La Bastarda Baratheon

III

Desde la llegada de Lyanna Waters, las cosas en Winterfell se tomaron más interesantes. La bastarda generó un revuelo en el lugar con su astuta actitud y habilidad en combate, cualquiera que la viera actuar se daría cuenta de que no es una niña común y corriente.

La bastarda poseía algo que provocaba que las personas a su alrededor se sientieran cómodas con ella, que le tomaran cariño, que la aceptaran, que la siguieran. Aunque no todos sentían lo mismo, existían excepciones o tal vez, simplemente, no aceptaban que la pelinegro les agradaba un poco.

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- Se que no deseas entrenarme, Jon Snow... No lo hagas si no lo deseas.

- El rey y el Lord de Winterfell lo ordenaron.

- ¿Eso significa que lo hará aunque me niegue?- el contrario permanece en silencio- Mi padre dijo que eras un buen guerrero. ¿Lo eres?

- No, no lo soy.

- ¿Conoces a Sir Barristan el Bravo?

- Todos lo conocen.

- Hombre admirable- asiste la muchacha- Me pregunto quién será mejor maestro ¿Él o usted?

- ¿Él te entrenó?

- Mi tío antes de él- ríe levemente- Mi tío se llamaba John, John Strong... Gran guerrero sólo que se descuidó al final.

- ...¿Qué le pasó?

- Murió desangrado.

- Lo lamento por eso, princesa.

- Yo igual y dime solo Lyanna, yo te diré Jon.

- Entiendo, Lyanna.

- No seas tan seco, entre bastardos debemos llevarnos bien.

- ¿Es cierto que tú sola ingresaste al castillo del rey en King's Landing?

- Es cierto, fue bastante sencillo- lo observa fijamente- No me crees ¿Verdad?- hay silencio- Entrenemos ahora, te demostraré la verdad.

- ¿Segura?

- Lo estoy y tranquilo- sonríe- no dañaré ese bonito rostro de doncella.

Y por consiguiente, la bastarda Baratheon ataca al bastardo Stark con la espada de madera en sus manos siendo fácilmente bloqueada y atacada. Ambos hijos ilegítimos luchan con destreza y gracia llamando la atención de los presentes, en especial Lyanna quien impresiona a todos al no perder contra aquel gran guerrero de rulos oscuros.

- La pequeña visitante es sorprendente ¿No es así?- dice mientras esquiva un fuerte ataque de Jon- Manteniendo hábilmente un combate contra el gran Snow.

- ¡Concéntrate!

En el momento en el cual parecía que Jon saldría vencedor, la pelinegro hace un amague y lanza una patada a la mano derecha del bastardo, desarmándolo.

- Allí tienes tu verdad- suelta la fémina victoriosa- Eres bueno, Snow.

- Tú igual, Waters.