Vegas POV
La más grande ironía de mi vida siempre sería que abandone el pueblo donde crecí porque me enamoré de un chico de mi clase y me aterraba enfrentarlo, solo para volver doce años después y tener nuestra primera cita oficial en el mismo pueblo, con el mismo nerviosismo de un adolescente en su primera cita y yendo a los mismos lugares que llevaban abiertos veinte años.
El destino tenía una forma extraña de asegurase de que todo regresara a su lugar, incluso con la distancia y nuestros problemas, volvimos a donde se suponía que iniciara todo, al menos me gustaba creer que era así, que una fuerza más grande que nosotros sabía que estábamos predestinados.
Tragué en seco armándome de valor con esa idea en mente y toque el timbre fuera de la casa de sus padres, solo entonces la realidad me golpeo, el miedo a que los dueños de la casa salieran a revisar y quisieran preguntarme mis intenciones con su hijo, debí llamarlo para avisarle que estaba afuera.
Tuve que utilizar los consejos que me dio el terapeuta para no dejar que mi mente se fuera por las ramas hasta caer en el escenario más catastrófico posible, tome tres profundas respiraciones y mientras me recomponía dándole la espalda a la puerta, alguien se aclaró la garganta detrás de mí.
― ¿Estás bien? ―musitó haciéndome saber que era él, suspiré girándome a mirarlo con la sensación de que éramos quince años más jóvenes y le dediqué una sonrisa nerviosa mientras recorría cada pequeña peca en su rostro que la noche anterior no había logrado ver del todo.
―Sí. ―susurré aclarándome la voz y sonrió de vuelta con la misma mirada que solía dedicarme desde el otro lado de los pasillos. ―Te ves bien. ―murmuré ganándome una sonrisa más grande y mis hombros se relajaron lentamente. ―Quise hacer una reservación para cenar, pero ningún restaurante del pueblo tenía sistema para eso, así que podemos elegir cuando lleguemos a la plaza.
―Suena bien. ―asentí de nuevo sin dejar de mirarlo y señale el camino tratando de decidir si debía tomar su mano ahora o si era mejor esperar hasta el final de la cita. ―Lo estás pensando demasiado. ―musitó con diversión, pasando la punta de sus dedos sobre mi entrecejo para relajarlo. ―Hemos ido a comer antes.
―Lo sé, pero no quiero arruinarlo esta vez. ―murmuré soltando el aire contenido, fue su turno para suspirar y sonrió con un toque de empatía antes de tomar mi brazo entre sus manos para comenzar a caminar en dirección a la plaza del pueblo.
― ¿Crees que habría sido más sencillo hace quince años? ―preguntó tras un par de pasos y me encogí de hombros, la gran diferencia que sentía ahora era que mi padre no pensaba igual que hace tantos años y en lugar de vigilarme para evitar que me acercara a Pete, estaba en casa con mamá esperando a que regresara para saber si las fotos debían irse para siempre o si podía guardarlas hasta que fuera normal tenerlas en su sala. ―Me pase todo el día en mi vieja habitación pensando en que se sentía como si aún fuéramos adolescentes y estuviéramos saliendo por primera vez.
―Lo sé. ―murmuré mirándole de reojo, era tan hermoso que costaba dejar de mirar su rostro. ―Si hubiéramos salido en ese entonces ¿crees que habríamos durado juntos hasta ahora? ―pregunté deseando seguir escucharlo hablar.
―Creo que habríamos seguido juntos hasta la universidad, luego habríamos peleado por alguna tontería y al final habrías aparecido en mi graduación con mis flores favoritas, nos habríamos reconciliado esa misma noche y seguiríamos juntos hasta ahora. ―una sonrisa se abrió paso en mis labios ante su respuesta y me miró con un brillo curioso en sus ojos.
―Suena a que no es la primera vez que lo piensas. ―musité más calmado que hacía unos minutos.
―Me pase media vida fantaseando con nosotros, tengo todos los escenarios que puedas imaginar, perfectamente ensayados en mi mente. ―me reí apenas lo suficientemente alto para que él pudiera escucharme y sonrió también. ― ¿Tú nunca tuviste una fantasía así conmigo?
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Nameless
FanfictionCuando los chats privados del deportista Vegas Therapanyakun son filtrados a todo internet, su publicista y representante le ofrecen un acuerdo para que no pierda todos sus patrocinadores antes del campeonato en Bangkok. Tan solo debía pretender una...