CAPÍTULO I

74 7 0
                                    



"Los opacos espejos de mi vida reflejaron tu forma y el viento congeló mis labios, el día que te conocí. Tu rostro cálido me hipnotizó, eres aquel que cautiva hasta la mirada de la criatura más fiera. Mis manos se deslizaron disfrutando la textura suave de tu cuello, bajando buscaba la vitalidad de tu corazón entre la sangre cuajada de tu cuerpo. . . "

En un metro de Toronto, un joven forastero de inmensa sombra por su altura alejaba con su penumbra a los demás pasajeros. Su rostro a medio cubrir y la gran espada que llevaba en su espalda generaba curiosidad y extrañeza cuanto menos; sin embargo, temían por aquella mirada fulminante. No sabían que la intensidad de su mirada se debía al manga de Jojo's que leía con total concentración en su celular. Hasta que un pasajero choco contra él sin querer, perturbando al ucraniano.

Ucrania: ¿Eh?— como si fuese portador de un instinto felino volteó y vio caer para atras al individuo, rápidamente lo sujeto de la camisa— ¿Te dolió?

El pasajero sacó su billetera e intento huir con rápidez confundiendo al ucraniano que dejo la billetera en objetos perdidos. Al caminar por las calles vió una tienda de cosplay y se detuvo a contemplar, tenía un increible diseño pero pronto las jovenes que trabajan ahí empezaron a llegar fingiendo torpemente limpiar. Pronto se marchó, molestaban la vista y además no se lo hubiera comprado. El cosplay de Berseck era digno de un fisicoculturista, algo que no era él. 

Llegar a un nuevo país en invierno parecía ser una aventura, él no interpretó las señales del universo cuando la lluvia humedeció su billetera. Algo tan vital para cualquiera; sin embargo, no era su única opción. Tenía una amiga irlandesa que vivía en Canadá gracias al intercambio estudiantil. Ambos de apenas un año de diferencia se sentía como gemelos cada vez que compartían una taza de té, aunque fuera una vez al año. Así que ¿por qué no pedirle ayuda?

Ucrania: Te llamarás como yo. . ."El Eos".— inspirado nombró así a su taza. Leía un manga desde su celular, en una cafetería de ambientación medieval, esperando a su amiga.

Al levantar la mirada la encontró, llegaba con pasos ligeros y su hermoso cabello cobrizo. Sus delicadas manos peinaron su cabello caramelo y lo obligaron a mejorar su postura. Su hermana del alma abrió el cello de la hermandad con sus dos principales armas místicas. Sus ojos heterocromáticos.

Irlanda: Hi, ¿Cómo van las clases de esgrima?— sostenía con calidez una de sus manos mientras apoyaba su rostro en su otra mano. Lo abarcaba por completo.

Ucrania: Princesa de Gran Bretaña, ya no duelen los pilares de mi cuerpo. ¿Sus clases de literatura la han logrado cautivar?

Irlanda: Oh, olvide que hablabas como un caballero medieval.

Ucrania: cof cof respeta la temática.— le dio un jalón a su mano.

Irlanda: Jaja, ejem. Sir. Eos, las clases de literatura cautivaron mis sentidos. Pero— su celular sonaría interrumpiendo su diálogo, con señas le dijo que se iría a fuera a contestar.

Los minutos pasaron, comenzaba a sospechar lo peor. Tomó el último sorbo de su té, pagó y ajustando su cinturón con su espada salió de la cafetería. Sus ojos analíticos observaron el panorama, una chica era acorralada por dos sujetos ingresando a un callejón. 

Chica: ¡Ya déjenme en paz idiotas!— ambos empezaron a quitarle la cartera y sacando un cuchillo le exigieron que se desvistiera , la joven retrocedió aterrada, pero no por la solicitud de los individuos sino por la gran sombra de ojos felinos que se posó detrás de ellos— ¡Un demonio!

Destellos en las sombras - Canadá x UcraniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora