Trizas

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CAPÍTULO #10

Sus manos tocaron su rostro inexpresivo, creyó que lágrimas escurrían de sus orbes, pero un vacío indescriptible invadió su ser al percatarse que... No estaba llorando, no podía llorar, quería llorar pero era estúpido, sus lágrimas simplemente se habían agotado, ¿Acaso era algo posible?

¿Se va a morir? ¿Por qué?

Su cuerpo caminó lentamente hacia las las bancas del hospital y allí se dejó caer suspirando pesadamente, tenía mucho que pensar y poco tiempo, tenía que llegar a casa para estoy con Mikey.

Mikey... Él... ¿Estaría triste con la noticia? ¿Lloraría lo que él no puede?

No lo sabe como certeza.

-Está bien... Está bien... Estarás bien Takemichi- sus manos abrazaron sus brazos y solo pudo cerrar los ojos estremecido, realmente deseaba un abrazo en ese momento, solo uno...

Se levantó limpiando su nariz un poco, y enseguida tomó un taxi para llegar a casa. Suponía que Mikey lo esperaba y así era, aquel Rubio veía la televisión en la sala mientras comía unos Taiyakis. Takemichi de inmediato corría al Sano para abrazarlo fuertemente, Mikey no comprendió la actitud del chico, pero tampoco le reprochó. Sus brazos rodearon la delgada cintura enbooviendolo en un abrazo cálido.

-¿Por qué me paseaste en tu babu Mikey?- preguntó sin despegarse del bajo.

-Porque eres tú Takemichy, no dejaría que nadie más fuera mi compañero.

Aquello provocó un apretón al corazón, sus ojos se mojaron y lágrimas salieron por fin de ellos, rió inconsciente, llorar por las lindas palabras de su novio, pero no hacerlo cuando se enteró que no le queda mucho tiempo de vida. Que irónico.

Esa noche por primera vez después de mucho tiempo ambos durmiendo en la misma cama y abrazados, de besos y caricias no Pasarón auque sabía que ambos lo querían.

La vida de casados de Draken y Emma ahora lo estaban viviendo en Alemania, pues Draken le quiso cumplir el sueño a su ahora esposa el viajar al extranjero, según Mitsuya, habían decidido vivir por unos meses hasta la llegada de la boda de Takemichi y Mikey. Para Mikey le pareció repentino, pero estaba feliz de ver a su hermana feliz y que mejor alejarse de todo lo que pasaron en Tokyo.

Así, los días y semanas Pasarón en un abrir y cerrar de ojos, a tan solo tres meses de la fecha acordada para la boda de Takemichi y los nervios aumentaban con los días. Los recuerdos que pasó junto a Ran siempre los mantenía guardado en su mente y corazón porque, a pesar de que su amistad no duró mucho, Ran fue una persona que estuvo cuando nadie más lo estaba y de alguna manera siempre encontraba la manera de hacerlo sentir bien y ser el mismo.
Claro que fue por la advertencia que le dió Mikey, tampoco tenía como contactar con él, así que desde aquella vez en la oficina, jamás lo volvió a ver o encontrar por casualidad, y cuando iba al supermercado teniendo la esperanza de poder encontrarse con él, uno de los trabajadores le mencionó que ya no trabajaba ahí.
Quizás jamás lo volvería haber, y por ello agradeció los lindos recuerdos de ellos.

-Takemichi, ¿Escuchaste lo que dije?

Chifuyu chasqueo los dedos para regresar al chico ala vida, el cual solo río y volvió en si, por un momento había olvidado su salida con su mejor amigo.

TakemichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora