Jiang Cheng lanzó el pincel con frustración sobre su escritorio, llevando sus manos a su rostro en un gesto de agotamiento. Las responsabilidades lo abrumaban, como lo habían hecho durante los últimos cinco años. Bajo el constante escrutinio de los ancianos del consejo, se encontraba en la encrucijada de elegir a la próxima Madame Jiang. Sin embargo, ninguna de las candidatas presentadas lograba satisfacer sus exigentes estándares.
A pesar de sus negativas reiteradas, los miembros del consejo persistían en sus intentos, presentándole una y otra vez nuevas propuestas. La situación se volvía cada vez más tensa, hasta que finalmente las casamenteras los detuvieron, informándoles que, por diversas razones, Jiang Cheng había sido colocado en una especie de lista negra. Esto complicaba aún más su búsqueda de una esposa adecuada.
Ante el callejón sin salida en el que se encontraban, los ancianos del consejo le ofrecieron una opción radical: desposar a Wen Qing. Argumentaban que este matrimonio sería beneficioso para ambos. Jiang Cheng obtendría un heredero para asegurar la continuidad de la línea Jiang, mientras que Wen Qing recibiría una mayor protección al convertirse en su esposa. Sin embargo, Jiang Wanyin no anhelaba casarse por conveniencia. Había sido testigo de los desdichados matrimonios de sus padres, donde el amor no tenía cabida. No quería someter a Wen Qing a una situación similar, pues sería injusto y cruel.
Finalmente, después de una tenaz insistencia por parte de los ancianos del consejo, Jiang Cheng accedió a considerar la propuesta. Antes de tomar una decisión definitiva, decidió hablar con Wen Qing. Durante horas dialogaron, discutiendo las implicaciones de esta unión. A pesar de las circunstancias difíciles, ambos estaban dispuestos a cumplir con sus responsabilidades por el bien de sus respectivas sectas.
No obstante, el acuerdo alcanzado entre Jiang Cheng y Wen Qing no estuvo exento de problemas. Cuando su hermana Jiang Yanli se enteró de la decisión, estalló una disputa familiar que aún resonaba en la memoria del líder Jiang, causándole dolores de cabeza cada vez que recordaba aquel conflicto.
—A-Cheng, por favor, necesito que me escuches. Antes de comenzar a organizar la boda, tómate un momento para pensar en lo que realmente deseas. —Le suplicó, sujetando una de sus manos con ternura. La preocupación profunda de una hermana que solo buscaba su bienestar se reflejaba en sus ojos—. Por favor, piensa en ti mismo, piensa en tu felicidad.
—Jiejie, como líder de secta, es mi deber asegurar un sucesor para el clan. —Expresó, apretando la mano de su hermana con firmeza mientras intentaba transmitir una calma que no sentía realmente. Con tristeza, reconoció el peso de las expectativas y los sacrificios que implicaba para el bien de su secta—. Yunmeng necesita un heredero, y creo que sería mejor hacerlo según mis propios términos.
—Podrías nombrar a uno de mis hijos como heredero, o adoptar a un niño con el apellido Jiang. —Sugirió con determinación. Estaba dispuesta a enfrentarse al consejo entero si era necesario, todo por la felicidad de su amado hermano—. Hay muchas opciones, A-Cheng. No te hagas esto. No quiero verte atrapado en una decisión que no te hará feliz.
—A-jie, tus hijos serán herederos de Lanling Jin por ser esposa de Jin Zixuan, y aunque seas la primogénita, renunciaste al liderazgo hace años. El consejo buscará excusas para rechazar a mis sobrinos como herederos. —Comentó con frustración y resignación. Sentía una mezcla de impotencia y resentimiento al recordar las barreras impuestas por las circunstancias—. Y ofrecer a un niño que no lleve sangre Jiang recorriendo por sus venas será considerado traición o evasión a mis responsabilidades.
—Están repitiendo lo mismo que hicieron con madre y padre; te están forzando a casarte solo por conveniencia. Yunmeng tiene buenas relaciones políticas con todas las sectas, la economía está mucho mejor que antes, y hay más jóvenes interesados en recibir educación. No es necesario que te obliguen a engendrar un heredero. —Su voz resonaba con indignación y decepción. La idea de que su hermano fuera manipulado en un matrimonio por conveniencia era inaceptable para ella—.
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CONQUISTANDO EL CORAZÓN DE UN LOTO || Chengxian
Fiksi PenggemarEn el esplendor del Muelle de Loto, la unión de Wei Wuxian y Jiang Cheng fue una melodía celestial que envolvió a todos los presentes. Su matrimonio no solo celebró el vínculo entre dos almas afines, sino también la consolidación de una conexión que...