One shots (tyzula)

Un san Valentín y cartas terribles

Se acercaba el día de San Valentín. Ty Lee lo había olvidado, hasta que un chico (¿Chan o algo así?) le pidió que fuera su San Valentín. Ella lo había rechazado tan cortésmente como pudo, antes de alejarse a paso rápido.

Ty Lee podría caracterizarse como una chica popular, incluso una chica deseable, si se tuviera en cuenta la cantidad de tarjetas de San Valentín. Sin embargo, en su mayoría fueron los mismos pocos chicos que pensaron que no significaba "intentar de nuevo el año que viene". En ese momento era un juego dentro de su grupo de amigos para ver qué carta era de quién. Respiró hondo y tranquilizador mientras se ponía el combo de su casillero.

"¿Alguna tarjeta nueva?" Ty Lee se sobresaltó ante la voz, girándose al número equivocado, tiró de él, afortunadamente aún estaba abierto, se giró para ver a Azula inclinada junto a sus casilleros.

“Compruébalo tú mismo”. Dijo Ty Lee, señalando el casillero desbordado.

“¿Cómo diablos encajaron esto?” Preguntó Azula, tomando una caja de chocolates en forma de corazón.

"Alguien debe haber dado la combinación de mi casillero". Ty Lee gimió.

"Puedes quedarte con mi candado, conseguiré uno nuevo". —ofreció Azula, abriendo la caja de chocolates.

“Recuerda el año en que alguien mezcló el chocolate con vinagre blanco porque algún psíquico o algo así le dijo que era una poción de amor”. Mordió un trozo de chocolate y, a juzgar por la expresión, esta vez no estaba mezclado con vinagre.

"Uf, lo recuerdo, no pude quitarme el sabor de la boca durante el resto del día". Ty Lee respondió, sacando la botella de agua que había olvidado ayer de las profundidades del papel rosa, rojo y blanco "Y gracias por tu candado".

"Ningún problema. Oye Ty, ¿no tienes un periodo libre ahora mismo? preguntó, inclinando los chocolates hacia ella.

"Sí, ¿qué estás pensando en hacer?" Ty Lee dijo, tomando un trozo de chocolate.

"Vayamos a nuestro lugar y juguemos al juego de adivinanzas de San Valentín". Sugirió Azula, cerrando la caja de chocolates y metiéndola debajo de su brazo.

"¿Ahora?" Azula asintió.

"Está bien, déjame conseguir algo". Ty Lee rebuscó entre los fajos de papeles de construcción y de envoltorio de regalos. Sacó una tarjeta roja con un corazón azul y la colocó en su bolsillo, esperaba ser lo suficientemente astuta como para que Azula no se diera cuenta.

"¿Qué es eso? ¿Una tarjeta de San Valentín? Azula preguntó, Maldita sea.

"Sí, su color favorito es el azul". Ty Lee confirmó,

"Eh, entonces, ¿quién es este enamorado?" Ty Lee notó que la voz de Azula era tensa.

"Probablemente la conoces". ella respondió vagamente: "Ahora vamos, vámonos". Metió las tarjetas de San Valentín restantes en su bolso.

"Si, vamos." Repitió Azula, girando sobre sus talones y alejándose. Ty Lee casi tuvo que correr para seguirle el ritmo,

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"El chocolate es de Chan, lo llamo yo". Azula dijo mientras deslizaba la caja para que Ty Lee tomara un pedazo, “Él lo hace todos los años, ese niño no tiene un solo pensamiento único”. Ty Lee desdobló la nota.

"Ding, ding, ding". Ty Lee confirma y se aclara la garganta para personificarlo adecuadamente: " Mi más querido, más encantador y más sincero ..."

“Querido Agni, ¿cuánto dura esto? ¡Ni siquiera sabía que conocía tantos adjetivos! Azula interrumpe,

“ Ty Lee ”, continuó, “ Sé que la razón por la que te escapaste ayer es porque te daba mucha vergüenza decirme que sí. No importa, no me importa pedir dos veces por una chica tan bonita como tú. Ty Lee, ¿serás mi San Valentín? "