... Eres mi todo... (2/2)

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⚠️¡¡AVISO!!⚠️

Esta parte contiene full contenido +18, que en algunas partes se pondrá muy intenso/agresivo, si son muy sensibles tengan cuidado... Están advertides~

———(Narra Donatello)———

Una hora después, me encontraba sentado en la cama de una gran habitación, no la que era mía, sino en la que debía dejar únicamente unos documentos de la conferencia e irme, pero no lo haría, no hasta que me desahogara con mi jefe, que entró lentamente sin saber que yo estaba allí, tal vez la poca iluminación me ayudó, pero mi superior tampoco prendió la luz, sólo se apresuró a quitarse su saco y aventarlo sobre una silla... Se miraba realmente afectado por todo.

Soltó un largo suspiro mientras se peinaba hacia atrás con los dedos, su vista estaba perdida, por lo que pude acercarme sin hacer ruido, mirándolo perder la razón con rapidez. –... Maldita sea.– Susurró con fastidio, rebuscando en las bolsas del pantalón para buscar su adicción, lo que me molestó... Ya habían sido demasiadas malas decisiones por un día.

–¿Noche dura, señor?– Cuestioné con ironía, mientras prendí el interruptor que estaba a mi lado, haciendo que por fin nos pudiéramos ver con total claridad.

–D-Donatello.– Retrocedió con un notable susto, lo que no pude negar, me hizo bastante gracia, pero rápidamente su expresión cambió a una mas suave al verme con atención.... ¿Por qué eso ahora me hizo sentir triste?

–Lo lamento, no fue mi intención tomarlo desprevenido.– Mentí detrás de una leve sonrisa, extendiéndole el folder con todas las firmas del día y un par de cosas más que en este momento no me interesaban... Pues mi atención estaba únicamente en sus labios.

Leo me miró con intriga, pues yo nunca me salía del horario, eso lo sabía perfectamente, pero no me pudo sostener la mirada por mucho tiempo, se concentró en revisar que todo estuviera en orden, cómo sería lo normal, pero la única diferencia es que un muy leve sonrojo apareció en su rostro. –No sabía que estarías aquí.– Murmuró claramente nervioso, las venas de sus manos estaban bastante marcadas porque sostenía los papeles con más fuerza de la necesaria, debía estar recordando lo del armario y, para que negarlo, yo también tenía mi mente en ese lugar.

–Si, bueno... No estaba en mis planes tampoco.– Una carcajada amarga salió de lo más profundo de mi garganta sin permiso, sentí mis ojos volverse agua también, pues lo que vine a hacer me dolía demasiado, pero estaba decidido a ser claro por fin con todo lo que sentía por él.

Mi jefe inmediatamente supo que algo estaba mal, así que dejó el folder en el escritorio y se acercó para tomarme del rostro, sus ojos escanearon mi cara con precisión, pero ya no pude más con el dolor de mi pecho. Le robé un beso, uno real, que fue correspondido a los segundos, sentí que me miró con demasiada sorpresa, debió pensar que esto jamas se repetiría, lo que yo llegué a considerar también... Pero en serio ya no podía más, lo necesitaba, por lo menos por esta noche.

Puse todo mi empeño en ese beso, pero a los segundos me faltó el aire, y no me ayudó el sentir la lengua de Leo enlazarse con la mía, sus manos me sujetaron de la nuca y así ambos perdimos la noción del tiempo, mi cuerpo entero tembló contra el suyo, realmente me hacía sentir tan indefenso con su sola presencia, pero desde ese primer beso todo mi ser se rindió ante él... Lo que me enfureció de nuevo.

Me separé de golpe poniendo las manos en su pecho, su expresión de confusión me hizo titubear, así que al intentar dar unos pasos hacia atrás por reflejo, me sentí mareado y casi caigo de rodillas, el alcohol me estaba jugando una mala pasada, pero no tuve tiempo de pensar en cuanto sus manos me rodearon la cintura, haciéndome imposible el escapar.

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⏰ Última actualización: May 02 ⏰

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