ʏᴏᴜ ʙᴇʟᴏɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴍᴇ [Plex]

~ chapter 𝟕 ~

🇩🇦🇾 7

𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐚ú𝐧 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐝𝐢𝐜𝐞

𝘚𝘪 𝘵𝘦 𝘵𝘳𝘢𝘨𝘢𝘴 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴 𝘢𝘭 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭 𝘵𝘦 𝘢𝘩𝘰𝘨𝘢𝘴"

- 𝘈𝘯ó𝘯𝘪𝘮𝘰

El día había empezado extraño desde el principio. Estaba profundamente dormida cuando unos golpes insistentes en la puerta de mi habitación interrumpieron mi sueño. Al principio, mi cerebro, aún envuelto en una nube de somnolencia, intentó ignorarlos, pensando que era algún ruido del pasillo. Sin embargo, los golpes persistieron, firmes y cada vez más rítmicos.

—¡Sara! —escuché la voz inconfundible de Dani, que ya sonaba algo impaciente—. ¡Levanta, vamos tarde!

Gruñí, enterrando la cara en la almohada mientras una pequeña parte de mí deseaba que se cansara y se fuera. Pero claro, estaba claro que Dani no era de los que se rendían fácilmente.

Arrastrándome fuera de la cama como un zombi, tropecé con mi mochila tirada en el suelo y alcancé la puerta, entrecerrando los ojos contra la luz que se colaba por las rendijas. La abrí apenas un par de centímetros, lo suficiente para asomarme con el cabello desordenado y la cara marcada por las sábanas. Allí estaba él, apoyado despreocupadamente contra el marco de la puerta, con la cámara retro de Adrián en la mano y una sonrisa de lo más traviesa en la cara.

—¿Qué haces con eso? —pregunté, mi voz todavía ronca por el sueño, mientras entrecerraba los ojos al ver el objetivo de la cámara apuntándome directamente.

—Documentando tu despertar —respondió él, con un tono exageradamente profesional mientras fingía ajustar el enfoque—. Material premium para el vlog. Esto lo va a petar.

La vergüenza y el fastidio me sacaron del letargo al instante.

—¡Ni lo sueñes! —solté, empujando la puerta para cerrársela en la cara antes de que pudiera capturarme en mi estado más deplorable.

Desde el otro lado de la puerta, escuché su risa contenida, claramente satisfecho con mi reacción.

—¡Venga, dormilona! Tenemos que salir —insistió.

—Cinco minutos más —respondí con un tono que mezclaba súplica y exasperación.

—Tienes tres. Y si no, juro que entro con la cámara y se la enseño a todo el mundo.

Solté un suspiro teatral mientras me apoyaba contra la puerta, considerando seriamente ignorarlo y volver a la cama. Pero conocía a Dani. Sabía que no estaba bromeando y que era perfectamente capaz de cumplir su amenaza.