—Asi que no fuiste anoche a la agencia -afirmó Ryu con una ceja arqueada.
—Noup -respondiste dandole un sorbo al café.
—Y aun asi tienes ojeras -señaló tu rostro -bastante sospechoso.
Pones los ojos en blanco y Sora suspira ruidosamente.
—Dejala en paz -masculla tu amiga.
—Ay no seas amargada -refunfuña Ryu - vamos chica, confiesa.
Rodea tu cuello con su brazo y se te acerca demasiado a la cara.
—¿Acaso te escapaste de la UA? - pregunta, intrigosa - porque de ser asi, dejame decirte que ¡Auch!
Ryu de cubre la cabeza y Sora levanta el libro sobre su cabesza.
—Deja de molestarla, hay cosas mas importantes que resolver - ella te mira genuinamente preocupada -¿Ya te dijeron como se recuperan las horas de ayer?
—El director me dará respuesta por la tarde.
Eso parece darle paz mental a Sora y Ryu la mira amenazante.
—¡¿Y a que vino el librazo?! -chilla.
—A que no dejabas de ser un fastidio.
—Oye yo solo quería saber porque tiene ojeras - te mira curiosa - como si no hubieras dormido.
—¡Porque no durmió tonta! -concluye Sora irritada - Ella está acostumbrada a estar despierta de noche y no porque no fuera a la agencia significa que iba a dormir ¿Verdad? -te mira y asientes.
—Ya me había tomado una bebida energética -añades y eso parece tener satisfecha a tu amiga.
La versión para tus amigas y todo el mundo fue que te quedaste leyendo y escuchando musica toda la noche.
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Aizawa te ayudo a quitar el cinturón, abrir los broches en la espalda de tu traje y así tener acceso a los cierres. Te sorprendió lo hábiles que eran sus manos para hacer esas tareas que te llevaban mucho más tiempo a ti, mientras que el lo hacía con tanta naturalidad que en ningún momento rompió el beso entre ambos.
Sentiste el borde de la cama pegando en tus piernas y te separaste con los ojos abiertos de par en par.
Aizawa te miro sin una pisca de cansancio, mas bien con hambre de seguir lo que estaba haciendo.
—Si quieres que pare, lo haré -dice en tono suave.
Tus palabras no salen de tu garganta, tu voz se ha esfumado. Aizawa lo nota y se acerca lento.
—¿Quieres que pare? - te pregunta tierno.
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Aizawa se acomoda sobre ti, pero sin intenciones de continuar porque cuando sus miradas se encuentras vez una mezcla de satisfacción, alegría y algo mas.
Culpa.
No necesitaban hablar para saber que esto era un desliz terrible por parte de los dos, una falta de respeto a las instalaciones de la UA y un acto que ponía en peligro la carrera de ambos. Pero aun así con todo eso, no dejaste de sentir que todo valdría la pena, aun si solo fuera este momento valdría la pena. Aizawa se recostó a tu lado y cubrió con una frazada antes de envolverte en sus brazos y acariciar tu cabello, así se quedo por un tiempo hasta que tu respiración fue suave y tu cuerpo había dejado las secuelas de tu orgasmo.
—Esto es responsabilidad mía -dijo rompiendo el silencio -asumiré cualquier consecuencia, así que no te preocupes por eso.
Asientes y te animas a mirarlo a los ojos, en búsqueda de algo mas, en búsqueda de la respuesta a la pregunta que había estado rondando en el aire.
¿Y ahora que iba a pasar?
Aizawa lo sabia y suspiro antes de darte un corto beso en los labios.
—Podemos dejar las cosas hasta aquí -hay cierta cautela en su voz.
—Seria lo ideal -contestaste-
Pero eso no fue una respuesta concreta y Aizawa arqueo la ceja, temeroso de tu respuesta.
—Pero... - Aizawa dejo la frase al aire.
Mordiste tu labio, con una lucha entre lo moralmente correcto y tu deseo en el pecho.
—¿No quieres... ver que pasa?
Deseo y terror atravesaron los ojos de Aizawa que abrió la boca para hablar, pero ninguna palabra salió mas que un gruñido de frustración.
—No estás dejándome esto fácil - masculla y niega con una sonrisa -esto ni si quiera es fácil, pero estoy seguro de que no quiero dejar esto como algo aislado - te mira directo a los ojos - quiero intentarlo.
Y la pregunta que hiciste enseguida fue todavía mas complicada que la anterior.
—¿Como?
¿Cómo demonios iban a mantener esto?
Y no había una respuesta correcta o buena, porque esto era algo que estaba mal desde principio hasta el fin, fuera cual fuera.
—Ya pensaremos en algo -te dice y besa tu frente.
Lo que se venia a continuación no seria fácil, no seria color de rosa, ni si quiera algo bueno. Sabias que se venia una constante lucha, tanto interna por lo cuestionable de sus acciones como externa por la posición en la que ambos estaban. Pero por el momento, por lo que quedaba de la noche tu y tu profesor disfrutaron de la compañía del otro. Se tocaron y hablaron, como su todo este tiempo hubieran estado anhelando este momento.
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Russ - Cherry Hill