XIII. ¿Qué te pasa?

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Elsa, 21 de agosto de 2022, 8.04a.m.

Hacía un rato que la luz que entraba por mi ventana no me dejaba descansar tan bien como querría, pero me negaba a abrir los ojos. Me estaba arrepintiendo internamente por no haber bajado la persiana ayer por la noche cuando me fui a dormir.
Intentaba recordar el motivo por el que había decidido dejarlas abiertas, pero todo era borroso.

Pues por eso.

Vale, puede que ayer hubiese bebido un pelín, pero como para no acordarme de cómo llegué a casa...

Abrí los ojos enfadada para ir a cerrar la persiana de una vez, cuando un agudo dolor golpeó mi cabeza.

Pues si que he bebido, sí...

Cerré la persiana y volví a mi cama para intentar volver dormir cuando los recuerdos de la noche anterior vinieron a mi.

Joder.

Cogí mi móvil para despejarme un poco, porque estaba empezando a agobiarme con medio-recuerdos que no sabía si considerar como ciertos. Pero al ver la pantalla de inicio y todos los mensajes y llamadas perdidas si que empecé a agobiarme.

Otra vez no...

Me incorporé con la espalda en el cabecero y conté hasta diez para relajarme.

Tocaron a mi puerta y vi como se abría dejando entrar la claridad de fuera, era Pedri.

Entró y me analizó, intenté disimular que una lágrima asomaba por salir, pero a él no podía ocultárselo.

Se acercó a mí y se sentó a mi lado, esperando algo de mí, pero yo solo dejé caer mi cabeza sobre su hombro. Él me abrazó sobando mi espalda y no puede evitar llorar.

***

Elsa, 21 de agosto de 2022, 10.53h

El dolor de cabeza parecía haberse ido gracias al paracetamol que me había tomado hace un rato.

Pedri no me preguntó ni me insistió en que le contara lo que había pasado aunque por su actitud pensaba que lo sabía.

Me encontraba en la isla de la cocina desayunando algo con Pedri, quien decide no abordar el tema de esta mañana, cosa que agradezco.

Ambos nos giramos al escuchar un ruido en las escaleras, era Fer, quien tenía cara de tener una resaca aún mayor que la mía si eso era posible, aunque había otra presencia que bajaba las escaleras detrás de mi primo.

Gavi, mierda.

Me giro para volver a mirar a Pedri quien ya me estaba observando para ver mi reacción incrédula. Él me hace un gesto con la mano refiriéndose a que luego hablaríamos y agarró mi mano para tranquilizarme.

—Buenos días —saluda Fer, ajeno a la situación.

—Hola, ¿queréis desayunar algo? — pregunta Pedri levantándose mientras yo sigo comiendo.

Veo de reojo como alguno de los dos toma asiento a mi lado en la isla y por su olor sé que es el tipo por el que me pille una borrachera anoche.
No me giro a mirarlo, tan solo sigo comiendo a pequeños bocados mi tostada.

Siento su mirada fija en mi, y eso me causa incomodidad.

No tendría que haberlo hecho, haberme puesto así , tampoco éramos nada. Pero una vez más mi cabeza me juega una mala pasada, ilusionándose cuando solamente me tratan bien, ¿no es eso lo mínimo? Quiero decir, en qué momento el que me escuchen y me traten como se debe es algo sorprendente.
Siempre me pasa igual, después de lo que pasó con mi ex a la mínima que alguien me ve y se preocupa por mi, mi cabeza empieza a imaginarse como sería una relación con esa persona y le idealiza.
Aunque seamos sinceros, siguen siendo tíos, y este además futbolista, lo tiene todo.

Es que lo sabía que iba a pasarme de nuevo, y la única culpable soy yo.

Sea como sea, aquí estamos en la cocina de mi casa, en un silencio tan tenso que se podría cortar con un cuchillo.

—¿Qué te pasa? — me pregunta rompiendo el silencio Fer.

—A mi nada —digo cuando he terminado mi desayuno. Entonces me levanto llevando el plato al lavavajillas y subo por las escaleras decidida a encerrarme de nuevo en esas cuatro paredes.

Cierro la puerta detrás de mi al entrar y me siento en mi cama soltando una bocanada de aire que no sabía que estaba aguantando.

Al rato escucho el contacto de unos nudillos en la puerta de mi habitación .

—Elsa, ¿puedo entrar? — escuchó al otro lado a Pedri.

Le abro la puerta, y en cuanto me ve me vuelve a abrazar fuertemente— Ya se ha ido— afirma —, ya se ha ido...

Y sé perfectamente a quien se refiere.



***

La noche volvió a asomarse y entonces ya le había contado todo lo sucedido a mi primo, no sé cómo pude ocultárselo hasta ahora, bueno a ver tampoco pasó nada extraordinario.

Nos hablábamos, nos besamos, tonteábamos de vez en cuando y poco más.

El problema lo tenía yo, estaba claro que para él solo era un entretenimiento entre tantos, y no iba a dejar que eso me afectara, no le iba a dar el placer .


***



Gavi, Martes 23 de agosto de 2022, 10.48h

Hacía dos días que no la veía y me sentía realmente mal por lo sucedido. No sabía cómo iba a arreglarlo y estaba seguro que no sería tarea fácil conseguir su perdón.
Tampoco había visto a Pedri desde entonces y con él también quería hablar, seguro que también estaba muy enfadado conmigo, sobretodo después de haber tenido esa charla en la que prometimos no ocultarnos nada y me advirtió que no le hiciera daño a su prima, e hice exactamente todo lo que me pidió que no hiciera.

El pensar en todo lo que pasó en la fiesta me hacía daño, pero porque en verdad sabía que toda la culpa era mía.

Ahora me estaba dirigiendo al campo de entrenamiento, ya que teníamos entrenamiento a las 11.00h.

Iba pensando en todo lo que pasó y comiéndome la cabeza como llevaba haciendo desde la fiesta.

***




Holaaaaa
Es cortito, pero os merecíais algo ya!! Espero que me vuelva la inspiración para escribir, porque he entrado en un gran bloqueo.
Espero que os guste, dejéis vuestros comentarios y votos !!

Si tenéis alguna idea para seguir también serán bienvenidas.

<3

Enséñame II Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora