ʏᴏᴜ ʙᴇʟᴏɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴍᴇ [Plex]

~ chapter 𝟑 ~

ᴅᴀʏ 3

¿𝐐𝐮é 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐫í𝐚 𝐬𝐢...?

"𝘊𝘪𝘯𝘤𝘰 𝘮𝘪𝘯𝘶𝘵𝘰𝘴 𝘣𝘢𝘴𝘵𝘢𝘯 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘴𝘰ñ𝘢𝘳 𝘵𝘰𝘥𝘢 𝘶𝘯𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢, 𝘢𝘴í 𝘥𝘦 𝘳𝘦𝘭𝘢𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘦𝘴 𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰"

- M. Benedetti

Sorprendentemente me desperté antes que el resto. Me había levantado con mucha energía. ¿La causa? Desconocida.

Por la noche oímos un montón de animales que se atrevieron a pasar por el lado de la enorme caseta donde dormíamos. Uno de ellos fue un león. Esto nos lo dijo un vigilante que, como dice el nombre del oficio, se aseguraba de que no nos atacara ningún carnívoro al cerrar los ojos.

Al igual que ayer, me lavé la cara. La única diferencia es que hoy nos despediríamos de este país y cogeríamos un vuelo al siguiente destino (que todavía no sabía cuál era).

Macumba nos explicó que, cuando estábamos durmiendo, un grupo de elefantes destruyó dos árboles situados solo a cuarenta metros de donde descansábamos.

- Mi animal favorito de pequeño era el guepardo, —  le contó Dani — ¿tú crees que podremos ver alguno? — preguntó con esperanza.

- El Chita normalmente tienes que madrugar. — le respondió mientras colocaba las maletas en el maletero. — Las seis y media, pero pude que sí habrá suerte en el camino.

Ahora se le veía decepcionado. Aunque el guía no dijo que no vallásemos a ver, simplemente que era un poco más difícil. Bueno, bastante.

Rato después, empecé a oler un hedor a sudor muy fuerte. Era obvio que lo desprendían los chicos. Todos ellos. Llevaban tres días sin cambiarse de ropa, y ya se empezaba a notar en el ambiente. Le envié una mirada sugerente al que llevaba gafas, para ver si se daba cuenta de que mis fosas nasales ya no podían aspirar más suciedad.

- Creo que deberíamos abrir un poco las ventanas, para que circule un poco el aire. — comentó en voz alta, mientras intentaba abrir una.

- ¿Pero tú eres tonto? — le insinuó Borja, interrumpiendo la acción — Que nos va a comer un bicho de esos que está a fuera. — justificó su insulto el muchacho, mirando para todos lados para ver si había rastro de movimiento fuera del automóvil.

Se me escapó una sonrisa al ver lo cagado que era. No entendía como un hombre como él, corpulento y fuerte, le podía tener miedo a esas cosas. Pero no me malinterpretéis: yo no digo que no pueda tener ese miedo, solo que no está muy visto. A demás, yo no soy la más indicada para hablar, puesto que le tengo miedo a bastantes cosas que, por si acaso, aún no voy a revelar.