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THIS IS THE END

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THIS IS THE END

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Estar bajo vigilancia las veinticuatro horas por un policia militar no era tener libertad. Pero llegaba un punto en el que dejé de insistir.

Salir de las murallas era una muerte asegurada al no tener ni idea de como usar el equipo de maniobras tridimensional.

Tuve que aprender por mi misma. El comandante Darius Zackly decidió que mi vida estaría en manos del cuerpo de exploración. Creo que vio las ganas que tenía de morir en mis ojos, esa es mi teoría. Prefería haber muerto antes que arriesgar mi vida con los titanes.

Observé a mis nuevos compañeros. Estos debían mantener un equilibrio excepcional durante el aire. Agarraban las cuchillas de la misma manera, y cortaban la nuca de un titán de madera con destreza.

La cuchilla debía de atravesar y llevarse consigo el enorme trozo de carne.

Me negaba ha hacer el ridiculo. Así que por las noches de insomnio me levantaba y hacía mi propio entrenamiento. Tampoco quería sentirme inútil. Si moría moriría luchando.

Calentaba junto a mis compañeros. El combate cuerpo a cuerpo siempre me lucía. No sabían usar un maldito cuchillo. Algúnos acababan haciendo el vago hasta que aparecía el capitán Levi junto a su escuadrón.

La ciudad subterránea estaría muy orgullosa de él. Cuando los vi llegar junto al comandante Erwin y la mayor Hange supé que nos darían otro tostón sobre la nueva expedición. Me dirigí atrás del todo e hice lo mismo que los demás. El saludo y hacer que escuchaba.

Nadie escuchaba, solo oían de vez en cuando aquello que decía. Nos importaba un bledo lo que dijera.

—Bien, podéis retiraros al comedor. Hoy hay carne. —todos corrieron a por ella.

Yo sin embargo, di media vuelta y camine a los establos.

Aún no he aprendido a usarlo, y pronto estaremos de expedición.

—¡Hola, Hola! —salté en mi sitio y mire a la persona detrás de mi.

Era enorme, bueno, largo. Tenía el pelo marrón y llevaba un pañuelo cubriendo la mitad de la cabeza. Desde abajo podía ver la calbicié. Tenía una barba no muy notable y rasgos asiaticos.

—Soy Dita Ness. Me encargo de los caballos, ¿tu debes de ser Fralyn? —trague saliva y me crucé de brazos.

—Celia.

—Ah, ¿prefieres que te llame así? Esta bien, Celia. Lo lamento pero no puedo dejar que te marches del cuartel.

Bufé. —No quiero irme, quiero aprender a montar a caballo. Enseñame cual es el mio. 

ᴡᴀʟᴋ - ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora