Nuestro Futuro Perfecto/STOLITZ 💕/

esto es un tormento

La celda era oscura y húmeda, el aire impregnado de un terror palpable. Blitz, el imp dragón, estaba atado a una silla, su disfraz desgastado y su cuerpo marcado por los golpes. Cada respiración era un recordatorio de su dolor, pero su espíritu seguía luchando.

Frente a él, Striker, el implacable sicario de Stella, afilaba su cuchillo, disfrutando del espectáculo. “Sabes, Blitz,” dijo Stella, que se posaba en una percha con sus ojos rosados brillando con desdén. “No entiendo por qué Stolas eligió a un simple y patético imp que ahora usa un disfraz de dragón para sentirse importante... Patético. ¿Qué mal gusto tiene Stolas? Eres tan insignificante.”

A pesar de las palabras crueles, Blitz levantó la mirada, desafiando su desprecio. “No soy insignificante,” murmuró, aunque su voz temblaba. “Lo que siente Stolas por mí es real.”

Striker se acercó, su figura imponente proyectando una sombra amenazante. “Tus palabras no significan nada, imp. Pronto aprenderás lo que realmente eres. No eres más que un juguete en manos de alguien que nunca te valorará.”

Mientras tanto, en el palacio, Stolas estaba consumido por el horror. Su corazón latía con desesperación al pensar en Blitz. Sabía perfectamente cómo era Stella; había vivido el dolor de su pasado juntos, y cada segundo que pasaba sin saber de su amado lo llenaba de terror. “¿Dónde estás, Blitz?” murmuró, sintiendo que la ansiedad lo aplastaba. La idea de que su exesposa pudiera estar haciendo daño a su esposo lo atormentaba.

A su lado, Millie y Moxxie buscaban pistas frenéticamente, llenos de determinación. “¡Debemos encontrar a Blitz antes de que sea demasiado tarde!” exclamó Millie, revisando cada rincón. “No podemos dejar que Stella lo mate.”

Moxxie, concentrado en un mapa, se giró hacia Stolas. “¿Sabes dónde podría estar? Cualquier pista podría ayudar. Blitz no es alguien que desaparezca sin dejar rastro.”

Stolas asintió, sus ojos llenos de angustia. “Lo último que supe de él fue que estaba en la zona de las montañas. Stella nunca dejaría de lado su odio hacia él, y Striker seguramente lo tiene cautivo.”

En la celda, Blitz sintió que su determinación crecía. “Pueden torturar mi cuerpo, pero nunca mi espíritu,” declaró con voz firme. “Sé que Stolas vendrá por mí. No soy un simple imp, soy su compañero.”

Stella soltó una risa burlona. “¿Crees que él vendrá a salvarte? Stolas es un noble, y tú solo eres un capricho. Nunca entenderás cuán insignificante eres para él.”

Justo cuando Striker estaba a punto de infligir más dolor, un estruendo resonó en la puerta de la celda. Millie y Moxxie irrumpieron, sus ojos llenos de determinación. “¡Deja a Blitz en paz, Stella!” gritó Millie, su voz resonando con furia.

Stella giró la cabeza, sorprendida por la aparición de los dos. Striker se detuvo, el cuchillo en la mano, listo para atacar. Blitz sintió una oleada de esperanza al ver a sus amigos.

“¡No lo toques!” Moxxie apuntó su arma hacia Striker, mientras Millie se posicionaba junto a Blitz. “Estamos aquí para salvar a nuestro jefe, y no te dejaremos hacerle daño.”

Blitz, sintiendo la fuerza de sus amigos a su lado, sonrió. “No estoy solo. Juntos podemos vencer a cualquiera.”

La tensión en la celda era palpable. Stella, enfadada, observó a su exesposo con una mezcla de rabia y sorpresa. “No permitiré que se interpongan en mis planes. Blitz es mío para jugar.”

Striker, listo para atacar, se dirigió hacia Millie y Moxxie. “Nadie se interpone en mi camino,” dijo, avanzando con una sonrisa cruel.

Pero Blitz sabía que ahora no estaba solo, y su amor por Stolas y la lealtad de sus amigos le darían la fuerza necesaria para resistir.