Capitulo 8; Indecisión

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Todo apuntaba a qué Gabrielle lo había hecho, puesto a que los sirvientes del castillo cotilleaban sobre ver al principe bastante contento últimamente. Fleur por su parte, seguía reuniendose con su invitado español, con quién pasaba tardes maravillosas hablando de política y negocios, Fleur se divertía mucho ahora, tanto era su disfrute que olvidó por completo que tenía una cita con el príncipe Granger esa tarde y fue demasiado tarde cuando se dió cuenta de eso, habiéndolo dejado plantado. Quizás se estaba dejando llevar demasiado por su disfruté y estaba olvidando cosas importantes.

Dos días después, tuvo la fortuna de toparse a Hermione paseando cerca de los rosales, está vez, no siendo acompañado por Gabrielle, que cabe mencionar, estaba molesta con ella por lo grosera que había sido con el príncipe. Cuando cruzaron miradas, fue inevitable para ambos sonreír, flor, definitivamente pensaba que esos mechones sueltos al costado de su cara, lo hacían lucir muy lindo. Estaba bien arreglado, parecía como si fuese a salir del castillo en breve. Cuando Fleur para su andar y solo se quedó observandolo, fue la señal para que Hermione fuera hacia ella, cosa que no dudo dos veces, la rubia río un poco ante eso, pues le recordaba a un cachorro.

“Es un placer verla, princesa” dice de inmediato, aún con esa sonrisa de encanto en el rostro, parecía emocionado y sí, lo estaba. Hermione había visto cada vez más su tiempo recortado y ni siquiera haciendo una cita con su título podía asegurar la presencia de Fleur, al parecer la joven estaba encantada con su invitado español, que se había olvidado de ella. El baile cada vez estaba más cerca y aún no recibía respuesta sobre su invitación lo que empezaba a preocuparle, porque tal vez eso significaba que no sería elegido por encima del otro príncipe.

“Me alegro de poder divisarte de nuevo, te debo una disculpa por lo descortés que fui contigo al no haber ido a nuestro encuentro” contesta de inmediato, no había podido agendar otra cita con él, debido a que con pocos días para el baile, los preparativos del vestido y otras tantas cosas habían consumido mucho del tiempo. “Me gustaría poder recompensarte” los ojos cafés se iluminaron de inmediato “Si hay algo que pueda hacer por ti, por favor dímelo, si no tienes nada en mente, ven a verme a la misma hora que solías hacerlo” pero no hubo reacción ante eso, Hermione se quedó en silencio unos segundos que parecían eternos para la rubia, que creía que había quizás, dicho algo inadecuado, teniendo en cuenta que sus encuentros se habían detenido hace muchos días atrás.

“Tenía algo en mente, en realidad. Si es posible que puedas escabullirte a la cuidad como solías hacerlo, sería perfecto, quiero mostrarte algo que encontré hace poco.” su mirada no era tan segura como parecían sus palabras, pero aún así mantuvo el contacto visual. “Creo que te gustara. Estaba pensando en ir hoy, pero si tienes otros planes entonces puedo reagendar todo para que...” Fleur empezó a ver cómo divagaba por causa de su nerviosismo, le hacia gracia ver eso, parecía tener más efecto en él de lo que creía.

“Esta bien, deja de hablar tanto. Te veré ahí después de la hora de la merienda, espero que seas puntual, sabes que no me gusta esperar” dice como último antes de sonreírle y seguir con su camino, la verdad es que estaba ansiosa por saber que clase de cosa había descubierto.
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Quizás Fleur empezaba a disfrutar su efecto en el pequeño príncipe, no es como si nunca hubiera despertado algo similar en el resto de los hombres, pero Granger no era un hombre y bueno, su reacción era distinta al que solía provocar en las damas, era simplemente una experiencia sin presidentes y le encantaba.
¿A dónde la llevo Hermione? A un picnic al lado de un lago que jamás había visto, porque aún con sus múltiples escapadas, jamás había ido hacia las afueras del pueblo. Era un lugar hermoso, el agua era tan cristalina que podría jurar que divisaba el fondo. Fleur no esperaba un lugar así, pero le fascinaba.

“¿Cómo lo has encontrado?” preguntó realmente curiosa. Nunca se había cuestionado sobre lo que Hermione hacia en sus tiempos libres.

“Me gusta explorar” dijo simplista, pero parecía que la rubia quería conocer más “He ido a muchos lugares en estos días, quería conocer más el territorio Francés, de casualidad conocí a un anciano del pueblo que me dió indicaciones para llegar hasta aquí” con esa respuesta pareció satisfacer la curiosidad que el rubio tenía.

“Me gusta aquí, nunca he salido tanto del pueblo. Si debo confesar algo, me gustaría decir que salir del reino es uno de mis más grandes deseos” soltó, pero no lo hizo simplemente por casualidad, quería probar terreno. Porque a pesar de saber cuánto le gustaba a esta persona frente a ella, no estaba segura de que ella pudiera satisfacer la necesidad de Fleur. La rubia había conocido innumerables hombres que le juraron la luna y las estrellas, pero no podían ofrecerle un título decente, Fleur amaba sus comodidades y no estaba dispuesta a salir del castillo sin asegurarse de que recibiría solo lo mejor en su nuevo hogar; lo que Fleur busca es simplemente la confirmación de que los deseos de Hermione sean hacerla emperatriz, no aceptara ser concubina.

“Podría jurar que lo harás, la vida es tan larga y somos tan jóvenes.” la mirada de Fleur empezaba a poner nerviosa a Hermione. “El mundo está tan lleno de cosas maravillosas y hermosas, he viajado mucho, Fleur, a pesar de ello no me he cansado porque el descubrir cosas me emociona, quizás cuando deje de generar ese sentimiento estaré listo para casarme. Cuando tú lo hagas, espero que puedas cumplir tus sueños” la mirada de la rubia perdió brillo.

Lo que Hermione no sabía es que había perdido una gran oportunidad de tomar terreno frente a su adversario; el principe David.
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Fleur comenzó a cuestionarse si seguir su plan de seducir a Hermione la llevaría a algún lugar. Creyó que si, discutió con su madre sobre eso, pero ahora no estaba segura, porque Hermione parecía no querer casarse pronto y Fleur, ella quería irse antes de que fuera vendida a alguien poderoso por una alianza. Tal vez debería reconsiderar sus opciones en este punto, quizás su salida es más rápida si termina de seducir al príncipe David que está interesado en hacerla su reina. Pero ella siempre fue muy ambiciosa, solo debía esforzarse un poco más, no?

La puerta de su habitación se abrió sin previo aviso, pero no la tomo por sorpresa, sabía quién era “¿Y qué has conseguido con tu pequeña escapada, Flor?” su madre, quien había encubierto a Fleur para poder desaparecer unas horas, necesitaba saber cómo iba su plan. Porque Fleur le prometió que la llevaría consigo una vez ella escape de este sitio.

“No conseguí mucho, creo que no desea casarse pronto” fue lo único que dijo, mientras se miraba al espejo. Su madre se notaba sería, analizando la situación.

“No es un problema si no lo desea hacer pronto, sin embargo, ¿Tiene intenciones de tomarte como su prometida?” Fleur pensó, no lo sabía y tampoco estaba segura de poder conseguir información sin ser tan directa. “Supongo que no lo sabes, creí que tenías a ese muchacho comiendo de tus manos, pero parece que me he equivocado” se ríe un poco, pero su andar no para hasta llegar a espaldas de su hija. “El baile está más cerca de lo que te imaginas, no has tomado una decisión todavía y los días se están acabando.”

“Lo sé, pero aún así, es bastante difícil saber cuál es la elección correcta, madre. No quiero equivocarme” las manos de la mujer mayor recogen el cepillo de la mesa y comienzan a desenredar el cabello de Fleur.

“Ninguna será una elección incorrecta, las dos te abren puertas. Quizás debas pensar en lo que necesites lograr y como cada elección puede acércate más a ese objetivo”  eso no resolvía nada en la joven cabeza. Su madre habló de más cosas triviales antes de irse.

La cabeza de Fleur no dejo de pensar durante toda la noche, pero había conseguido tomar una decisión. Esa mañana le hizo saber al rey el nombre de su acompañante y a su vez, le hizo entrega a él de una carta, dónde revelaba detalles de su vestido para que pudiese ir vestido a juego con ella, le gustaba esa dinámica de ir a la par.

Y así fue, como los días pasaban y Fleur no tuvo un respiro para sí, con pruebas de vestuario diarias, clases de baile, ensayos de entrada y más, Fleur estaba cansada.

Su descansó vino acompañada del día del baile, con uno de los príncipes emocionado y otro decepcionado al saber que fue rechazado por la hermosa dama. Si algo tenía claro es que había perdido la batalla frente al otro, pero ¿Eso sería suficiente para darse por vencido?

El secreto de una PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora