XIV. Ahora o nunca

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Gavi, Martes 23 de agosto de 2022, 10.56h

Veo llegar a Pedri a lo lejos, y no llevaba muy buena cara. Era raro que llegara tan justo al entrenamiento; él es el que siempre me tiene que ir detrás para llegar puntuales.

Se incorpora al grupo saludando con un leve movimiento de cabeza y evitando conectar sus ojos con los míos.

Todos se extrañan ante su actitud, y más al ver que no se acercaba a mí, como de costumbre. Es entonces cuando Ferran decide acercarse a él para susurrarle algo al oído, a lo que él tan solo asiente.

Definitivamente estaba cabreado. Esto iba a ser mucho más difícil de lo que pensaba.

—¿Te sientes bien, Pedri? —pregunto, tratando de romper el hielo mientras todos nos agrupamos para empezar el calentamiento.

Él me lanza una mirada rápida antes de apartar la vista.

—Sí, todo bien. —su tono es frío, y eso me hace sentir aún peor.

Miro a Ferran y a los demás, pero ninguno parece saber cómo actuar. La tensión en el aire es palpable. Empiezo a sentir la necesidad de aclarar las cosas, pero no quiero que todos se metan en nuestra historia.

Después del calentamiento, nos dividimos en equipos para un partido amistoso. Intento mantener la concentración, pero cada vez que miro a Pedri, me encuentro con su expresión distante.

—Venga, Gavi, ¡menos drama y más fútbol! —me anima Pablo Torre mientras se coloca al lado.

—Sí, ya, lo sé. —respondo, forzando una sonrisa. Pero la verdad es que no puedo dejar de pensar en cómo voy a hablar con Pedri.

El partido avanza, y por primera vez en mucho tiempo, me siento fuera de lugar. A pesar de que trato de centrarme en el juego, mis pensamientos siguen volviendo a lo ocurrido en la fiesta. Las risas, el beso con Ana, la decepción en los ojos de Elsa... y, lo más importante, la decepción en los ojos de Pedri.

Finalmente, al terminar el partido, me acerco a Pedri, que está estirándose en la banda.

—Oye, podemos hablar un momento? —digo, sintiendo que mi voz tiembla un poco.

Él se detiene, se vuelve lentamente y me mira. Por un instante, parece que va a decir algo, pero al final solo asiente con la cabeza.

—Vamos a la parte de atrás del campo. —dice, y le sigo sin dudar.

Una vez ahí, el silencio es abrumador. Miro a mi alrededor, asegurándome de que nadie pueda oírnos.

—Escucha, Pedri... —comienzo, tratando de encontrar las palabras adecuadas—. Lo que pasó en la fiesta no era lo que quería. Fue un error.

Él me mira, y veo que la rabia y la decepción se mezclan en su expresión.

—¿Un error? —repite, su voz más fuerte de lo que esperaba—. No puedes simplemente deshacerte de eso, Gavi. No puedes hacerle eso a ella.

Me quedo en silencio. Su enojo es totalmente comprensible, pero no sé cómo explicarle lo que realmente siento.

—Entiendo que estés molesto, y tienes razón. No debí dejar que Ana me besara. Pero te prometo que no significó nada para mí. Mi cabeza estaba... confundida.

—¿Confundida? —su voz se suaviza un poco, pero todavía hay un brillo de desconfianza en sus ojos—. Eso no cambia el hecho de que Elsa estaba allí, Gavi. ¿Qué pensabas que iba a sentir al verte así?

Siento un nudo en el estómago al pensar en Elsa, en su decepción. Todo lo que había querido era protegerla y ahora parece que he hecho todo lo contrario.

Enséñame II Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora