𝖠𝖫𝖨𝖡𝖨 › 𝙀𝙉𝙃𝙔𝙋𝙀𝙉

𝟖

Ni-ki se levantó alrededor de las 7 de la mañana, porque escuchó un grito que lo sobresaltó y luego no pudo seguir durmiendo.

Se dio cuenta de que Heeseung también se había medio despertado. Ambos se habían quedado dormidos jugando videojuegos.

Más tarde, a eso de las 10 de la mañana estaban todos reunidos en la cocina esperando algún movimiento por parte de Jay o Sunoo ya que era el último día de celo y quizás el más o menos complicado.

—Anoche tuve una pesadilla —Heeseung habló mientras comía un poco de arroz—, me desperté porque escuché un grito y fue escalofriante.

Ni-ki alzó su vista.

—Yo también escuché un grito —dijo.

Todos se miraron entre todos algo sorprendidos.

—¿Habrá pasado algo con Sunoo? —Jungwon preguntó con miedo.

—Eeish, no lo creo, ellos están bien —Sunghoon dijo, confiado.

—¿Debería verificar? —Jake preguntó.

—Por favor, hyung, ellos se asustan menos contigo —pide Jungwon.

Jake soltó una risita y se levantó de su asiento para subir al segundo piso a verificar.

Mientras tanto en la habitación, Jay se movió sobre el colchón, sus brazos rodeaban el cuerpo de Sunoo aún por lo que se apartó un poco de él.

Se sentía adolorido de todo el cuerpo.

—Mierda... —jadeó, al sentarse sobre el colchón.

Había soñado que marcaba a Sunoo mientras hacían el amor y había sido fantástico. Lo bueno es que sólo había sido un sueño, los recuerdos de todo lo sucedido en la madrugada eran algo borrosos aún. Sabía que había sido dominado por su alfa, pero hasta donde los recuerdos le permitían, todo estaba bajo control.

Estaba completamente desnudo y apenas podía ver claramente debido al sueño que quedaba en sus ojos. Tomó la manta para destaparse, sin embargo, una mancha roja en su antebrazo llamó su atención. Observó el suelo y vio el preservativo anudado por lo cual sintió alivio en ese sentido. Ambos aún eran muy jóvenes para traer cachorros al mundo y tenían toda una carrera por delante aún.

Sin embargo, se giró hacia Sunoo que aún le daba la espalda. Alzó la manta blanca y vio su esbelto cuerpo pálido y desnudo con única excepción de una línea de sangre seca en su espalda que borraba su rastro en su cintura, justo donde sus brazos había estado abrazándolo.

Su corazón se aceleró cuando de pronto unos golpeteos en la puerta lo hicieron sobresaltarse.

—Jay ¿Todo está bien? —era la voz de Jake.

Jay no pudo responder. Se sintió en pánico al ver desde donde bajaba la mancha de sangre en la espalda de Sunoo.

—E-espera... Jake... ya voy...

—Esta bien, te esperamos abajo.

El otro alfa se alejó de la puerta y Jay se acercó cuidadosamente a su omega. Lo giró sobre la cama logrando despertarlo con una mueca de dolor y su mano yendo directo hacia su hombro contrario en donde se hallaba su marca. Jay pudo verlo claramente y tembló. Sus ojos se humedecieron entre el miedo y nerviosismo.

—Sunoo...

—Jay... —el menor jadeo de dolor comenzando a llorar—, me duele mucho.

El mayor se apresuró a levantarlo y abrazarlo.

—Perdóname, Sunoo, te marqué —Jay lloró sobre el hombro de Sunoo besando su marca con cuidado.

—Me marcaste —Sunoo sonrió.

—¿Qué haremos ahora? Lo siento, de verdad, no quería arruinarlo —Jay lloraba desconsoladamente, pero Sunoo tomó sus mejillas y alzó su cabeza para ambos conectar sus miradas.

—¿No te das cuenta? —cuestionó Sunoo con una sonrisa—, no me importa, tengo tu marca y eso solo significa que soy completamente tuyo.

Besó sus labios y Jay por fin sonrió.

—Siempre quise marcarte, amor, pero estoy arruinando tu carrera.

—Puedo ocultarlo, podemos hacerlo, alfa —Sunoo pegó sus frentes.

—¿Estás seguro?

—Claro que sí, pero no dejaré que nada ni nadie deshaga nuestro vínculo. Te amo Jay, te amo tanto.

El alfa pegó al menor a su cuerpo y comenzó a dejar muchos besos sobre su marca.

—Eres todo mío ahora y también te amo, mi lindo omega.

Sorpresita para mi manada ♥︎