Capítulo 16

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Sebastian cargo a María Paula en sus brazos y corrió hasta el apartamento, asi llegando rápidamente. Al bajar a María Paula, vómito de inmediato en la entrada y casi cae pero Sebastian la ayudó a sostener. Al entrar, Mojica se dirigió corriendo al baño de su cuarto, y Sebastián fue tras ella. Él le preguntaba que le estaba pasando, que cosa le podía traer para ayudarla, pero este solo escuchaba los sonidos del vómito incesante cayendo por el inodoro.

-MARIA PAULA ESTAS BIEN? CONTESTA! PANITA HABLAME!

Luego de algunos minutos el sonido paró, pero en cambio se escucho un fuerte golpe. Asustado, Sebastian tomó impulso y derrumbó la puerta, descubriendo así a su mejor amiga inconsciente en el piso y toda untada de vómito. La cargo hasta su cama y con toallas intento limpiarla, trato de despertarla pero no reaccionaba, noto que respiraba, por lo que se tranquilizó un poco.

Pasaron los minutos y ella seguía abatida, Sebastián busco a Andrés y Allison por toda la casa pero no los encontró. En la cocina busco algo de comer para recuperar energía y buscar alguna medicina que pudiera ser útil, en medio de la búsqueda vio una nota en el mesón, la tomo y antes de que pudiera leer lo que había escrito allí, cayeron del techo Juliana y Santiago uno encima del otro.

-Santiago!? Estás bien!-exclamo Sebastián.

-Sebas! MOJICA SE ACCIDENTO?-pregunto angustiado Santiago.

-Si, pero no le pasó nada, igual no está nada bien.

-Que tiene Mojica?

-Eso vómito todo horrible cuando la traje hacia la casa.

-Pero está bien?

-No, creo que está desmayada.

-Llevala al hospital, la necesito para quitarme este lazo.

-Es que creo que el mareo que le dió está relacionado con ir a tan altas velocidades cuando la cargue.

-Entonces que Juliana haga lo suyo.

-Ash, bueno, dónde está Mojica?-cuestiono Juliana.

-En la cama de su cuarto-respondio Sebastián.

-Muy bien, ya la teletrasnporte a un hospital.

-Gracias, llévame a mi también por favor.

-Espera, podrías primero intentar DESENREDARNOS?-pidio desesperada Juliana.

-Claro..

En cuestión de segundos, Sebastián dió vueltas y vueltas sobre Santiago y Juliana, intentando encontrar la forma de soltar el lazo que los tenía atados.

-Uff, Libertad por fin-expreso Juliana.

-Estar pegado a ti era raro-comento Santiago.

-Eeeh los desenrede pero aún están unidos-aviso Sebastián.

-¿¡Que!?-gritaron al unisono Santiago y Juliana.

El lazo estaba fuertemente apretado en un nudo en las muñecas de los brazos de Santiago y Juliana.

-Maldita sea-maldijo Juliana.

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