Nuestro Futuro Perfecto/STOLITZ 💕/

volviendo al pasado...

Blitz en su curiosidad por sus poderes vuelve al pasado donde aún no se confiesa a stolas

En lo más profundo del inframundo, bajo la luz titilante de las llamas del abismo, Stolas, el diablillo con forma de búho de pelaje azul grisáceo y cuatro ojos de color rojo carmesí, se encontraba recostado sobre una roca en una caverna solitaria. Observaba con melancolía las sombras danzantes que se proyectaban en las paredes rocosas, cuando de repente, escuchó un ligero crujido.

De entre las sombras emergió Blitz, el imp de ojos amarillos con rojo y una mancha blanca en la mitad de su rostro. Con un brillo travieso en sus ojos, se acercó a Stolas, cuyos ojos se iluminaron al verlo.

"¿Qué haces aquí, Blitz?", preguntó Stolas, intentando ocultar la emoción en su voz.

Blitz se acercó con una sonrisa juguetona y se sentó junto a Stolas. "Solo quería ver a la criatura más hermosa del inframundo", dijo con un tono burlón pero sincero.

Stolas no pudo evitar sonrojarse ante el cumplido inesperado. "Eres un bromista, Blitz", murmuró, desviando la mirada.

Blitz se inclinó más cerca, capturando la atención de Stolas. "Puede que sea un bromista, pero cuando se trata de ti, soy completamente sincero", susurró suavemente.

El calor de las llamas parecía intensificarse a su alrededor, pero para Stolas y Blitz, el mundo se había reducido a ellos dos. Se miraron profundamente a los ojos, compartiendo un momento de conexión única en el oscuro reino del inframundo.

Sin decir una palabra más, Blitz extendió una mano hacia Stolas. Con un gesto tímido pero decidido, Stolas tomó su mano, y juntos se sumergieron en la oscuridad, sabiendo que mientras estuvieran juntos, la luz del amor los guiaría a través de cualquier sombra.

Con una mirada traviesa, Blitz rompió el silencio entre ellos. "¿Sabes, Stolas? Tus ojos rojos carmesí son como dos llamas ardientes en la oscuridad, siempre me hacen perder la cabeza".

Stolas dejó escapar una risa suave, jugando con una de sus plumas. "Oh, Blitz, siempre tan elocuente. Pero no puedes negar que mis cuatro ojos te tienen hipnotizado".

Blitz se acercó aún más, susurrando en el oído de Stolas. "Es verdad, tus ojos me tienen hechizado, pero no tanto como tu sonrisa. Esa sonrisa que ilumina incluso las profundidades más oscuras del inframundo".

Stolas sonrió con picardía, acariciando la mejilla de Blitz con una garra delicada. "Eres un encanto, Blitz. Siempre encontrando la manera de hacerme sonreír, incluso en los momentos más sombríos".

Los dos diablillos se perdieron en el brillo de sus miradas, compartiendo un momento de complicidad y deseo. En ese reino de sombras y llamas, su coqueteo juguetón solo añadía más calor al fuego de su amor.

El aire del inframundo parecía cargado de electricidad mientras Stolas y Blitz se miraban intensamente, sintiendo el palpitar de sus corazones acelerarse con cada segundo que pasaba. Sin palabras, sus cuerpos se acercaron lentamente, como si fueran imanes irresistiblemente atraídos el uno hacia el otro.

Los labios de Blitz rozaron suavemente los de Stolas, enviando un estremecimiento de placer a través de su ser. Con un suspiro entrecortado, Stolas correspondió al beso, dejando que el deseo se apoderara de ellos.

El calor de su abrazo fundió las barreras entre ellos, y en medio de la oscuridad, solo existían sus cuerpos entrelazados, sus almas fusionadas en un torbellino de pasión desenfrenada.

Las llamas del amor ardían más intensamente que nunca, consumiendo todo a su paso mientras Stolas y Blitz se entregaban completamente el uno al otro, en un baile ardiente de deseo y entrega.