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—¡Qué puntuales son!—Después de hablar para sí mismo, fue a abrir la puerta.

Sunja le entregó una bandeja con un plato de Dim sum chino, arroz frito y barbacoa.

—¡Gracias!—dijo, recibiéndola de buena gana.

En casa de su padre no le era permitido comer tan variado, y resulta que esta vez, le encanto.

Cuando terminó de comer, vio una nota en la bandeja, y no pudo resistirse a abrirla.

'Dentro del armario hay una caja. Vístete con lo que hay en ella. Cuando el reloj marque las ocho, ve a mi habitación. Entra, ponte la venda y espérame en la cama'

Era un mensaje de Jaekyung.

El castaño deslizó los dedos suavemente sobre las letras. Le pareció que eran elegantes y hermosas. Luego, se levantó para buscar la caja que había mencionado.

Cuando el reloj dio las ocho, Dan abrió la puerta y echó un vistazo al exterior. Estaba vestido con un precioso camisón de seda negra, cubierto por una bata que hacía juego.

Al comprobar que no había nadie, se apresuró a entrar en la habitación al final del pasillo.

Dan había imaginado que su traje de bodas sería de un hermoso blanco, pero su madrastra le proporcionó uno mucho más extravagante.

Lamentablemente, sus intenciones no tuvieron nada que ver con amabilidad o cariño; sino que fueron una cruel burla por haberse casado con aquel hombre.

A pesar de las acciones de Sohyun, Dan encontró consuelo en saber que el vestuario elegido por su marido no solo era precioso, sino también de una elegancia sin igual.

La habitación estaba en completa oscuridad.

Buscó a tientas el interruptor de la pared, pero sus dedos solo encontraron una superficie lisa.

Preso del pánico, esforzó los ojos para ver algo, ¡cualquier cosa!, pero lo único que encontró fue el vacío.

Con las manos extendidas, dio un tímido paso hacia adelante.

Jaekyung le había dicho que esperara en la cama. Así que obedeció, sintiéndose vulnerable y expuesto; escuchando para distinguir cualquier señal de su llegada.

Finalmente, después de lo que le pareció una eternidad, oyó un murmullo en el pasillo. Aunque forzó la vista, no pudo diferenciar su figura en la oscuridad.

'No quiere que lo vea, claro'.—pensó aturdido.

Con rapidez, buscó a tientas el pañuelo y se lo colocó alrededor de los ojos.

Aquello no hizo sino intensificar sus nervios, ya que podía escuchar todo, aunque continuaba sin ver una cosa.

El sonido de la tela llenó la habitación y, de repente, la cama empezó a hundirse bajo su peso. Fue entonces cuando se dio cuenta de que él se encontraba encima y sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.

Estaba tumbado, frágil e indefenso ante su presencia.

Una presencia tan oscura y pesada.

—Yo-yo nunca...—balbuceó, incapaz de completar la frase.

Dan se había reservado para la persona de la cual se enamoraría, pero, por desgracia, las cosas no salieron como planeó.

Jaekyung se paralizó al instante. Solo había visto su foto, pero en ese momento le impresionó más su belleza. Sin embargo, no deseaba que Dan lo viera. Temía que, dado su terrible aspecto, él sintiera repulsión y el matrimonio no se consumara. Pensó que todo sucedería deprisa y que, con suerte, quedaría en embarazo al primer intento. Aunque se sentía atraído por el chico, la idea de hacerlo así le parecía humillante para ambos.

Un Matrimonio por Conveniencia | JinxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora