte, ni mis documen-
—En la guantera está tu pasaporte e identificación y una licencia de conducir—me interrumpió mientras estacionó el auto—. Iremos en nuestro avión privado.
—¿Por qué no me dijiste nada de esto?—saque una billetera con todo lo que Chris me dijo.
—No quieres que te hable y yo respeto eso— se bajó del auto, dejándome con la palabra en la boca.
Hice lo mismo, algo enojada. Él sabía a la perfección que las cosas importantes sí debía decírmelas, solo que se hacía el idiota. Esto no va a funcionar si no me cuenta todo, empiezo a pensar que hay cosas que me está ocultando, solo para tenerme a su lado o simplemente sigue enojado conmigo porque lo deje. Lo veo capaz de contratar a Hyde y armar este lío únicamente para recuperarme, pero también está demasiado serio con el tema, no creo que sea falso. Aunque no me gusta que me diga la mitad de las cosas.
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El silencio de tu mirada
RomansaUna vida simple y rutinaria, era el sueño de Isabelle. No podía estar más feliz cuando logro tenerla. Un trabajo que no requería mucho esfuerzo, una mejor amiga y un futuro esposo con un gran futuro ¿Qué más podía pedir? Aunque solo vivía en una red...